The World: La vida sin rumbo ni preocupaciones

lunes, 12 de diciembre de 2005 · 01:00
Mérida, Yuc , 12 de diciembre (apro)- Silencio, mucha discreción, rigurosas medidas de seguridad, personal altamente especializado en sus funciones y mucho dinero, son los principales ingredientes de los habitantes y tripulantes de la embarcación The World, en la que viajan algunos de los hombres más ricos del planeta Lo mínimo es tener un millón de dólares para pagarse el apartamento y, además, el dinero suficiente para dejar todo en tierra, romper cadenas y lanzarse a la aventura constante de vivir a bordo de una embarcación que no tiene un puerto fijo y que navega, como su nombre lo indica, por todo el mundo Dan Japha da cuenta de ello, luego de haberse retirado de sus negocios y subir sólo con su esposa a The World, este barco originario de Nassau, que no es considerado un crucero convencional, sino una comunidad marítima cuyo destino final no existe The World es como un explorador que no se detiene, salvo contados días en algún puerto elegido por los mismos propietarios de los 150 departamentos de lujo, quienes pasan en el buque desde dos meses, en periodos vacacionales, hasta un año; incluso uno de los residentes de este condo-hotel flotante de gran de lujo pasó tres años viajando sin rumbo fijo Con una tripulación de 120 elementos procedentes de 30 países, The World ofrece eso: el mundo La posibilidad de recorrer en barco los siete mares siguiendo el sol, llegar al tiempo exacto para asistir a un partido del Mundial de Futbol, o para bailar en el Carnaval de Río de Janeiro; para ver los glaciares en Alaska o hacer escala en Puerto Progreso para conocer el Mundo Maya Mientras cada uno de esos destinos, siempre intermedios, se alcanza, los habitantes de la comunidad marítima pueden gozar de teatro, cine, bares, restaurantes? Un día común pueden disfrutar de un estreno mundial del séptimo arte, luego degustar un curry y más tarde tomar una "mimossa", en el bar Regata, del piso once, cubierta cinco Por si eso fuera poco, y si el residente quiere manejar sus negocios desde el barco, The World cuenta con conectividad satelital a cualquier parte del mundo donde haya un teléfono, una señal de Internet o un canal de comunicación Y si quiere enterarse sobre lo que pasa en el mundo cuenta con señales abiertas y restringidas de las grandes televisoras de América y Europa Este día, algunos de sus residentes pudieron seguir el juicio que enfrenta Sadam Husseim, casi en tiempo real Claro, no pueden faltar, el casino y una cancha de golf a lo largo de la cubierta superior del piso once o un golf virtual, si se quiere otra opción; además boutiques, estéticas y tiendas de regalos para gustos exquisitos, como la casa de diamantes Graff, con aparadores en The Street, el pasillo principal, justo al abordar, frente al lobby de la ostentosa embarcación En palabras de su capitán, Ola Harshein: no es un crucero, sino una comunidad marítima "Algunos han vendido su casa, su auto y hasta su gato, lo cambiaron todo por este estilo de vida Por formar parte de The World "No tenemos un rumbo fijo ?explica--, decidimos entre todos hacia dónde ir y esa es la ruta trazada" Aunque afirma que si les gusta Yucatán podrían incluirlo como una de las opciones para visitar por lo menos una vez al año Como toda comunidad sui generis, los habitantes de The World son celosos, al igual que su tripulación, no hablan mucho de sus vecinos de apartamento, de dónde vienen o a qué se dedican Es un asunto de privacidad y de seguridad Son excéntricos, de gustos exquisitos; no les gusta ser molestados por el bullicio social que los llevó a cambiar su residencia a un barco en constante movimiento Sus residentes comparten entre ellos esa quisquillosidad que da, a veces, el tener mucho dinero Hay dos familias mexicanas a bordo y nadie se atreve a revelar sus nombres, como tampoco a dar una entrevista, dentro o fuera del barco "Es algo único en el mundo", expone Dan Japha, este empresario oriundo de Colorado, Estados Unidos, que vive con su esposa en el barco y cuyos dos hijos menores, que viven en tierra, llegan a visitarlos durante sus vacaciones escolares, las cuales pasan recorriendo los mares con sus padres "Habíamos estado antes en cruceros, pero esta es nuestra casa Somos parte de una comunidad; no hay absolutamente nada como esto, señala sonriente el empresario retirado y ahora dedicado a lo que él mismo califica "la aventura de conocer el mundo y despertar siempre de pronto y sorprendido, en un lugar distinto" The World un barco de 196 metros de longitud que viaja a una velocidad de 19 nudos, estará en Progreso tres días y, según dijo su capitán, es probable que sus huéspedes elijan el Mundo Maya para regresar de vez en cuando Aunque todo dependerá de la impresión que se lleven los integrantes de esa comunidad marítima

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