Fiesta en Cotija

viernes, 20 de mayo de 2005 · 01:00
* El beato Rafael Guízar y Valencia será canonizado * El llenó de flores el busto del quinto obispo de Veracruz Cotija de la Paz, Mich , 19 de mayo (apro)- El sábado 14 de mayo las campanas de los templos locales anunciaron a todo vuelo que había buenas noticias Ese día el Vaticano anunció que México tendrá un nuevo santo, un hijo de este pueblo: monseñor Rafael Guízar y Valencia, el quinto obispo de Veracruz, beatificado por Juan Pablo II el 29 de enero de 1995 Quien fuera conocido como "el obispo de los pobres o de América", será el primer santo obispo en América El postulador de la causa de canonización, el sacerdote Rafael González, informó que el milagro aprobado por la Congregación para las Causas de los Santos fue realizado en la ciudad de Jalapa, hace dos años y medio "Consiste en la curación milagrosa de un niño en el vientre materno, que debió haber nacido con labio leporino y paladar hendido; después de haberse encomendado a monseñor Guízar en la tumba, toda su familia, y habiendo orando insistentemente para que él intercediera porque el niño naciera bien, el niño nació completamente sano", afirmó González, quien agregó que la fecha de la canonización tentativamente será el próximo mes de septiembre "Como mera probabilidad el mes de septiembre y octubre próximo de este año, cuando los obispos mexicanos están aquí en la urbe", reiteró el prelado Monseñor Rafael Guisar y Valencia nació en Cotija, Michoacán, perteneciente a la Diócesis de Zamora, el 26 de abril de 1878 Fue el quinto de diez hermanos Sus padres, que formaban una de las familias pudientes de la localidad, eran el próspero comerciante Prudencio Guízar González y Natividad Valencia, ambos profundamente religiosos Estudió en su tierra natal las primeras letras A los 9 años de edad perdió a su madre El año de 1890, inició sus estudios en el colegio de San Estanislao, regenteado por los padres jesuitas Allí empezó a destacar la personalidad de quien llegaría ser un notable hombre de acción, aunque, a pesar de que sólo contaba 12 años de edad, ya tenía una buena disposición al amor de Dios Guízar y Valencia inició sus estudios eclesiásticos en el seminario auxiliar de Cotija, en 1891; los interrumpió un año para dedicarse a las labores del campo y los continuó con más decisión, en el seminario mayor de Zamora, para coronarlos con la ordenación sacerdotal en la catedral de esa misma ciudad, el 1 de junio de 1901 Pronto fue nombrado misionero apostólico por su el Papa León XIII En 1913, a pesar de su nombramiento como canónigo de la catedral de Zamora, realizó obras misioneras entre los soldados en la Ciudad de México, Puebla y Morelos; luego se inició la persecución contra el clero católico y el sacerdote Guízar tuvo que salir desterrado a Estados Unidos, Guatemala y la isla de Cuba En todas partes dejó una estela de admiración, por sus virtudes nada comunes y por su inquebrantable celo apostólico Monseñor Enrique Pérez Serrantes, obispo de Camaguey, en Cuba, decía: “La gloria de Dios lo absorbía todo entero a la salvación de las almas, dedicaba todo el tiempo disponible; con el ejemplo y con la palabra, iba encendiendo en estos amores a los sacerdotes de ambos cleros a quienes encontraba a su paso” En agosto de 1919, fue elegido obispo de Veracruz por el Papa Benedicto XV; el 30 de noviembre del mismo año, recibió en La Habana, Cuba, la consagración episcopal; y llegó a Veracruz el 3 de enero de 1920 Su labor pastoral fue obstaculizada por el ambiente anticlerical del gobierno oficial; a pesar de todo, no solamente atendió espiritual y materialmente a los damnificados de un terremoto ocurrido en esa época, sino que restableció el seminario, el cual estableció en Jalapa, para trasladarlo después a la Ciudad de México, cuando las tropas sectarias se apoderaban de los inmuebles de la Iglesia El estallar nuevamente la persecución, bajo el gobierno del presidente Plutarco Elías Calles, por segunda vez fue obligado a salir de su diócesis; pasó de Estados Unidos a Cuba, Guatemala y Colombia, y regresó al país en 1929 Al iniciar su visita pastoral a la diócesis, tan duramente probada, el gobernador de Veracruz, Adalberto Tejeda, con su intransigencia y su espíritu jacobino, pretendió, de hecho, convertir toda la diócesis en un departamento religioso de su gobierno El obispo Guízar no podía transigir con aquellas injerencias del poder civil; los cultos se volvieron a suspender y el pastor salió nuevamente desterrado de su diócesis, por tercera vez, para dirigirla, en medio de un sinnúmero de penalidades, desde la Ciudad de México Durante seis años, ya anciano, Guízar y Valencia sufrió calladamente la repulsa de propios y extraños por defender, ante los hombres y ante la Iglesia, la dignidad humana pisoteada, y los derechos de las conciencias vilmente escarnecidos por los poderes civiles Como reguero de pólvora Rafael Guizar y Valencia, al haber sido beatificado por el Papa Juan Pablo II, el sumo pontífice autorizó rendirle culto a un hombre que decía haber nacido muchas veces y cuyo cuerpo no logró corromper la muerte Aún existe en Cotija el santuario Pópulo el beato ofició en vida La noticia de que será santificado corrió como reguero de pólvora en su natal Cotija, causó una inusual movilización de la población Inmediatamente se colocaron flores blancas en el busto del obispo de Jalapa, que, por cierto, era conocido por sus habitantes como "El Mono" o “Monumento”, en