¡La terrorífica maldición!

lunes, 16 de mayo de 2005 · 01:00
México, D F, 16 de mayo (apro)- La cinta de terror japonesa Ju-on: The Grudge (2003), del realizador Takashi Shimizu, salió a la venta en DVD hace unas cuantas semanas Si fuera cualquier otro DVD probablemente no merecería comentario alguno, pero debido a la importancia que han cobrado las cintas japonesas de terror últimamente, como Ringu (o El Aro en su versión hollywoodense), Ju-on vale mucho la pena comentarse Esta terrorífica cinta de Shimizu --¡terrorífica en serio!--, es la tercera de una cadena de películas que tienen en común “una maldición generada por un asesinato cargado de furia” El causante fue un maestro de escuela, quien asesinó a su mujer a causa de los celos, y ya encarrerado, a su hijo Estas circunstancias generaron una maldición que acaba con todo el que entre en contacto, de alguna manera, con los espíritus de los occisos Ju-on: The Grudge --de la cual Hollywood se hizo un remake, con Sara Michell Gellar como protagonista-- gira en torno a diversas historias que brincan en el tiempo, todas ellas desafortunadas, en donde una serie de individuos pisan la casa en donde ocurrieron los asesinatos y, por consiguiente, deberán morir Al principio uno no entiende bien cómo y por qué están sucediendo las cosas, sobre todo si no ha visto las anteriores; tampoco lo hará al final, sin embargo, entenderá lo suficiente para saber cómo comienza la cadena de dichos asesinatos Es decir, como el director nos cuenta la historia de manera “salteada” o no lineal, uno debe ir reconstruyendo los hechos… Nos queda claro quién fue el primer muerto y por qué, y quiénes son los que le siguen y por qué Pero por otro lado, existe un vacío en cuanto al “modus operandi” de los espíritus: nunca sabemos por qué los espíritus hacen esto o lo otro para matar, por qué se manifiestan en ciertos lugares y en tiempos determinados, y detalles así Lo curioso es que por más que uno sabe que hay algo que no cuadra, hay una parte de nosotros que se ve atrapada irremediablemente por la orgía de matanzas, y peor aún, se siente indefenso ante un terror que parece ser capaz de cualquier cosa, un terror que a diferencia de Jason o Freddy Kruguer, no puede ser detenido; un terror que acecha una y otra vez, sin llegar a saciarse nunca Y valga la redundancia, uno es simple espectador, es decir, en otras cintas uno plantea soluciones para acabar con el malo, y en una de esas, el bueno termina haciendo lo que pensamos, lo cual nos reconforta Pero aquí nuestra mente se ve indefensa porque en el fondo sabe que no se puede hacer nada Eso, aunado con el terror de las víctimas, es un infierno No importa que nuestra parte consciente sepa que la historia tiene ciertas inverosimilitudes, pues nuestra parte emocional queda atrapada en un universo en el cual los vivos no tienen control de nada, y en el que los seres del más allá son entidades en los que no se puede confiar, no importa si fueron seres vivos, ahora juegan para otro equipo La visión japonesa del género de terror viene a refrescar la tan gastada fórmula de Freddy y Jason, aunque luego llegue Hollywood a rehacerlas y echarlas a perder

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