Virgen de Guadalupe: Símbolo fundacional de la nación mexicana (Segunda y última parte)

lunes, 7 de marzo de 2005 · 01:00
* Logró dar a la Nueva España conciencia de su territorialidad * Su imagen presidió por años la Cámara de Diputados México, D F, 7 de marzo (apro)- Para el historiador de arte Jaime Cuadriello, la declaratoria de la Virgen de Guadalupe como patrona de México, ocurrida hace 250 años, “se nos había borrado de la conciencia histórica”, pese a que fue un acontecimiento de suma importancia para el México independiente: “Porque la Nueva España nunca se había representado a sí misma políticamente hasta la jura del patronato guadalupano El patronato tuvo ese carácter De hecho --acuérdese--, cuando se alzan los caudillos en la Independencia, vitorean al rey y a la Virgen, porque eran las únicas imágenes juradas que había, donde estaba depositado un voto de lealtad “Cuando los reyes abdican en 1808, los sermones predican: ‘Bueno, ya no hay rey, ya no hay soberano, ¿dónde reside la soberanía?’ Y dicen: ‘La única imagen jurada es la Virgen’ Y por eso la Virgen, a la vuelta de los años, acaba presidiendo la sala del Congreso de la nación mexicana La Virgen estuvo en la Cámara de Diputados” Relata el especialista en arte colonial del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, que esa imagen que presidió la Cámara fue entregada en 1822 al primer Congreso Constituyente, y fray Servando Teresa de Mier lo interpretó como que la Virgen le regresaba la soberanía al Congreso La imagen, añade, se salvó del incendio ocurrido en la Cámara en 1872 y hoy forma parte del acervo del Museo de la Basílica Se incluye en la exposición “Zodíaco Mariano”, conmemorativa de los 250 años del patronazgo de la Virgen, que se presenta en el Museo Soumaya “Está en la muestra justamente como un indicador de la manera como el patronato fue incorporado por el Estado mexicano, al menos en la primera mitad del XIX” Y aunque para la Basílica de Guadalupe, como institución participante en la conmemoración de los 250 años, y su rector Diego Monroy, sea un acontecimiento histórico religioso, Cuadriello aclara que la exposición es una muestra de “iconografía política”: “Ahí vemos cómo un símbolo, como es la Virgen, logró legitimar la conciencia de territorialidad común y de soberanía política, porque la geografía del patronato abarcó desde Honduras hasta California Todas las ciudades y villas comprendidas en ese territorio declararon patrona a la Virgen, y fue la única imagen que tuvo misa y oficio propio Fue una especie de beatificación de la imagen lo que el Papa hizo al incorporarla a la liturgia y darle su misa para el 12 de diciembre, que es una fiesta nacional” --¿La visión de la exposición es entonces desde la historia del arte? --Desde luego, es una muestra de iconografía política, que es la rama en la cual se estudian las alegorías Y como propuesta museográfica es una forma de estudiar un solo cuadro en su contexto y revisitar algunos de los pintores más famosos del siglo XVIII representados ahí, contemporáneos a Miguel Cabrera El historiador se refiere al cuadro “La proclamación pontificia del patronato de la Virgen de Guadalupe sobre el reino de la Nueva España”, realizado hacia 1756, en torno al cual se organizó la exposición, y que --en su opinión-- fue plasmado por el pintor novohispano --¿Cómo le atribuye el cuadro a Cabrera? --Apoyado en documentos que permitían acercarla a él, porque Cabrera pintó una igual en tamaño monumental dentro de la antigua Colegiata que, por desgracia, se perdió Y porque tenía relaciones muy directas, tanto con el padre Juan Francisco López (procurador jesuita que logró la declaratoria) como con los mecenas de esta obra, que eran los hermanos Cayetano y Antonio de Torres, grandes líderes intelectuales de su época “Además parto, desde luego, del consejo estilístico de la comparación con otras obras y porque el propio Cabrera estaba involucrado en todo este proceso de procuración: él hizo la copia para el Papa y escribió su libro ‘La maravilla americana’, donde dictaminaba que la Virgen estaba pintada de forma inexplicable” La exposición, agrega el especialista, es un homenaje a Miguel Cabrera, a todo el imaginario que trasladó en la pintura y a los pintores que se incluyen en el conjunto de obras, y que le ayudaron a hacer su dictamen Al mismo tiempo, celebra la efeméride que significó “en la historia política, el reconocimiento de la Nueva España como un territorio común compartido y una sociedad unificada en un sólo símbolo”

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