Muestra Nacional de Teatro (II)

lunes, 5 de diciembre de 2005 · 01:00
México, D F, 5 de diciembre (apro)- En San Luis Potosí, sede de la Muestra Nacional de Teatro 2005, quedaron de manifiesto las distintas realidades del quehacer teatral en el país, un mosaico de la diversidad que en algunos casos resultó controvertido y que mostró buenos niveles de realización que contrastaron con montajes de un franco amateurismo Empezaremos hablando de las coproduciones, trabajos que causaron la mayor expectativa de la muestra, al ser una apuesta por creadores con una trayectoria, pero que no todos dieron los resultados esperados En el caso de Corona de sombras, de Rodolfo Usigli, dirigida por Mauricio Jiménez en representación de Querétaro, su principal falla fue quizá el estreno prematuro de un trabajo que no estaba completamente listo De hecho hubo notables diferencias de opinión entre quienes vieron la primera y la segunda función, ya que en esta última tuvo mejoría, entre otras cosas el acierto de incluir un intermedio en las tres horas y media de duración No obstante se trata de un montaje bien elaborado, respetuoso de la dramaturgia de Usigli, que seguramente será del gusto de quienes lo puedan ver, con algunos ajustes de ritmo, en su ciudad de origen La propuesta de Martín Zapata, autor y director de El dolor debajo del sombrero, representante de Veracruz, mostró a un creador con una idea muy clara de sus intenciones que aterrizaron con muy buen tino en el escenario, con un trazo limpio y un proceso de puesta en escena sólido y un buen nivel de actuación que gustó a la mayor parte del público Raquel Araujo, representante de Yucatán, ofreció Calor, obra de su autoría en la que se aprecia la búsqueda de un lenguaje experimental que, si bien tiene un valor textual, en la puesta en escena resultó la coproducción más fallida, entre otras cosas por el desnivel actoral del elenco, el abuso de elementos coreográficos y el exceso de parafernalia Ángel Norzagaray, de Baja California, uno de los directores que causaron mayor expectación, después de su memorable Cartas al pie de un árbol, en esta muestra presentó La señora Macbeth, de Griselda Gambado, obra que busca construir un lenguaje que quiere hablar a la globalidad, ya no desde una estética local sino desde un clásico universal como el Macbeth de Shakespeare Lamentablemente más allá de la jocosidad de sus brujas que rayó en el "cacle-cacle" y el hermoso vestido diseñado por Tolita Figueroa para Lady Macbeth, la puesta resultó poco afortunada Uno de los trabajos más relevantes y mejor recibidos por el público fue La casa de enfrente, escrita y dirigida por Marco A Petriz, representante de Oaxaca La puesta se desarrolló en el espacio natural de una casa abandonada en el pueblo minero de San Pedro, muy bien aprovechado por Petriz para contar una historia de amor y fantasmas, muy en la tónica istmeña de este destacado creador De Guadalajara, Fausto Ramírez presentó La feria, adaptación escénica de la obra homónima de Juan José Arreola, en una divertida ilustración escénica concebida para presentarse en espacios abiertos y que fue medianamente bien recibida en la clausura de la muestra Entre las propuestas más relevantes fuera del modelo de coproducción estuvo Mestiza power, de Conchi León, hilarante comedia que habla de las circunstancias que sufren las indígenas yucatecas; Noche árabe, trabajo dirigido por Mauricio García Lozano que actualmente se presenta en La Gruta del Centro Cultural Helénico y que fue muy aplaudido por el público; El veneno del teatro, representante de Michoacán, dirigida por Neftalí Coria; ¡Adiós querido Cuco!, espectáculo para niños que realiza una exitosa temporada en el Sala Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque, y Las chicas del 3 ½ Floppies, de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio, en una versión del regiomontano César Aristóteles El caso más lamentable fue el de Páramos de luz, obra ganadora del concurso estatal para representar a San Luis Potosí, circunstancia particularmente preocupante si de ello deducimos que este es el mejor teatro que se hace en San Luis, ya que se trató de una puesta en escena totalmente falta de rigor, realizada por aficionados, por no abundar en calificativos Situación similar fue la de Escrito en el cuerpo de la noche, representante de Tamaulipas, dirigida por Leticia Lira Sin embargo aquí es bueno aclarar que la compañía con mayor trayectoria en San Luis, El Rinoceronte Enamorado, dirigida por Jesús Coronado, participó fuera de selección con dos trabajos de buen nivel, Cantina la Conquista, de Enrique Ballesté, obra que contó con el apoyo del programa de coproducciones de la muestra, y Pescar águilas, uno de los trabajos más probados de este importante grupo potosino

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