Esparcen en la Plaza de Mayo las cenizas de Azucena Villaflor

lunes, 12 de diciembre de 2005 · 01:00
* Fundó la histórica organización Madres de la Plaza de Mayo * Símbolo de la represión, fue arrojada viva al mar desde un avión Buenos Aires, 12 de diciembre (apro) -- Veintiocho años después de fundar la histórica organización Madres de Plaza de Mayo --en medio de una de las dictaduras más feroces de América latina--, Azucena Villaflor descansa en paz Sus cenizas fueron esparcidas en el centro de la Plaza de Mayo, símbolo de todos los eventos históricos de Argentina y donde, el 30 de abril de 1977, un grupo de 14 madres de detenidos-desaparecidos, bajo el impulso de esta mujer, se reunió para exigir noticias sobre sus hijos Poco tiempo después Azucena fue secuestrada y torturada en el campo clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el mayor símbolo de la represión ilegal, y arrojada viva al mar desde un avión en los tristemente célebres "vuelos de la muerte" Pero el mar no fue cómplice de sus asesinos Su cuerpo fue devuelto por las corrientes a la costa entre las localidades atlánticas de Santa Teresita y San Bernardo, a 300 kilómetros de Buenos Aires, y enterrado como "NN" (identidad desconocida) junto a los cadáveres de otras madres, también como ella arrojadas vivas al mar, en un cementerio del municipio de Lavalle Un equipo de antropólogos forenses identificó sus restos en agosto pasado, 28 años después del crimen "Fue una mujer de enorme coraje capaz de concebir este movimiento y por eso la dictadura decidió acallarla Las consignas de las Madres son hoy las consignas del Estado: justicia, verdad y memoria", dice a Apro el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Duhalde (homónimo del expresidente provisional) El jueves 8, las Madres sobrevivientes, hijos, familiares y amigos de los desaparecidos, así como militantes de organizaciones defensoras de derechos humanos, le rindieron tributo en la misma plaza donde se fundó una de las organizaciones más reconocidas a nivel internacional en la lucha por los derechos del hombre Una placa recuerda hoy su memoria en el centro de la plaza de Mayo, a pocos metros de la Casa Rosada, sede de gobierno: "Azucena Villaflor de De Vincenti, 1924-1977, creadora de Madres de Plaza de Mayo, detenida-desaparecida buscando a su hijo Néstor y a los 30 mil secuestrados Fue mantenida en cautiverio en la ESMA y días después arrojada viva al mar Sus restos fueron identificados en agosto de 2005 Juicio y castigo a los criminales", dice la placa Sus cenizas fueron esparcidas dentro del perímetro que protege a la Pirámide de Mayo, creada en 1910 en el centenario del primer gobierno patrio, y alrededor de la cual, todos los jueves, las Madres de Plaza de Mayo realizan su ronda para exigir la aparición con vida de sus hijos y el juicio y castigo a los culpables Las cenizas, arrojadas por su hija Cecilia y sus nietos, fueron cubiertas de tierra y flores, ante la mirada emocionada de un grupo de Madres A pocos metros de allí, un joven que sólo prefirió identificarse como Pablo, hijo de desaparecidos y con una bandera blanca con el nombre de la agrupación "HIJOS" (de detenidos-desaparecidos), dijo a Apro: "Ella fue un ejemplo de la lucha Tuvo el coraje para reponerse a la detención de su hijo y la capacidad política para organizar a las Madres de todos los desaparecidos, que fueron nuestros padres" Una mujer común Azucena Villaflor era una mujer común hasta que la dictadura le arrebató a uno de sus hijos, Néstor, secuestrado el 30 de noviembre de 1976 por un grupo de tareas de la dictadura que había tomado el poder el 24 de marzo de ese mismo año Néstor fue sacado malherido --junto con su pareja-- de su vivienda de la localidad de Villa Domínico, en la periferia sur de Buenos Aires A partir de allí empezó para Azucena un peregrinar por hospitales, comisarías, cuarteles, iglesias y oficinas públicas, donde nadie le daba una respuesta "¿Usted no pensó que su hijo pudo irse con una chinita (mujercita)?", llegó a decirle con sorna el entonces ministro del Interior, general Albano Harguindeguy Lo único positivo que halló en las puertas del ministerio fue a otras madres desesperadas y en sus mismas condiciones "Y allí ella tuvo el valor de decir lo que correspondía en el momento en que correspondía En todos lados eran humilladas y había que romper ese círculo vicioso", dice en entrevista Enrique Arrosagaray, historiador y autor de la única biografía sobre Azucena Villaflor "Vayamos a Plaza de Mayo que (Jorge) Videla (el entonces jefe de la Junta Militar) nos va a ver y nos dirá donde están nuestros hijos", recuerda Marta Vázquez, actual presidenta de las Madres, que le dijo Villaflor a otras madres que iba encontrando en su camino Entonces se armó una cadena: muchas no se conocían entre sí, pero se fueron convocando a la Plaza de Mayo el 30 de abril de 1977 Para reconocerse idearon ponerse un pañuelo blanco en la cabeza --¿Usted viene por lo mismo que yo? ? se decían entre ellas las 14 madres que asistieron a la primera cita, solas, sin sus maridos, porque pensaban que a una madre se la entendería