Lecciones de un tupamaro

domingo, 6 de marzo de 2005 · 01:00
Después de ser un temerario guerrillero, de sobrevivir a heridas de bala y a años de prisión, de liderar la conversión de los tupamaros en una organización política electoral, José "Pepe" Mujica hizo realidad uno de sus sueños: por primera vez la izquierda socialista llega al poder en Uruguay Artífice del triunfo electoral del presidente Tabaré Vázquez, Mujica dice en entrevista con Proceso: "La izquierda tiende a atomizarse, cada uno piensa que tiene la verdad revelada Nosotros aprendimos a caminar juntos, negociando nuestras diferencias" BUENOS AIRES- Las cicatrices que dejaron seis balazos están aún visibles en su cuerpo Vestido de manera informal -sin corbata, en lugar de saco una chamarra-, el exguerrillero tupamaro José Pepe Mujica se encargó de tomar juramento al flamante presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, el martes 1 de marzo Los ojos de Mujica reflejaban emoción: coronaba casi medio siglo de lucha Como presidente del Senado -un cargo que asumió a mediados de febrero sólo por un par de semanas para después ser ministro de Ganadería en el nuevo gobierno- acababa de tomar juramento al primer presidente de izquierda de un país que alguna vez fue considerado la "Suiza de América" "Todo esto tiene una parte simbólica, obviamente muy importante El futuro dirá si nuestro Frente (de organizaciones de izquierda) sirvió para gobernar", dice Mujica a Proceso De andar desgarbado, bigotes y pelo entrecanos, la imagen de Mujica está hoy más cerca de un abuelo dedicado a sus nietos que la de un guerrillero audaz y temido, como lo definen sus antiguos compañeros de armas Su hablar pausado pero directo, sus frases poco convencionales y su carisma, sumado a su pesada mochila guerrillera, lo convierten en el principal referente de la izquierda uruguaya: a sus 70 años de edad es una especie de personaje de culto en medio de la euforia popular creada en torno al Encuentro Progresista-Frente Amplio, una coalición de organizaciones de izquierda que el pasado 31 de octubre ganó las elecciones presidenciales El histórico triunfo socialista rompió con 174 años de dominio de los partidos tradicionales Blanco y Colorado, sólo interrumpido por esporádicas dictaduras militares, la última de ellas entre 1973 y 1985 Y Mujica, como líder de los exguerrilleros tupamaros devenidos políticos, tuvo mucho que ver con este triunfo electoral De campesino a guerrillero Mujica nació el 20 de mayo de 1934 en el seno de una familia de origen humilde, de padres campesinos Ya en la adolescencia empezó su militancia estudiantil, pero no pudo terminar la educación secundaria Poco después acompañó la creación del "ala progresista" del entonces gobernante Partido Blanco En los años sesenta, Mujica abandonó ese tradicional partido uruguayo e ingresó al incipiente Movimiento de Liberación Nacional (MLN), conocido popularmente como tupamaros, la guerrilla que actuó en Uruguay en los sesenta y principios de los setenta Participó entonces en acciones guerrilleras contra las fuerzas de seguridad y militares del país, mientras al mismo tiempo trabajaba en su chacra (finca pequeña) a las afueras de Montevideo La lucha lo llevó finalmente a la clandestinidad Mujica estuvo -en diferentes períodos- casi 15 años en prisión Se fugó dos veces de la penitenciaría de Punta Carretas Una de ellas fue un escape masivo de ribetes cinematográficos: a través de las cloacas de la ciudad "Tuve tres canas (detenciones) con sus salidas respectivas Empecé en 1961, cuando estuve ocho meses preso La segunda fue en 1969", cuenta Mujica desde su casa de descanso ubicada a las afueras de Montevideo, donde Proceso lo contactó por teléfono En 1972 fue sorprendido en la puerta de un bar en Montevideo por un comando policiaco En el enfrentamiento armado recibió seis balazos "Estaba en un café y me enfrenté con una patrulla armada", rememora Estuvo al borde de la muerte, pero sobrevivió La guerrilla había sido derrotada Sus principales dirigentes estaban muertos, detenidos o en el exilio Un año después, se produjo el golpe de Estado que condujo a una dictadura de 12 años Mujica pasó años aislado y casi sin movilidad en celdas exiguas Formó parte de un grupo de nueve presos tupamaros, llamado "los rehenes", a quienes los militares consideraban los máximos dirigentes de la guerrilla Entre ellos estaba también su fundador, Raúl Sendic La dictadura dijo que sólo respetaría sus vidas si los tupamaros cesaban la lucha armada Estos nueve "rehenes" pasaron años recluidos en condiciones infrahumanas dentro de "celdas" minúsculas, incluso