Franco, en retirada

lunes, 18 de abril de 2005 · 01:00
Madrid, 18 de abril (apro) - El 17 de marzo, la enorme estatua ecuestre del dictador Francisco Franco que, desde 1959, mostraba a los viandantes una imagen altiva del personaje señalando una ruta, se retiraba para siempre de la plaza de Santa Cruz, junto al gigantesco edificio de los Nuevos Ministerios, en el Paseo de la Castellana de esta ciudad --anteriormente “del Generalísimo” Al tener noticia del “ultraje”, decenas de nostálgicos del franquismo se concentraron en el lugar para insultar a los operarios que desmontaban el monumento y gritaban consignas contra el “gobierno rojo” Manos en alto, proferían vivas y saludaban al último dictador de Europa Occidental mientras entonaban viejos cánticos falangistas Pero el revuelo no se generalizó El Ministerio de Fomento, que ordenó el retiro, decidió realizar la operación en plena madrugada, cuando la ciudad está prácticamente vacía Las mayores protestas contra esa disposición provienen de la principal fuerza opositora, el Partido Popular (PP), que oficialmente ha renegado de las dictaduras y difundido un discurso de firme defensa de la democracia con sus libertades Incluso había suscrito, junto al resto de las formaciones con representación parlamentaria, un documento formal de condena a la dictadura franquista y en favor de la reparación moral y material a sus víctimas La reacción del PP no carece de lógica Varios de sus más destacados dirigentes –algunos ministros en los gobiernos presididos por José María Aznar-- llevan los apellidos de relevantes funcionarios franquistas, como Gabriel Cisneros, quien fue procurador de las Cortes en 1971 y director general de Asistencia Social del Ministerio de la Gobernación en 1975 O bien como Rodolfo Martín Villa, exfalangista, gobernador civil y jefe nacional del Movimiento en Barcelona, en 1974; Abel Matutes, ministro de Asuntos Exteriores con Aznar y alcalde de Ibiza en 1970; José Manuel Romay , ministro de Sanidad en los gobiernos del PP y subsecretario del Ministerio del Interior y de la Presidencia de Gobierno en los últimos años de la dictadura Otros ejemplos: Pío Cabanillas, director general de Radio Televisión Española con José María Aznar e hijo de Pío Cabanillas, ministro de Información y Turismo en la última etapa franquista Para no ir más lejos, el presidente fundador del PP y actual presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, fue ministro en gobiernos del dictador Guerra de símbolos A la mañana siguiente, el portavoz parlamentario del PP en el Congreso de los Diputados, Eduardo Zaplana, aseguraba que con el retiro de la estatua ecuestre el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se convertía en “el más radical de la historia democrática”, porque había decidido “reabrir heridas y rencillas” El diario El Mundo, afín al Partido Popular, acusaba al Ejecutivo español de “sectarismo” en su primera página En distintos debates televisivos durante las jornadas siguientes, otros periodistas que siempre han proclamado su fervor democrático arremetieron contra la decisión de “jubilar” el viejo monumento, arguyendo que Franco forma parte de la historia de España, y que desmontar su imagen no cambiaría lo sucedido Otro periodista, ubicado en la izquierda, Eduardo Haro Tecglen, escribía en su columna habitual del diario El País que muchos profesionales de la información que se manifestaron contra la retirada del símbolo franquista, estaban “saliendo del armario” Pero dicha estatua, que ha sufrido atentados con pintura, no es el único monumento al dictador ni el último símbolo franquista Hasta hace poco tiempo, en la plaza principal de El Ferrol (antes llamado “del Caudillo”), ciudad natal de Francisco Franco, se erguía otra estatua ecuestre de grandes dimensiones, que cada semana recibía expresiones de desaprobación en forma de manchas de pintura fosforescente o pintas más o menos ingeniosas Una de ellas: “El asno y el caballo, ¡fuera de la plaza!” Finalmente, el ayuntamiento decidió retirarla España es el último país de Europa que todavía conserva en innumerables lugares algún monumento en memoria de su último dictador En Italia, por ejemplo, el único recordatorio oficial de Mussolini es su propia tumba, mientras que en Alemania esta clase de expresiones apologéticas del Tercer Reich o de Hitler están severamente prohibidas Por su parte, el Partido Socialista ya se había propuesto acabar con esta situación durante su Congreso 36 Allí aprobó una resolución para “reparar moralmente a tantos de nuestros compañeros que sufrieron persecución y muerte, a los que protagonizaron una lucha honesta y heroica por mantener la legalidad constitucional durante la Guerra Civil, que se enfrentaron a la dictadura franquista y sufrieron persecución” En el mismo documento se instaba a los funcionarios de gobierno correspondientes a “promover el retiro y ubicación de todos los símbolos externos que subrayen la confrontación” Por ello, el verano pasado se creó la Comisión Interministerial para la Recuperación de la Memoria Histórica y la Rehabilitación de las Víctimas, y ya se anunció que en junio próximo el gobierno español regulará el retiro de todos los símbolos fascistas de las calles y de los edificios oficiales No parece tarea fácil La estatua de Nuevos Ministerios pudo retirarse porque administrativamente dependía del Ministerio de Fomento, aunque éste tuvo que solicitar una licencia de obra al ayuntamiento de la capital, gobernada por el PP, para “retirar elementos ornamentales” Pero, por ejemplo, un monumento fundido con el mismo molde preside una de las más importantes plazas de la ciudad de Santander, y allí depende directamente del consistorio El alcalde Gonzalo Piñeiro, del PP, asegura que también allá se va a reubicar la estatua dentro de poco, al futuro Museo de Historia de la ciudad Así mismo, en Santander, se desmontará un escudo republicano tallado en piedra, para que comparta lugar con Franco en el museo, bajo el concepto de que ambos son “símbolos