mejor ante la pérdida de un hijo Videla no las recibió y un policía les ordenó que circularan Entonces empezaron a dar vueltas por la Pirámide de Mayo, que adorna el centro de la plaza, y así nacieron las tradicionales rondas de las Madres de Plaza de Mayo Al principio, se realizaban todos los viernes, como aquel 30 de abril, pero un día, una de las Madres dijo que los viernes eran días de brujas y se decidió cambiar la reunión para el jueves Desde entonces, no hubo jueves en la Plaza de Mayo sin Madres dando vueltas a su alrededor reclamando por sus hijos Desde la dictadura pronto las bautizaron como "las locas de Mayo" y las vincularon con una campaña internacional contra Argentina "Los argentinos somos derechos y humanos", decía el eslogan de las obleas repartidas entre los automovilistas por personeros de la dictadura para acallar las protestas y reclamos del exterior y del interior del país Azucena Villaflor fue sumando Madres a su cruzada, y todas ellas empezaron a reunirse en la Iglesia Santa Cruz, de Buenos Aires, un refugio en el que hallaron un espacio donde convocarse junto a dos monjas francesas, Alice Dumont y Leoni Duquet, miembros de la congregación de las Misiones Extranjeras y hoy desaparecidas "Su idea de juntarse en la Plaza y hacer público su reclamo fue el talón de Aquiles de la dictadura Ella dio el fogonazo y se reunió de un núcleo excepcional Ese fue su gran mérito: romper ese círculo vicioso de humillaciones y salir a la calle", dice Arrosagaray Pero la dictadura pronto tomó nota que esta mujer, aparentemente común, podría acarrearle problemas Y la Armada envió a uno de sus agentes, Alfredo Astiz, el mayor símbolo de la represión ilegal, para infiltrarse en el movimiento Astiz era joven, rubio, de ojos celestes y cara de bueno, y con un cinismo ilimitado, según cuentan quienes lo conocieron Llegó a la Iglesia Santa Cruz diciendo que se llamaba Gustavo Niño y que un hermano suyo había desaparecido en Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires Las Madres lo acogieron como a uno más y le entregaron su confianza Astiz fue quien lideró el grupo de tareas de la ESMA que las secuestró entre el 8 y 10 de diciembre de 1977 La mayoría fue secuestrada en las puertas de la Iglesia Santa Cruz el 8 de diciembre Villaflor no había ido ese día a la Iglesia y fue llevada 48 horas después por un comando que irrumpió en su domicilio de la localidad de Sarandi, sur del Gran Buenos Aires En total eran 12 personas, entre ellas Villaflor y las dos monjas francesas A las religiosas se les torturó durante seis días en la ESMA hasta que se les inyectó pentotal y se las lanzó vivas al mar desde un avión Antes de asesinarlas, la dictadura fotografió a las monjas con una bandera de "Montoneros" (uno de los grupos guerrilleros de la época, de origen peronista) con el fin de culpar a ese grupo del secuestro Pero el gobierno francés no le creyó Villaflor, según testimonios de sobrevivientes, también fue trasladada a la ESMA y torturada, pero en los días que permaneció en cautiverio estaba convencida de que la dejarían libre Sus compañeros de prisión que sobrevivieron contaron que ella trataba de memorizar los nombres de todos los detenidos para avisar a sus familiares cuando fuera dejaba en libertad Pero pocos días después fue asesinada, con el mismo método de las monjas francesas: narcotizada y arrojada en uno de los "vuelos de la muerte" en aguas del Atlántico Su cuerpo y el de otras madres secuestradas en la Iglesia de Santa Cruz (como Esther Balestrino de Careaga y María Ponce de Bianco) aparecieron en la playa Los cadáveres fueron enterrados como "NN" en un cementerio local y hallados en agosto pasado Los restos de Balestrino y Ponce fueron enterrados en el jardín de la Iglesia de Santa Cruz y las cenizas de Villaflor descansan hoy en la misma plaza donde nació el reclamo por la suerte de 30 mil desaparecidos Astiz fue detenido tras la recuperación de la democracia, pero salió en libertad por las leyes de perdón (de obediencia debida y punto final) aprobadas bajo presión militar durante el gobierno de Raúl Alfonsín (1983-89) La nulidad de esas leyes aprobada este año por el Congreso reabrió el proceso en su contra Astiz, quien fue condenado en ausencia en Francia a cadena perpetua por los crímenes de las monjas Duquet y Dumont, permanece hoy bajo arresto en una unidad naval "La lucha de Azucena Villaflor seguirá vigente toda la vida porque aun no hay justicia Falta que hable la otra parte: la de los torturadores y militares Ellos deben hablar y dar las explicaciones de este desastre", dice Arrosagaray Marta Vázquez, presidenta de las Madres Plaza de Mayo Línea Fundadora, resume: "Tus deseos se han cumplido a 28 años de la primera vuelta que 14 madres realizaron por tu consejo Ellas no aparecieron, pero nosotras seguimos aquí Nuestra lucha continúa a pesar de la pérdida de Madres a través del tiempo Las que quedamos decimos presente, pero la juventud nos acompaña y en ellos seguirá la lucha cuando no quede una Madre en pie Azucena, descansa en paz, estás en tu lugar"

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