¡Fischer fue liberado!

lunes, 4 de abril de 2005 · 01:00
México, D F, 4 de abril (apro)- Robert James Fischer es una leyenda viviente El estadunidense, en 1972, hizo algo realmente espectacular: le quitó el trono mundial de ajedrez a los entonces soviéticos El campeón defensor, Boris Spassky, no pudo ante el empuje de Bobby, quien se trazó la meta de ser el campeón del mundo desde –quizás– los 14 años Una vez habiendo ganado el máximo título del ajedrez organizado, Fischer se recluyó y dejó de jugar No participó en ningún otro torneo y durante 3 años (tiempo que tardaba el ciclo para buscar al retador del campeón de ese momento), no participó en justa alguna y se le perdió la pista al nuevo gran campeón En 1975 surgió entonces Anatoly Kárpov, un talento fuera de serie, con una resolución de llegar a recuperar el título mundial para los rusos y con una energía que contradecía su delgada estructura física Pero Fischer no quiso jugar Dijo que quería un match a un número determinado de triunfos, sin contar los empates El estadunidense sugería 10 triunfos, pero si el campeón defensor llegaba a un score de 9 contra 9, se le declararía campeón de nuevo Eso es equivalente a decirle al retador que tiene que ganar por 2 puntos para hacerse del título Kárpov objetó la idea de Fischer y la FIDE (la federación internacional), no pudo sacar de sus ideas al monarca Así, como el campeón del mundo no aceptó ningún otro tipo de planteamiento, la FIDE declaró a Kárpov como el campeón del mundo, por inasistencia de Fischer Sin embargo, en 1992, un empresario en Belgrado logró algo increíble: convenció a Fischer de regresar a los tableros Y fue en un match de revancha contra el mismísimo Boris Spassky Cinco millones de dólares fue el argumento del empresario, los cuales no pudieron ser más tentadores y el estadunidense cedió Así, Fischer y Spassky se enfrentaron de nuevo Fischer –20 años más viejo– ganó a su rival sin mayores problemas Pero ocurrió una circunstancia inesperada: el Departamento de Estado de su país prohibió a Fischer jugar en Yugoslavia, pues el “imperio” estaba aplicando sanciones a este país por razones políticas El gran Bobby entonces actúo como se esperaba: rechazó toda prohibición y en una conferencia de prensa escupió sobre la carta de la autoridad estadunidense Estados Unidos no olvidó la afrenta y cuando menos se lo esperaba, en el año 2004, Fischer fue detenido por viajar con un pasaporte vencido Esto ocurrió en Japón y empezaron a pasar los meses en la cárcel para el genio estadunidense Se hicieron todo género de trámites, apelaciones, argumentos, etcétera, para poder liberar a Bobby Estados Unidos planeaba extraditarlo para que enfrentara su “crimen” de ignorar al Departamento de Estado Fischer contraatacó con todas las argucias legales que halló Finalmente un hombre como él podrá ser un excéntrico, pero sin duda que no merece ir a prisión, sobre todo cuando puso el ajedrez y a su país con un campeón mundial no soviético El match de 1972 se jugo en Rejkiavik, Islandia, y los propios islandeses le ofrecieron la ciudadanía de ese país para intentar resolver el problema, y poder sacar de la cárcel japonesa a Bobby a la brevedad Finalmente lo lograron y las autoridades niponas dejaron en libertad a Fischer, que viajó de inmediato a Islandia, en donde fue recibido de manera tumultuaria El icono del ajedrez mundial, el gran Bobby Fischer recuperaba su libertad en un estado bastante deplorable Se ve que no fue muy bien tratado en la cárcel japonesa y, además, quizás por la barba larga que ahora usa, Bobby se ve en cierta medida calamitoso Tiene una expresión extraña y en alguna forma me da un poco de pena ver a un gran jugador como él teniendo que pasar por estas desagradables experiencias Lo importante, no obstante, es que los estadunidenses no sólo no se salieron con la suya, sino que, además, han perdido a un ciudadano único, que le dio empuje al ajedrez, que incluso para los teóricos políticos de ese país, demostró que en el capitalismo se pueden lograr jugadores del nivel campeón del mundo sin tener que acceder a las prácticas del comunismo Sea como sea, Fischer es libre y es ahora un ciudadano islandés Este esfuerzo por liberarlo demuestra que es muy cierto el lema de la FIDE: Gens una sumus (Somos una familia)

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