preconstitucionales” El alcalde santanderino dice que dará exactamente el mismo trato a la dictadura --producto de un golpe de Estado que se transformó en una cruenta guerra-- que a la Segunda República, surgida en las urnas Recuerdo petrificado La desaparición de todos los símbolos de la dictadura franquista va más allá de la oposición de los fascistas nostálgicos y de los alcaldes del PP Es tal el número, la diversidad y la extensión de estos monumentos, que no ha sido posible elaborar un catálogo completo Otras estatuas de Franco se encuentran en ciudades como Oviedo (un busto de grandes dimensiones), Guadalajara (pequeña y situada en un discreta parque, bajo un árbol), Melilla (en la que aparece a pie, con uniforme de los Regulares durante la Campaña de África) o Zaragoza, en este caso nada menos que en la Academia General Militar, el mayor centro de formación del Ejército español en territorio nacional La figura de Franco montando a caballo, con uniforme y en actitud de dirigir tropas, desaparecerá en breve de este último recinto gracias a una iniciativa aprobada en el Parlamento en noviembre pasado Además, la “limpieza” no sólo tiene como objeto a Franco La iconografía de su régimen tenía otros “héroes”, como el ideólogo de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, numerosos generales golpistas y los desaparecidos de su bando, agrupados en un genérico “caídos por Dios y por España”, que son recordados en miles de monolitos en cruces de carreteras secundarias, plazas de los pueblos y fachadas de iglesias en todo el país Ejemplos hay miles En San Sebastián está la gran estatua del Sagrado Corazón que corona el Monte Urgull y domina toda la ciudad En Bilbao se encuentra un escudo franquista en lo más alto del edificio de la Agencia Tributaria En la plaza Mayor de Salamanca resalta un medallón de piedra con el busto de Franco, junto a una cruz dedicada a los “caídos” En Toledo hay una inscripción de piedra al lado de la puerta principal del ayuntamiento, y en una fachada del Alcázar está la figura del Ángel Caído, en homenaje a los falangistas muertos En la Comunidad Valenciana se encuentran distintos monolitos con el yugo y las flechas (emblema de Falange), e inscripciones en piedra que conmemoran el paso de las tropas de Franco En la región de Murcia se localizaron más de 150 símbolos franquistas en 40 de sus 45 poblaciones, incluido un obelisco en el pueblo de Abarán En Granada, unas manos aladas dedicadas a la memoria de José Antonio Primo de Rivera descansan frente a la Diputación Provincial En Las Palmas de Gran Canaria, hasta junio pasado podía verse una placa conmemorativa del denominado Alzamiento Nacional (nombre que Franco dio a su levantamiento contra el gobierno republicano) en la fachada del Gobierno Militar; y en Tenerife se está restaurando una fuente sobre la que una figura del “caudillo” está de pie, apoyando sus brazos sobre una cruz y con un ángel de alas desplegadas a sus pies El pasado fascista persiste además en los nombres de calles, plazas y avenidas de cientos de pueblos y ciudades, especialmente aquellas donde gobierna el Partido Popular La avenida en la que está el monumento mencionado en Tenerife se denomina Rambla General Franco En Palma de Mallorca existe la Plaza del Caudillo, y en Valladolid hay barrios con los nombres de La Victoria, 25 Años de Paz (en recuerdo del despliegue propagandístico de la dictadura en 1964), y Girón Este último en memoria del falangista José Antonio Girón de Velasco, conocido como “el León de Fuengirola” y quien se hiciera famoso en los cincuenta y sesenta por sus encendidos discursos y por las palizas que propinaban sus secuaces a los estudiantes universitarios Terminó sus días implicado en el escándalo de estafa inmobiliaria en la Costa del Sol: el caso Sofico En Madrid hay decenas de calles en honor, por ejemplo, de los Caídos de la División Azul, General Mola, General Yagüe, General Moscardó, Batalla de Belchite, Paseo Muñoz Grandes (otro falangista), Capitán Haya y Héroes del Alcázar Además, destacan el Arco de la Victoria, mandado construir por Franco a la entrada de la capital para celebrar su toma en 1939, y otro al norte, en la plaza de Castilla, erigido en memoria de José Calvo Sotelo, uno de los ideólogos e instigadores de la sublevación militar contra la Segunda República Por si fuera poco, miles de edificios construidos por el Ministerio de la Vivienda de aquella época ostentan el símbolo falangista del yugo y las flechas junto a los portales Con todo, será imposible desmantelar el mayor monumento del franquismo: la Cruz de los Caídos, megalómano monumento excavado en roca viva, en el municipio madrileño de El Escorial El conjunto se compone de una enorme basílica y una cruz de más de cien metros de altura En la construcción de esta gloria franquista participaron miles de presos políticos Cientos murieron durante los trabajos forzados Hoy acoge los restos del dictador y del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, por lo que es un centro de “peregrinación” para nostálgicos de su régimen Varias asociaciones por la Recuperación de la Memoria Histórica, que en España están convirtiéndose en un auténtico movimiento social, se han reunido con el gobierno para cambiar el sentido de este mausoleo –cuya demolición es casi imposible, para convertirlo en un centro de “interpretación” del franquismo y que sirva como recordatorio de los horrores de la dictadura De esta manera, el retiro de la estatua de Franco en Madrid ha servido para reactivar el debate sobre un aspecto fundamental que la transición democrática española dejó pendiente Y cobra especial importancia ahora que el discurso de la oposición de derecha se endureció en el Parlamento y en los medios de comunicación, hasta el punto que muchos periodistas y políticos califican como una “estrategia de la tensión” Este calificativo evoca la estrategia seguida por la oposición derechista en vísperas de la sublevación de Franco contra el gobierno de la Segunda República

Comentarios