La disputa por la opinión pública

martes, 22 de noviembre de 2005 · 01:00
México, D F, 21 de noviembre (apro)- Por primera vez en la formalmente iniciada contienda por la Presidencia, cuya renovación del Congreso no debe pasar desapercibida, se perfila la incertidumbre característica de toda democracia, lo que anticipa un recrudecimiento del nivel de confrontación política y la puesta en marcha de toda suerte de maniobras, legítimas o espurias Andrés Manuel López Obrador se despertó hoy con la pésima noticia para él y sus seguidores de que, en la encuesta publicada por los diarios del Grupo Reforma, está al nivel del panista Felipe Calderón, con un desplome del priista Roberto Madrazo, un inusitado crecimiento del verde Bernardo de la Garza y Jorge Castañeda en la marginalidad Apenas la semana pasada la empresa Mitofsky acreditó, también en su encuesta de noviembre, una caída de López Obrador, aunque con la salvedad de que el exjefe del GDF aún mantenía una ligera ventaja sobre Calderón y Madrazo, investidos formalmente como candidatos presidenciales al cabo de sus respectivos procesos internos que, por su parte, el perredista no enfrentó de manera formal Más allá de los números de las empresas encuestadoras, que son resultado de la metodología que aplican y su representación, asistimos a la profundización de la disputa por la opinión pública y sus percepciones, con el fin de diseñar estrategias para conseguir los votos que emitirán los mexicanos dentro de menos de nueve meses Las cifras de Mitofsky y Reforma que públicamente se difundieron, y que corresponden a noviembre, mismas que se suman a las proporcionadas por María de las Heras en Milenio y a las que dará a conocer El Universal, constituyen en todo caso una percepción del momento político en que se levantan y jamás un resultado anticipado Los perredistas y los simpatizantes de López Obrador han errado en dar como un hecho el triunfo arrollador de éste, y por eso han cometido y siguen cometiendo errores políticos que hábilmente han capitalizado sus adversarios, particularmente Calderón, cuyos prosélitos han ganado por ahora una batalla en el campo de la opinión pública y, sobre todo, un ánimo renovado que sustituyó al alicaído con Santiago Creel La propia elección interna panista, cuyas trapacerías fueron sepultadas por el pragmatismo inherente a la política, implicó para Calderón y sus seguidores una nueva motivación, y aun para ciudadanos sin partido que repugnan a López Obrador y a Madrazo, sumidos a su vez en guerras intestinas Calderón vive, así, el mejor momento de su trayectoria política Pero sería necio sacar conclusiones cuando, a lo largo de siete meses, habrá una batalla, la definitiva, por la nación, y se habrán de usar los arsenales políticos que cada partido y candidato poseen, no sólo en términos de acusaciones, sino de alianzas, proyectos y equipos Lo deseable es que sean estos últimos --proyectos y equipos-- los que prevalezcan, pero lamentablemente será la guerra sucia --pedazos de videos y audios, transcripciones, transas reales o supuestas, encuestas incluidas y hasta el tono de la voz-- la que presenciaremos en la búsqueda, primero, de ganar la batalla en el ámbito de la opinión pública y, luego, en las urnas Clave en esta disputa por la nación es el dinero: como aquí insistimos la semana pasada, ante la debilidad institucional que atormenta a México, con los recursos económicos --limpios y sucios-- se tratará de comprar la Presidencia y el Congreso de un país socialmente dividido Pero mal hacen los perredistas, incluido López Obrador, en desestimar y aun repudiar las encuestas sólo porque les son adversas Aun si tienen sesgos políticos, que es posible introducir en el diseño y procesamiento de los resultados de la muestra, no es admisible olvidar que, en todo caso, quienes las ordenan forman parte de las facciones en pugna Hoy más que nunca no hay neutralidad, sino defensa de intereses, legítimos o espurios, incluidos medios de comunicación y periodistas que, desde ya, en coro, vaticinan el desenlace del 2 de julio del 2000 López Obrador y sus seguidores han padecido con las recientes encuestas un golpe rotundo, que es positivo para no sobrestimarse, pero Calderón y los suyos deben verse en ese espejo Por eso la soberbia es un pecado capital Mata Y matan también las estupideces, como los perredistas que, en Venezuela, lograron una notoriedad que aquí, por su ineptitud, no conocen Apuntes Tal como lo anticipamos, y como signo de estos tiempos en los que, insisto, se da la batalla por la nación, es la cada vez más ostensible presencia de Carlos Salinas en la vida política del país Qué bueno que lo haga, no porque sea un ciudadano más --es falso que lo sea--, sino porque va quedando claro qué se propone y le propone a los mexicanos que lo padecen y lo padecieron Salinas y su clan cometieron crímenes No hay amnesia para sus fechorías? Elba Esther Gordillo, al mismo tiempo que arropa a Vicente Fox ante Hugo Chávez, envía señales de apoyo a Calderón Será grato verlos juntos en campaña Y a Salinas, también Comentarios: delgado@procesocommx y wwwprocesocommx

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