Misterios del cónclave

domingo, 3 de abril de 2005 · 01:00
Conforme a las normas del Vaticano, 183 cardenales -de los que sólo 117 menores de 80 años tienen derecho a voto- se reúnen en la Capilla Sixtina y bajo los frescos de Miguel Ángel para elegir al "romano pontífice" El objetivo de ese cónclave, que Juan Pablo II amuralló mediante severas reglas, es nombrar nuevo Papa y así resolver los escarceos surgidos entre grupos de poder y facciones doctrinarias en sus afanes por imponer sucesor SAN FRANCISCO- Una vez declarada la Sede vacante, los cardenales electores reunidos en la Capilla Sixtina emiten un solemne juramento: "Prometemos observar con la máxima fidelidad y con todos, tanto clérigos como laicos, el secreto sobre todo lo relacionado de algún modo con la elección del romano pontífice" Los secretos del cónclave cardenalicio son los mejor guardados La elección del Papa número 266 se someterá a un proceso electoral que data de hace casi mil años Se han intensificado los forcejeos entre corrientes, tanto del Vaticano como internacionales, para colocar a sus candidatos e influir en la decisión de los 117 cardenales de 55 países que participan en la sucesión papal Después de los funerales, no sólo se prepara la logística del cónclave presidido por el cardenal Joseph Ratzinger, sino que también se desarrollan las campañas electorales o contactos entre los cardenales hasta la misa "Pro eligendo Papa" Ésta abrirá la reunión de 183 cardenales, de los cuales tienen derecho a voto sólo 117, menores de 80 años: 58 son europeos, 14 estadunidenses, 21 latinoamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y dos de Oceanía Desde la Sede vacante hasta el Extra omnes (¡fuera todos!) que anuncia el inicio del cónclave, los cardenales pasan juntos unas dos semanas bajo la escena de la creación de Adán hasta la del Juicio Final (los frescos de la Capilla Sixtina); en ese tiempo surgen alianzas estratégicas, maniobras y consensos electorales Aparentemente, Juan Pablo II dejó bien amarrada su sucesión al nombrar a 130 cardenales durante sus 26 años de pontificado, con lo que habría asegurado una influencia ideológica en la elección del nuevo pontífice "El control de la opinión pública y una rigurosa aplicación de las normas bastante severas del secreto permiten hacer pasar la operación como un éxito plebiscitario, ocultando las oposiciones y tensiones causadas por manejos que no son siempre muy limpios", dice en entrevista el prestigiado vaticanista Giancarlo Zizola, quien en su nuevo libro La otra cara de Wojtyla resume así la importancia de las técnicas electorales del próximo cónclave, desde la fallida reforma de Paulo VI hasta la rebaja de la mayoría requerida en la reforma de Wojtyla: "Esto no es una competición deportiva Y tampoco una lotería Es una cuestión muy grave relativa a la orientación que ha de tomar la Iglesia para los próximos años El futuro de los católicos depende de este cónclave" -¿Es peligroso que el cónclave esté diseñado por el propio Juan Pablo II? -No, el cónclave siempre ha reivindicado su autonomía Si se estudian los cónclaves del siglo XX se verá, por ejemplo, que los cardenales nombrados por Pío IX a lo largo de un pontificado de más de tres décadas eligieron a un Papa innovador, a pesar de haber sido Pío IX un Papa restaurador y muy conservador De la misma forma, los cardenales nombrados por Pío XII eligieron a un Papa como Juan XXIII; no es de modo alguno automático Prosigue: "No existe ninguna regla objetiva que explique o demuestre de manera evidente qué cónclave debe responder a la lógica política del Papa que haya nombrado a la mayoría de los cardenales que lo integran Esa supuesta lógica ha sido desmentida por la historia Los cardenales nombrados por Juan Pablo II pueden orientarse en una dirección diferente de la que habría esperado este Papa" Las maniobras Los cardenales electores deberían representar a más de mil 100 millones de católicos de 180 países, pero el Papa polaco se encargó, con sus ocho consistorios, de que sólo 55 países formen parte del colegio cardenalicio Por ejemplo, algunos países del antiguo bloque comunista están legitimados en el mismo rango que países históricamente católicos, situación que crea un ambiente geopolítico inédito en estas elecciones, con 50% de los electores provenientes de Europa y sólo 17% de Latinoamérica La elección del próximo pontífice está marcada también por el notorio crecimiento que experimentaron con Juan Pablo II los movimientos religiosos conservadores, como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo y Comunión y Liberación -todos ellos con cardenales candidatos al trono de Pedro-, en detrimento de las congregaciones tradicionales, como jesuitas y franciscanos, que ejercieron su poder en anteriores cónclaves Más allá de la