Amor eterno: Canción de esperanza

lunes, 21 de marzo de 2005 · 01:00
México, D F, 21 de marzo (apro)- Desde su cinta Delicatesen (1991) al cineasta galo Jean-Pierre Jeunet (Roanne, 1953) no se le va una, es decir: película que uno ve de él, película que resulta sumamente rentable por bonita y conmovedora Amor eterno es otro gol dentro de su carrera Muchos lo podrán tachar de cursi y puede ser cierto; pero de que sabe contar historias nadie puede negarlo En Amor eterno (Francia-EU, 2004), cuyo interesante título francés Un long dimanche de fiançailles correspondería en español a Un largo domingo de peticiones de mano, Jeunet nos mueve a su antojo, nos hace reír, sollozar, nos hace creer que todo está perdido y, de pronto, como por arte de magia, la esperanza vuelve a florecer La película gira en torno a dos amantes: Manech (Gaspard Ulliel) y Mathilde (Audrey Tautou) El primero es un joven bonachón que ha sido condenado a muerte por un tribunal militar de la Primera Guerra Mundial, debido a que el chico se automutiló con el propósito de hacer creer a sus superiores que había sido herido en combate, lo cual lo hubiera llevado de vuelta a casa, a los brazos de su prometida Mathilde La noticia oficial es que Manech fue ejecutado, sin embargo, Mathilde se negaba a creerlo Su descabellada creencia se vio reforzada gracias al testimonio de un oficial, quien le da información importante sobre el paradero de su prometido Así pues, Mathilde da inicio a una búsqueda exhaustiva de personas y elementos que arrojen indicios sobre el destino de Manech La esperanza reina en el ambiente, pero ésta coexiste con ciertos datos imprecisos ¿Meras coincidencias o evidencia contundente de que Manech está vivo? Mathilde se va por la segunda y al parecer no parará hasta ver a su prometido a como dé lugar, no importa cuál sea su estado El ambiente de Amor eterno es maravilloso, como de otro mundo, un mundo mágico en el que cosas maravillosas ocurren, y en donde el horror se convierte en melancolía Para esto, Jeunet utiliza filtros de colores: uno amarillo predomina si hay alegría y otro, azul, se usa para denotar los momentos difíciles en espacios abiertos, no importa si ocurren en el campo de batalla o si suceden en unos bellos pastizales Los personajes y sus diálogos están rodeados de enorme romanticismo, mismo que se ve atenuado por el aspecto caricaturesco de los caracteres y sus ademanes Por un lado, uno podría no tomarse en serio la forma en que los personajes hablan o sienten; pero a la vez esto resulta tan bonito, que se termina por creerles La cinta dura casi dos horas, pero en ningún momento el espectador se sentirá incómodo o aburrido La interpretación de Audrey Tautou, pese a realizar un papel parecido al que hiciera en Amélie (2002), resulta tan maravillosa que es difícil concebir esta cinta sin su presencia

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