El simbolismo: estética y una exposición en el Museo Nacional de Arte
* Aborda el movimiento surgido a finales del siglo XIX en París
* Antes de esta corriente ya existía el uso de los símbolos
México, D F, 21 de marzo (apro)- El 18 de septiembre de 1886, en el diario Le Figaro, de París, el poeta Jean Moréas publicó el manifiesto simbolista, con el cual se legitimó un movimiento artístico iniciado en la literatura con escritores como Arthur Rimbaud, Charles Baudelaire, Stephane Mallarmé y Paul Verlaine, pero que abarcó expresiones como la música y las artes plásticas
Sin embargo, la utilización de símbolos viene desde tiempos remotos Según el narrador, ensayista e investigador Ernesto de la Peña, director del Centro de Estudios en Ciencias y Humanidades de la Fundación Telmex, en las tragedias griegas ya se utilizaba como parte de la historia, aunque no se le llamara símbolo
Puso como ejemplo que en Electra, de Sófocles, cuando Electra está esperando el regreso de su hermano Orestes y le informan que su hermana Clitemnestra lo mató, ella se desespera, aunque en el fondo tiene la esperanza de que no haya sido así Entonces aparece un extranjero que comienza a platicar con ella y de repente le descubre una cicatriz que le permite reconocerlo
Este momento, explicó el especialista, se llama anagnórisis, es decir, reconocimiento La cicatriz es un símbolo, y “en el símbolo vamos a encontrar una vía para este reconocimiento, pero más que obligarnos a que identifiquemos una cosa con otra, nos abre un campo vasto de posibilidades de identificación Por eso es tan importante el concepto de simbolismo”
Autor de El indeleble caso de Borelli, entre otros libros, y traductor de textos de Hipócrates, Mallarmé, Valéry, Ginsberg y Eliot, entre otros escritores, De la Peña participó en el Coloquio Internacional El Espejo Simbolista Europa y México, 1870-1920, realizado en el marco de la exposición del mismo nombre que actualmente se presenta en el Museo Nacional de Arte (Munal)
La muestra reúne obras de artistas que se manifestaron en la llamada escuela simbolista, entre ellos Gustave Moreau, Edvard Munch, Odilon Redon y Eduard Coley Brune-Jones, así como de los mexicanos que se sumaron a esta expresión como Saturnino Herrán, Diego Rivera, Julio Ruelas y Ángel Zárraga
En su ponencia “Símbolo, color, sonido”, De la Peña explicó que la primera escuela simbolista no fue tal, sino que apenas pudo aspirar al título de una tendencia, con la cual se identificó a un grupo “divergente, insurrecto y renuente a ser delimitado”
Se dio, dijo, en una etapa finisecular en la cual el arte en general estaba desesperado y hastiado por no encontrar una forma totalmente satisfactoria de expresión, en las corrientes que hasta ese momento existían y por ello volvió sus ojos hacia una especie de misticismo o espiritualismo, en la cual se acomodó con naturalidad en el uso de los símbolos, para referirse a la realidad
El musicólogo y crítico Juan Arturo Brennan, también participante en el coloquio, dijo en su ensayo “¿Es posible una música simbolista?” que el movimiento surgió en la poesía de autores que se acercaban a la idea poética de Edgar Allan Poe, así como a las propuestas de un “arte totalizador” del compositor Richard Wagner
Wagner, contó Brennan, pensaba en un arte que abarcara todas las expresiones y sentidos del hombre Incluso planeó una obra llamada Misterium que al final no pasó de ser algunos bosquejos, en la cual mientras la orquesta interpretaba la música, los iluminadores hacían un juego con las luces, y se rociaba en el ambiente, en determinadas notas musicales, perfume de diferentes flores
Todo relativo
De la Peña indicó que el viaje que ha hecho la palabra “símbolo” hasta fechas recientes la ha ido transformando Hoy se entiende por símbolo aquello que sirve para relacionar un objeto, una persona o una relación con otro objeto, persona o circunstancia
Es el caso de los leit motiv en la música, que no sólo sirven para referirse a un personaje, sino a una emoción de este personaje, a temas de amor, de rencor, etcétera Algunos símbolos --continuó-- se han estereotipado como el identificar al color blanco con la virginidad y la integridad moral:
“Ahora que están tan de moda los candidatos, precandidatos, y todo esto, recordemos que candidato viene de candidus, es decir cándido, del color blanco, porque quienes tenían esta categoría se vestían de este color Sabemos que es muy distinta la situación actual”
En este sentido, añadió que lo “más bello” del concepto general de simbolismo es que en realidad todo es aleatorio y circunstancial, nada obligatorio Por ejemplo, en la cultura occidental el negro significa duelo, aunque el historiador holandés Johan Huizinga explica en su libro El otoño en la Edad Media, que en aquella época el duelo se representaba con el color verde
Los símbolos entonces, no son sólo palabras, sino colores, objetos:
“Nuestro lenguaje actual no podría prescindir de estas asociaciones que le abrevian la ruta hacia la expresión, por ende, los símbolos se han convertido en ingredientes indispensables del habla cotidiana Pero está claro que estas asociaciones, aunque partan de convenciones culturales y tengan su matriz significativa en la palabra, se proyectan hacia fuera, hacia varios terrenos, que tienen la existencia autónoma y que les dan la bienvenida agradeciéndoles la simplificación que entrañan”
En el caso de las artes plásticas, apuntó el investigador, se utilizan como símbolos elementos iconográficos y también el color, que han sido codificados, incluso, desde la edad media Consideró como el ejemplo más claro al arte religioso que hace uso de símbolos para mostrar las virtudes de mártires, vírgenes y santos
A San José, dijo, se le representa habitualmente con una túnica y una capa de colores verdes y café, y, en cambio, a la virgen María se le viste generalmente de blanco y azul para significar la pureza y virginidad Y nadie --subrayó-- necesita conocer los pormenores de la Pasión de Cristo va ver en la cruz el símbolo de la cristiandad
Cuando el movimiento simbolista nació en París, contó De la Peña, estaba dividido en tres corrientes fundamentales (clasicismo, romanticismo y realismo) Sus exponentes como Rimbaud, Verlaine y Mallarmé tenían en realidad pocos rasgos comunes
Tan es así que el poeta y crítico francés Paul Valéry consideró, años más tarde, que la paradoja del movimiento “de historia estética” es que no podía definirse por consideraciones estéticas y habría que buscar en otra parte “el secreto” que había hecho a estos artistas “tan diferentes entre sí”, agruparse
Lo que los unió fue su reconocimiento a considerarse estéticamente diferentes a los escritores y artistas de su tiempo, a los realistas que eran amantes de los grandes tirajes Los simbolistas desdeñaron en cambio la conquista de grandes públicos
Los simbolistas, recordó De la Torre citando a Valéry, tuvieron destinos adversos:
“Todos sufrieron, Edgar Allan Poe, muerto en el peor abandono; Baudelaire, perseguido; Wagner, abucheado en la ópera; Verlaine y Rimbaud, vagabundos y sospechosos; Mallermé, ridiculizado por cualquier cronista mínimo”
Al final, coincidieron De la Peña y Brennan, todo es simbolista o nada lo es porque un símbolo puede remitir a la persona que lo lea, mire o escuche a un referente distinto del que pueda tener otra, y desde luego del cual pensó su autor al momento de crearlo
El espejo simbolista estará abierto al público en el Munal hasta el próximo 25 de abril