división entre progresistas y conservadores, esta vez dos grandes bloques influirán en la designación: los "continuistas", que están a favor de que el Papa siga ejerciendo el poder absoluto al lado de la Curia Romana y cubierto por el dogma de la infalibilidad, y los "reformistas", que desean la distribución de ese poder hacia las conferencias episcopales Los primeros prevén pocos cambios de política en torno de la moral sexual, social y ecuménica, mientras los segundos buscan darle un giro importante a la conducción de la Iglesia El vaticanista Marco Politi -coautor junto a Carl Bernstein del bestseller Su santidad Juan Pablo II- afirma en entrevista que nada hay más impredecible que el resultado electoral: "Los pronósticos suelen fallar" -¿Podría haber un continuismo en la Iglesia, es decir, un "wojtylismo" después de Juan Pablo II? -se le pregunta a Politi -Nunca ha habido un continuismo en la Iglesia Hay siempre un cambio Después de Pío XII, Juan XXIII; de Juan XXIII siguió Paulo VI y posteriormente Karol Wojtyla -Con un cónclave diseñado por Juan Pablo II, ¿puede seguir el "wojtylismo"? -Hay una gran diferencia cuando el Papa está vivo y reinando, y cuando el Papa muere Cuando no hay Papa en la Iglesia, los cardenales se convierten en hijos sin padre, son todos adultos y pueden tomar decisiones en torno a la sucesión como quieran También el cónclave que eligió Juan XXIII era un cónclave seleccionado para Pío XII, pero tomó una dirección diferente" Por su parte Zizola, que ha vivido varios cónclaves, prefiere pensar que los cardenales elegirán a un hombre que difiera de Wojtyla en el pensamiento y las formas: "Se han sopesado las múltiples tendencias del Colegio de Cardenales y se ha constatado, a diferencia de los cónclaves de 1978, que el interés está centrado ahora en los puntos críticos de la situación eclesial, más que en las elucubraciones acerca de la quiniela de papables, casi siempre expuesta al hazmerreír de la historia" -¿La Iglesia necesita a alguien opuesto a la ideología conservadora de Juan Pablo II? -Creo que sí, aunque debemos dejar a un lado el esquema ideológico de la derecha y la izquierda, y fijarnos más en cuáles son hoy las soluciones presentes y urgentes que la Iglesia católica demanda en el mundo cristiano, en el mundo religioso y espiritual contemporáneo, y en todo el mundo, no solamente desde un punto de vista confesional católico Tendencias Por primera vez, los cardenales no pensarán en un enemigo concreto de la Iglesia como el comunismo Ahora los electores se centrarán en temas que afectan el desarrollo del catolicismo, como el avance de otras religiones que han provocado el éxodo de fieles La elección, al parecer, se debatirá entre un candidato europeo y uno del llamado Tercer Mundo También es posible que lo haga entre un candidato con experiencia curial, es decir, proveniente del aparato del Estado Vaticano, y otro con experiencia pastoral y trabajo con las comunidades de base El vaticanista José Manuel Vidal, autor de Habemus Papam De Juan Pablo II al Papa del olivo, dice en entrevista que, según la historia, nunca se elige un Papa proveniente de un país con gran influencia política Explica: "La Iglesia es una institución sabia y por tanto, conscientes muchos cardenales electores de que la Iglesia se ha ido demasiado a la derecha, se ha escorado demasiado, saben que la nave hay que ponerla de nuevo en equilibrio, girar el timón hacia el centro y hacia la centroizquierda, en una situación parecida a la que hubo después del Concilio Vaticano II Tiene que volver a entrar aire fresco en el barco de la Iglesia y tienen que sentirse a gusto en la Iglesia todos: izquierda, centro y derecha En estos momentos sólo se siente realmente a gusto la derecha y esa es una situación que no se puede permitir ninguna institución, ni siquiera la Iglesia Lógicamente, el péndulo va a actuar y actuará a fondo" De acuerdo con su análisis, el Vaticano no está listo para un Papa latinoamericano: "No lo veo Este Papa se ha convertido en el mensaje Un Papa latinoamericano sería un mensaje en sí mismo Hay muchos cardenales cansados del experimento de haber elegido a un Papa no italiano Los italianos por sabiduría, cultura, historia, y por estar empapados de ese espíritu universalista que les da el haber tenido siempre al Papa en Roma, son gente con mucha fineza, capaces de equilibrar Este Papa polaco, eslavo, muy unidireccional, ha sido un Papa que se ha decantado mucho por unos, en contra de los otros Eso un Papa italiano nunca lo haría Eso es lo que está deseando la mayoría de los cardenales electores, que vuelva la diplomacia, la fineza italiana" A sus 80 años, el vaticanista Benny Lai ha analizado de cerca los últimos cuatro cónclaves y asegura que desde hace tiempo hay encuentros entre obispos y cardenales