Conmoción en Roma y el mundo al aparecer la fumata bianca

miércoles, 20 de abril de 2005 · 01:00
* Joseph Ratzinger, el nuevo Papa, eligió llamarse Benedicto XVI Ciudad del Vaticano, 19 de abril (apro) - El Colegio Cardenalicio eligió hoy al cardenal alemán Joseph Ratzinger, encargado de la Congregación para la Doctrina de la Fe, como el nuevo Papa Ratzinger eligió inmediatamente llamarse Benedicto XVI La elección de Ratzinger se dio en el segundo día de votaciones, las cuales habían empezado la tarde del lunes 18 y habían sido precedidas de la misa “Proeligiendo Romano Pontífice”, la cual por cierto fue encabezada por el mismo Ratzinger, y en la que defendió la ortodoxia católica, y comparó a la Iglesia como una embarcación a la que no perturba el oleaje de las corrientes ideológicas del mundo Ese mismo lunes 18 al inicio del cónclave, ocurrió un hecho inesperado; la Televisión Vaticana transmitió las imágenes de los 115 cardenales votantes entrando a la Capilla Sixtina y, uno a uno, prestando juramento y poniendo sus manos ante una enorme Biblia Nunca antes en la historia de los cónclaves se había dado a conocer al mundo esta ceremonia privadísima que precede a la votación Ese lunes 18 el cónclave inició por la tarde y se llevó a cabo una votación en la Capilla Sixtina Las decenas de miles de peregrinos que se congregaron en la Plaza de San Pedro veían con atención la chimenea que se yergue sobre el techo de la Capilla Sixtina y, al término de la votación, poco después de las 20:00 horas pudieron ver la fumata --humo negro-- saliendo de la chimenea, en señal de que en esa primera votación los cardenales aún no habían elegido Papa Para entonces las especulaciones se habían desatado totalmente, y entre los candidatos que se mencionaban, figuraban el mismo Ratzinger, el arzobispo de Milán, Dionigi Tettamanzini y, entre los latinoamericanos, destacaba Oscar Rodríguez Madariaga, arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, y Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, y de quien se decía contaba con el apoyo de los poderosos Legionarios de Cristo La mañana del martes 19, se efectuaron las primeras votaciones, en las cuales los cardenales tampoco lograron el consenso requerido –tres cuartas partes de los votantes-- para elegir al nuevo Papa, por lo que a mediodía se comunicaron con el exterior mandando señales de humo negro El humo fue visto por una multitud de fieles que permanecía en la plaza de San Pedro, y en la que había bastantes mexicanos que agitaban banderas del país y coreaban porras a Juan Pablo II y a México Entre éstos estaban, aparte de los fieles laicos, varios sacerdotes y obispos mexicanos, entre ellos Emilio Berlié Belaunzarán, obispo de Yucatán, y el mismo embajador de México ante la Santa Sede, Javier Moctezuma Barragán, quien junto con su familia observaba atento la chimenea –“por el momento salió humo negro Me voy a la embajada Regreso por la tarde para esperar la siguiente votación”-- Y la gran sorpresa sucedió justamente por la tarde A las 17:50 horas salió humo blanco de la chimenea; era el momento que estaban esperando los cientos y cientos de camarógrafos apostados en semicírculo a la entrada adoquinada de la plaza de San Pedro, justo donde termina la avenida de la Conciliación En toda esa línea podían verse sus potentes lentes apuntando como cañones hacia el objetivo fijo de la chimenea Parecían piezas de artillería Arriba de las columnatas que circundan dicha plaza, también había apostados camarógrafos y fotógrafos que, sin importarles el fuerte frío y la llovizna, permanecían con sus lentes fijos en la chimenea Y ello sin contar a otros muchísimos camarógrafos y fotógrafos que ocupaban muchas azoteas aledañas a la plaza de San Pedro Así fue que la tarde de este martes empezó a salir la fumata bianca, e inmediatamente la multitud ahí congregada empezó a aplaudir, gritar, sacudir sus banderas y a corear “habemus Papam” Empezaron a dispararse los falsazos de las cámaras y a doblar las campanas de la Basílica de San Pedro Toda la ciudad de Roma se conmocionó: la gente que deambulaba por las calles empezó a correr a la plaza, los vehículos que circulaban por las calles sonaban sus cláxones, de las salidas de las estaciones de los Metros cercanos empezó a salir en tropel una enorme cantidad de gente El tráfico vehicular se desquició y comenzaron a llegar a la carrera miles y miles de fieles a la plaza de San Pedro Poco después de las 18:00 horas ya eran cientos de miles de personas las que se habían congregado en la plaza, que en ese momento ya estaba desbordada A las 18:40 se abrió el balcón central de la Basílica de San Pedro, adornado con una cortina púrpura y, el encargado de dar la noticia, el prodiácono y cardenal chileno Jorge Arturo Medina Estévez fue el encargado de dar la noticia al mundo del nombramiento del nuevo Papa, y pronunció a la multitud la ansiada fórmula: “Habemus Papam” El grito de la multitud fue la respuesta, a la espera con agitada expectación que apareciera en el balcón el recién ungido Para entonces, la atención no se concentraba en la chimenea, sino en el balcón central de la Basílica, cuya balaustrada empezó a ser adornada con un enorme tapiz que tenía estampado el Escudo Vaticano Por los balcones laterales empezaron a salir los 114 cardenales que habían elegido al nuevo jefe de la Iglesia católica, todos vestidos de rojo; eran las 18:49 cuando por fin se aparece en el balcón central el cardenal Joseph Ratzinger, cubierta la cabeza con una enorme mitra y precedido del anuncio hecho por Medina Estévez, de que su nombre pontificio será Benedicto XVI, por lo que continuaría la tradición de los pontífices con ese nombre, el último de los cuales, Benedicto XV, gobernó a la Iglesia a principios del siglo XX Ratzinger pronunció unas breves palabras a la multitud, y concluyó con una oración seguida por todos los fieles congregados, que terminaron por persignarse al término de la misma Misa de Benedicto, el día 24 Eran casi las 19:00 horas cuando Ratzinger levanto los brazos, agitó las manos y dijo adiós a los cientos de miles de fieles congregados a sus pies Este miércoles los cardenales y el nuevo Papa celebrarán una misa a la que no podrá asistir ninguna otra persona, y será hasta el domingo 24 cuando Benedicto XVI celebré, ya como nuevo Papa, su primera misa en la Basílica de San Pedro, en la que ahora sí podrán participar los fieles católicos

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