el atrio del santuario Pópulo Las calles de Cotija de La Paz, cuna de curas y monjes, comenzaron a transformarse: imágenes, por doquier del aún beato, arreglos en el templo, negocios y la santificación corrió de boca en boca Guízar y Valencia nació en esta población el 27 de abril de 1877, en la casa paterna de la calle de Colón 4, finca que aún se conserva Cursó Humanidades en la compañía de San Simón, un Colegio que operaba en una vieja hacienda, para disfrazar el noviciado de la Compañía Después en el seminario de Zamora, donde termino sus estudios, fue ordenado sacerdote a la edad de 23 años, el 1 de julio de l901 Su hermano Antonio, fue también obispo, mientras que su progenitor, presidente municipal de Cotija, famoso por liquidar al bandolero apodado "La Perra", que asolaba esa región El reloj de la vida Durante la Revolución se disfrazó de vendedor para confesar y auxiliar heridos; fue acusado de espía maderista y en la Revolución Cristera Fue desterrado a Cuba; y posteriormente a Colombia y Guatemala En sus crónicas "Rafael Guízar para servirle a usted", narra que él nació muchas veces: --Mi general, vengo a comunicarle que en el ejercito de ha colado un espía Acuérdese que no es la primera vez que esto sucede Emiliano Zapata detuvo el caballo y se acomodo la carrillera: --¿Quién es? --Un hombre gordo de ojos azules No hay más que fijarse en los ojos, parecen canicas de agua Le aseguro que es un espía, verdad de Dios Anda vendiendo baratijas Para vender lo que el vende, haría mejor negocio en cualquier pueblo y no andar aquí exponiéndose a la balacera El oficial se caló la cachucha y se echó a trotar en el penco en busca de los miembros del Consejo de Guerra Fusílenlo, fue la tajante orden En el momento que los oficiales y soldados se preparaban para dispararme, se me ocurrió decirles: Quiero dejarle un recuerdo: mi reloj y esta cadena de oro Entonces aventé‚ el reloj y la cadena lo más lejos que pude y, mientras los soldados se disputaban el botín corrí a esconderme a unos cañaverales muy altos y tupidos que estaban a mis espalda, mientras oía muy de cerca las balas que los soldados disparaban sin rumbo fijo Todos nacemos una vez Yo nací muchas veces Según los habitantes de Cotija, esta población --como Santa Inés, del vecino municipio de Tocumbo--, se distingue por ser cuna de clérigos Hubo prolíficas familias enteras, en que todos los hijos fueron monjas y sacerdotes Por lo menos más de 100 de ellos han sido jesuitas Además Guízar y Valencia no es el primer beato, Cotija cuenta con una mujer beata, Vicenta de Santa Dorotea, que nació el 6 de febrero de 1867, quien durante su niñez fue pastora Ella murió en 1949 y perteneció a la orden de la Santísima Trinidad Guízar y Valencia murió en la Ciudad de México a los 60 años de dad, el 6 de Junio de 1938, a las 12:10 de la mañana El 28 mayo de 1950 sus restos fueron exhumados, debido a que el 6 de junio se cumplirían 12 años de su muerte El Cabildo de la Catedral de Jalapa determinó que los restos de su quinto obispo fueran trasladados ese día, a la capilla de Santa Teodora, donde se encontraban los del primer y tercer obispo de Veracruz "Cuando los 8 seminaristas levantaron en vilo el pesadísimo ataúd quedaron empapados de agua que emanaba en abundancia de la parte posterior del féretro Al abrir la caja, en lugar de la calavera y huesos vieron un cuerpo entero, que desde la cabeza a las rodillas estaba envuelto en una sustancia blanca, espumosa que semejaba un algodón en rama", cuentan las crónicas de ese tiempo El 29 de ese mismo mes, el médico Carlos Aceves, señaló, luego de tres horas de observación que nunca había visto nada semejante: "Me encuentro maravillado Su carne estaba limpia, elástica como la de un cuerpo vivo, con la mayor facilidad pudo mover un brazo y levantar los párpados de un transparente azul Las brazas ardían bajo las cenizas" Los ornamentos húmedos, pero en la más perfecta conservación, no habían perdido el color ni siquiera los sutiles encajes del alba que se habían deteriorado Ahí estaba el anillo intacto La prensa de toda la República y aún la extranjera comentaban el suceso De la Ciudad de México llegaron a Jalapa reporteros y camarógrafos que en los diarios y noticieros de cine mantenían el interés en un país ávido por saber cuanto acontecía en la capital veracruzana El cadáver incorrupto del obispo Rafael Guízar fue la noticia nacional a lo largo de esos días El cadáver fue examinado también por el doctor Torres Torrija, medico legista de la Ciudad de México, quien involuntariamente le hundió el ojo derecho, tal vez para que se cumpliera aquel deseo que monseñor solía decir: "Soy capaz de dar un ojo por las almas" Después de un escrupuloso análisis, confesó el legista que no encontraba explicación natural, aunque tampoco afirmaba que hubiera algo sobrenatural Luego se reunió una comisión calificada de médicos y notarios públicos, quienes comprobaron una vez más la incorrupción del cadáver, sin encontrar una explicación suficiente del hecho extraordinario, conforme comprobaron también que el ataúd presentaba multitud de grietas y perforaciones producidas por la oxidación A las 12:45 del 7 de junio de 1950, depositan su cuerpo incorrupto en la fosa cavada en la capilla de Santa Teodora de su catedral en Jalapa Desde esa fecha se instruyó el proceso informativo para su beatificación, la que ocurrió en Roma, Italia y este año será declarado santo

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