en aljibes y cuevas oscuras Su paso por prisión le dejó a Mujica secuelas invisibles, pero tan profundas como las cicatrices que le quedaron tras el enfrentamiento en el que cayó preso por última vez Sus recuerdos se mantienen vivos: "El síntoma más evidente de vida eran siete ranitas a las que alimentaba con miguitas de pan ¿Sabés que las hormigas gritan? Lo descubrí al ponerlas en el oído para entretenerme", llegó a decir Mujica en una de las incontables entrevistas que le han hecho en los últimos años Su última detención duró hasta 1985 Al salir de la prisión, Mujica y los viejos dirigentes tupamaros convocaron a las populares "mateadas" (en referencia al mate, la típica infusión rioplatense) en los barrios de cada pueblo y ciudad para debatir el destino de la organización Los tupamaros se incorporaron entonces al Frente Amplio conformando el Movimiento de Participación Popular (MPP), que sumó más adelante a descontentos de los partidos tradicionales En 1995, Mujica fue electo diputado y se convirtió en el primer tupamaro en acceder al Parlamento La anécdota es conocida en todo Uruguay: el 15 de febrero de ese año, cuando comenzaba un nuevo período ordinario de sesiones en el Parlamento, los guardias de la Cámara de Diputados le cerraron el paso a un hombre desgreñado, vestido con pantalón y chamarra de mezclilla y que acababa de dejar su vieja motocicleta en el estacionamiento exclusivo para los legisladores "Retírese, aquí sólo pueden estacionar los diputados de la nación", le espetaron en la cara a tan singular personaje El hombre, sorprendido, se defendió con una frase sencilla: "Es que soy diputado", dijo Mujica mientras hacía su entrada triunfal en el Congreso Cuatro años después fue electo senador Y en las pasadas elecciones de octubre los tupamaros fueron la fuerza más votada dentro del Frente Amplio-Encuentro Progresista Mujica lideró ese fenómeno popular: se convirtió en presidente del Senado debido a que fue el candidato con el mayor número de votos Su esposa, Lucía Topolanski, también resultó electa senadora y prestó juramento ante su marido, quien debió llamarle la atención con un "no se apresure" cuando la mujer interrumpió el protocolo con un "sí juro" En la campaña electoral, dirigentes tradicionales hicieron de Mujica el blanco principal de sus ataques El expresidente del Partido Colorado Julio María Sanguinetti lo tildó de "asesino" Ese partido -al que también pertenece el mandatario saliente, Jorge Batlle- diseñó una campaña publicitaria a partir de los testimonios que Mujica y otros guerrilleros ofrecieron en el documental alemán Tupamaros, de 1996, en especial un tramo en el que contaban el ajusticiamiento de supuestos integrantes de escuadrones de la muerte y aspectos de la lucha armada "Ellos son mayoría en el Frente Amplio", fue la frase elegida para la publicidad del Partido Colorado Las autoridades electorales prohibieron su difusión y la productora Specogna Filmproduktion advirtió que las imágenes de su documental Tupamaros no podrían utilizarse para fines electorales "La lucha continúa" Mujica atiende a Proceso con amabilidad Habla con pasión contenida y mantiene el mismo tono amistoso aun cuando se enoja al notar que el reportero se equivoca al endilgarle un ingreso de más a prisión "Usted tiene que informarse bien Ojo que puede tirar muchos bolazos (equivocaciones)", dice Pero enseguida se distiende y acepta la entrevista: -¿Cómo hicieron los tupamaros para llegar al gobierno cuando en los países vecinos los exmovimientos armados carecen hoy de peso electoral, están retirados o en prisión? -Tuvimos la habilidad de apoyar al Frente Amplio (conformado en 1971 por distintos grupos de izquierda) a través de militantes y dinero Apuntalamos las organizaciones internas del Frente y nos expresamos electoralmente en forma indirecta Cuando salimos de la cárcel, luego de la derrota fuimos a militar en la legalidad y nos metimos en la realidad de lleno No nos cambiamos el nombre y asumimos la realidad Y después nos enchufan en esto (en el gobierno) -En la mayoría de los países de América Latina, la izquierda tiende a dividirse ¿Cuál fue la receta para lograr que el Frente se mantuviera por tantos años en Uruguay? -Es que este es un país que, a lo largo de su historia, ha estado mandado por dos partidos tradicionales, de los más viejos de Occidente Son partidos que, en un sentido europeo, estuvieron conformados por frentes Esto ha generado una cultura nacional muy negociadora en el campo de la política, lo que dio la posibilidad de aglutinar a la izquierda hace muchos años cumpliendo un proceso raro En general, la