con "conciliábulos restringidos" para determinar las tendencias, aunque advierte que generalmente los llamados "papables" no suelen ser elegidos: "Es una regla no escrita, ligada a los mecanismos, a los acuerdos, a las alianzas y a todos esos movimientos impredecibles que contribuyen a crear el clima particular de misterio de los cónclaves" Lai cree que, además de los aspectos ya mencionados, la logística será un factor determinante para la elección, ya que por primera vez los cardenales se alojarán en la Casa de Santa Marta, una especie de hotel de lujo del Vaticano donde se relacionarán mejor que en el pasado: "Se podrán formar auténticos grupos, partidos basados en influencias geopolíticas" Elección sellada Y es que Juan Pablo II, en su Constitución Apostólica de 1996, recoge las disposiciones sobre la Sede vacante y la elección del pontífice bajo el documento Universi Dominici Gregis (De todo el rebaño del Señor), en el cual dispuso que se contruyera dentro del Vaticano la Casa de Santa Marta, que -a diferencia de los aposentos del Palacio Pontificio donde se hospedaban anteriormente los cardenales- cuenta con habitaciones provistas con baño, servicio y agua caliente El documento no indica cómo se trasladarán los cardenales desde sus habitaciones a la Capilla Sixtina, ubicada al otro lado del palacio Se prevé que utilicen autobuses o un túnel subterráneo, aunque en el Vaticano se advierte que se mantendrá un estricto secreto y no se permitirá que "nadie se les acerque" a los electores en el trayecto La Constitución del Papa polaco contiene las normas más estrictas en la historia de la Iglesia sobre este proceso de sucesión El artículo 59 de la Constitución de 1996 dice: "Está prohibido a los cardenales electores revelar a cualquier otra persona noticias que, directa o indirectamente, se refieran a las votaciones, como también lo que se ha tratado o decidido sobre la elección del pontífice en las reuniones de los cardenales, tanto antes como durante el tiempo de la elección Tal obligación del secreto concierne también a los cardenales no electores participantes en las congregaciones generales, según la norma del número 7 de la presente Constitución" Además, juran secreto las personas de servicio que ingresan al recinto del cónclave: médicos, cocineros, funcionarios, empleados en los escrutinios, liturgistas para las ceremonias, el asistente del decano y los confesores en varios idiomas Los cardenales tienen prohibido introducir teléfonos celulares o computadoras y cualquier otro medio de captación o transmisión audiovisual: "De manera especial, se prohíbe a los cardenales electores, por todo el tiempo que duren las operaciones de la elección, recibir prensa diaria o periódica de cualquier naturaleza, así como oír transmisiones radiofónicas o ver transmisiones de televisión" El mismo día del Extra omnes comienzan las votaciones A cada cardenal se le entregan las papeletas blancas y rectangulares que llevan en la parte superior el texto: Eligo in summum pontificem ("Elijo como sumo pontífice") y enseguida un espacio para escribir el nombre del candidato; después los cardenales se acercan hasta el altar con ellas en la mano y las depositan en un cáliz Tres interventores comienzan el recuento: uno dice en voz alta el nombre de cada papeleta, mientras el otro anota en silencio y el tercero atraviesa la papeleta correspondiente con el hilo de una aguja Cuando termina el conteo se hace un nodo con las papeletas cosidas y se realiza una fumata El humo negro, logrado con una sustancia especial, es señal de que no se ha alcanzado la mayoría necesaria Para ser elegido Papa se necesita obtener dos tercios de los votos A partir de la segunda jornada, se hacen dos votaciones por la mañana y dos por la tarde durante tres días Si a la decimotercera votación ningún candidato ha obtenido la proporción de votos requerida, se decreta una jornada de reflexión y "clérigos de gran sabiduría" predican a los cardenales para que se esfuercen en ponerse de acuerdo Y si el decimoquinto día no se ha designado Papa, los cardenales tendrían que elegirlo por mayoría simple En este caso, Ratzinger le pregunta al triunfador si acepta la elección y qué nombre va a usar, luego el nuevo Papa pasa a la llamada "sala de lágrimas", un cuarto contiguo donde el sastre aguarda y tiene preparadas tres sotanas blancas de distintas tallas, donde por los nervios el nuevo Papa suele llorar Entonces se prepara la "fumata bianca", la columna de humo blanco que anuncia públicamente que los católicos tienen nuevo Papa El balcón central de la Basílica de San Pedro se abre y el cardenal protodiácono -ahora el chileno Jorge Arturo Medina Estévez- dice: "Os anuncio una gran alegría: ¡Habemus Papam! Su nombre es" l

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