Servicio de limpia a la medida
México, D F, 8 de marzo (apro)- Las autoridades hacendarias y bancarias que, en contubernio, dieron vida al Fobaproa, uno de los saqueos millonarios más grandes al país en la época reciente, ya pueden estar tranquilas, pues aunque Andrés Manuel López Obrador llegara al poder en el 2006, éste no podrá fincarles responsabilidades
Para ello trabaja arduamente el actual director del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), --organismo que heredó los compromisos del llamado Fobaproa--, Mario Beauregard y así lo expresó ante diputados y en forma cínica cuando sostuvo que se está elaborando un “libro Blanco” en el que se “justificarán las operaciones”
¿Qué significa lo anterior? Pues que Beuregard, empleado de quien fuera subsecretario de Hacienda, Agustín Carstens, a su vez empleado de Francisco Gil Díaz, buscarán que las operaciones fraudulentas que cometieron Bancomer, Banamex, Banorte y Bital, ahora HSBC, estén respaldadas jurídicamente
Como se recordará estos cuatro bancos incurrieron en fuertes irregularidades con un millonario costo para el erario federal al incluir en su cartera operaciones irregulares que, a su vez, fueron rescatadas por el gobierno Se trató del llamado Programa de Compra y Capitalización de Cartera
Al inicio del sexenio de Vicente Fox, un hombre, Fortunato Álvarez, logró documentar dichas irregularidades Habló de un gran daño patrimonial y de la obligación que tenía el gobierno para resarcir los daños y hacer pagar a los aprovechados banqueros y corruptos funcionarios Pero Fox, en lugar de eso, relevó de su cargo a Fortunato Álvarez y le siguieron varios altos funcionarios del IPAB hasta que se ubicó en sus lugares a gente afín a Paco Gil
Una vez hecho esto y habiendo perdido su gran oportunidad de hacer algo en beneficio de la nación, Fox, respaldado por Carstens y Beauregard, llegó a “un acuerdo” con los cuatro bancos par establecer el Nuevo Programa de Compra y Capitalización de Cartera
Bajo este nuevo instrumento, los bancos se comprometieron a someterse a “nuevas auditorías”, es decir, el trabajo de Fortunato Álvarez y demás valiosos funcionarios del IPAB sería tirado a la basura, pues no favorecía en nada a los banqueros y sí afectaba a funcionarios que ayer participaron en el Fobaproa y que hoy siguen formando parte de la nómina federal
Con el “nuevo” programa, efectivamente, “se justificarán las operaciones”, como lo dijo cínicamente la mañana del 7 de marzo el actual director del IPAB Así cuando López Obrador llegue a la Presidencia de la República, si es que la gana, encontrará todo en regla y con argumentos suficientes para exculpar de todo a los cuatro grandes bancos, o por lo menos se les imputarán apenas unos pequeños cargos en su contra
Por esto, que ni se haga ilusiones López Obrador, pues ya Vicente Fox se le adelantó y antes de que concluya su sexenio gritará a los cuatro vientos que pudo resolver el Fobaproa, cuando en realidad lo que único que hará es “limpiar” los expedientes negros de banqueros y autoridades hacendarias