izquierda tiende a atomizarse, cada uno piensa que tiene la verdad revelada Nosotros aprendimos a caminar juntos, negociando nuestras diferencias, pero descubriendo que nos multiplicábamos más que la suma aritmética Tenemos muchas diferencias, pero también programas en común -¿En qué cambió usted en todos estos años? -Me cambió la piel, las canas, las arrugas, pero mucho más cambió el mundo, la realidad Y cambiar no significa renunciar Cambio significa buscar por distintos caminos una parte del objetivo sustantivo Ahora nuestra corriente está peleando para que la gente tenga trabajo, para eliminar el hambre, para suturar cambios que nos agobian Visto con los ojos de hace 30 años, ése sería un cambio muy tibio Dicho desde el que no come todos los días, es mucho Esto no tira por la borda que la lucha continúa, y seguramente la humanidad tendrá que abrirse caminos aprendiendo las lecciones de nuestras derrotas y errores De lo contrario, lo que está en juego es la vida y la muerte Yo creo en una sociedad muy superior, pero no en medio de la pobreza y la masificación de la ignorancia Tener muchos televisores, ser prisioneros de la imagen, no es muy diferente de la mentalidad del esclavismo Mi generación entregará banderas que otros tomarán para seguir luchando Vamos a subir algún escaloncito -¿Qué banderas debió dejar atrás para abandonar las armas y calzarse el traje de político? -La ingenuidad de creer que cambiando las relaciones de producción, las relaciones del hombre, iba a cambiar la sociedad Yo diría que tenía un problema con las clases sociales Creo que el hombre si no tiene un brutal cambio cultural y de valores no podrá cambiar la realidad Eso quedó en el tintero Tal vez no lo podíamos prever Repartir mejor la miseria es imposible y menos construir sociedades mejores con pueblos que han masificado la ignorancia -¿Se arrepiente de haber tomado las armas? -No Hubo algo en que no nos equivocamos Uruguay iba hacia una dictadura Fuimos muchos los que nos dimos cuenta de que este país liberal se estaba haciendo pelota Los regímenes que se sucedían mantenían las formas de carácter represivo Tal vez nos equivocamos en que madrugamos mucho Nuestro origen no fue insurreccional como forma de tomar el poder, sino un proceso para enfrentar a una dictadura -Usted fue militante político de base, guerrillero, estuvo preso, sufrió torturas y aislamiento, abrazó la política y llegó a ser diputado y recientemente presidente del Senado Ahora acaba de incorporarse al gobierno como ministro de Ganadería y Pesca ¿Hasta dónde piensa llegar? -No estoy soldado a nada Mi gran ocupación es dejar en el tapete a gente más joven La vida y la lucha continúan, el amor y la política significan reproducirse, y nosotros debemos transmitir el legado a otros cuando la vida nos vaya retirando del juego Probablemente estemos algunos meses para formar una barra (grupo) de gente valiosa No tengo claro qué hacer En política se puede terminar siendo un viejo verde Hay que saber practicar el arte de la retirada Tengo 70 años, alguna enfermedad, soy un campesino frustrado Tengo mucho de eso -En contrapartida a su gran popularidad, no son pocos los que en las Fuerzas Armadas y los partidos tradicionales lo miran con desconfianza e incluso lo descalifican por su pasado violento El expresidente colorado Julio María Sanguinetti llegó a tildarlo de "asesino" en plena campaña electoral -No tenemos grandes problemas, nos conocemos bastante A nuestras publicaciones las leen en el Casino de Oficiales Quienes estuvieron más cerca combatiéndose se entienden más Nos entendemos a la distancia -¿Y dónde están hoy los miedos? -En otro lado, en la deuda externa Estamos fundidos Tenemos hoy peligros tremendos, pero no están en ese lado (en las Fuerzas Armadas) Puede haber sí alguna cosita nostálgica, pero fuera de las instalaciones militares -El presidente Tabaré Vázquez asume en medio de una difícil situación económica que llevó a un tercio de los uruguayos a la pobreza ¿Cuál es el camino que debe tomar el gobierno? -Tenemos que mejorar la situación económica y social Somos un pequeño país y vamos a tener que negociar Su voz suena aplacada Alguien lo llama Se despide y vuelve a la tranquilidad de su hogar Sabe que tiene ante sí el mayor desafío de su vida Pero sueña con retirarse y dedicarse a su pequeña finca, volver a sus orígenes campesinos Pero la nueva era socialista que se abre en Uruguay lo desvela: "el futuro dirá -concluye Mujica- si la fórmula sirvió para suplantar a los partidos tradicionales, si el Frente sirvió para gobernar"

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