El muro de los lamentos

viernes, 23 de diciembre de 2005 · 01:00
México, D F, 22 de diciembre (apro)- La enérgica protesta que lanzó el presidente Vicente Fox el fin de semana pasado en contra de la pretensión estadunidense de continuar la construcción de un muro en la frontera con México, como una medida ?en la paranoia de Bush-- para inhibir la migración ilegal y, de paso, el internamiento de posibles terroristas, sonó a "buena noticia"; hizo creer que, por fin, se alejaba de su pleitesía que ha rendido a su homólogo desde que asumió el poder en el 2000, pero sólo confirmó que "el gobierno del cambio" reacciona ante hechos consumados, sin tener una política de Estado efectiva, mucho menos estrategias claras en lo que respecta a las relaciones internacionales y en la defensa de los mexicanos que residen en aquel país Si bien la reacción del gobierno mexicano fue excelente y era lo menos que se podía esperar ante la locura que invade a su "amigo" George Bush y al Congreso estadunidense (salvo excepciones), no deja de sorprender que tanto el presidente Fox como su secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, hayan esperado hasta que la enmienda HR 4437, conocida como Iniciativa para la Protección Fronteriza, Antiterrorismo y Control de la Inmigración Ilegal fuera aprobada por la Cámara de Representantes de Estados Unidos para reaccionar airadamente Desde semanas atrás era conocida la pretensión de Bush; su fobia y desprecio hacia los migrantes ilegales ha sido manifiesta, entonces ¿por qué no actuó antes el gobierno de México? Fox y Derbez podrán decir que el tema fue tratado al más alto nivel, pero un asunto de tal naturaleza, que atenta contra la dignidad de las personas y orilla a los migrantes a buscar opciones más difíciles, lanzándolos prácticamente a la muerte, no puede ser abordado "en lo oscurito" o de espaldas a la sociedad El gobierno de Fox no puede darse por sorprendido, mucho menos por engañado: sabía perfectamente cuáles eran las intenciones de George Bush y no hizo nada al respecto Después de tantas mentiras y traiciones a la palabra, el doble discurso de Bush, un presidente calificado como "ignorante" por sus propios compatriotas y que no ha tenido empacho en traicionar y mentirle a sus gobernados, no podía ser tomado a la ligera sin hacer algo más; sin tomar previsiones y, como socios, presionar para que la iniciativa no prosperara La enmienda ha sido rechazada incluso por los diarios más influyentes de Estados Unidos, incluido The New York Times, por "xenófoba", "corta de miras" y "vergonzosa"; pero esta reacción no es suficiente, mucho menos satisfactoria, cuando vemos que el gobierno mexicano sigue caminando a la deriva Tal vez el miedo o la inexperiencia; acaso las dos causas a la vez, le han impedido al presidente Fox fajarse los pantalones y exigir un trato de iguales, como socios, no como subordinados ante los caprichos del imperio y de su paranoico presidente Si en verdad nuestro presidente tuviera una política definida, no habría esperado hasta que la iniciativa de Bush fuera aprobada para contratar a una empresa de cabildeo, como lo hizo a principios de esta semana, para manejar el asunto, tanto en el Congreso como en la prensa estadunidenses Si nuestro presidente, de verdad estuviera decidido a defender los intereses e integridad de los mexicanos migrantes, el bloque centroamericano que quiere impulsar contra el muro fronterizo, se hubiera concretado meses o semanas antes, no "después de ahogado el niño" Tal parece que esperó a que la enmienda fuera aprobada o rechazada por la Cámara de Representantes para quitarle responsabilidad a George Bush, a quien, por lo visto, no quiere incomodar más y provocar su desdén, cuando apenas está logrando que voltee a verlo, desde los atentados del 11 de septiembre del 2001 Las promesas de Bush no que buscará una salida que beneficie a ambas parte no pueden ser tomadas en serio; es un personaje que miente sistemáticamente; pero la actitud pasiva de nuestro gobierno no puede ser tolerada, sobre todo cuando está en riesgo la vida de miles de compatriotas que cada año se aventuran a buscar "el sueño americano", porque cualquier reacción, por buena y justificada que sea, seguirá topándose con el muro de los lamentos

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