Nueva cultura laboral, 10 años de indefinición
* Carlos Abascal, secretario del Trabajo, aún no logra concretarlo
* Lo promovió desde que era titular de la Coparmex, sin resultados
México, D F, 2 de mayo (apro)- La Nueva Cultura Laboral, presumida este 1 de mayo en Los Pinos, como parte de la conmemoración del Día Internacional del Trabajo de este año, no es nueva; tiene diez años de haberse proyectado con la intención de crear una nueva relación entre trabajadores, empresarios y patrones y a la fecha no se ha concretado
El proyecto, impulsado por el actual secretario del Trabajo, Carlos Abascal, cuando era presidente de la Coparmex --el 25 de julio de 1995--, no ha rendido frutos benéficos, pues lo que podría ser llamada su máxima expresión; es decir, la reforma laboral denominada “ley Abascal” ha sido severamente cuestionada a nivel nacional e internacional, incluso por la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
Por el contrario, informes laborales difundidos en este sexenio por el Centro de Reflexión y Análisis Laboral (Cereal) dan puntual cuenta de las violaciones a los derechos sindicales de los trabajadores
El proyecto difundido en internet dice que se busca erradicar los vicios del mundo laboral, aunque no se menciona cuáles son éstos Se pretende crear la nueva relación tripartita: empresarios, trabajadores y gobierno “para impulsar el desarrollo de México”
Esta idea se desarrolló en 1995, tras la crisis económica de un año anterior
El 25 de julio, la CTM --encabezaba entonces por Fidel Velásquez-- y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) dirigida por Abascal Carranza iniciaron un proyecto que prevalece hasta la fecha y tiene la intención de reformar la Ley Federal del Trabajo, llamada “reforma Abascal”, la cual niega la libre sindicación y el derecho a huelga, además de que pretende flexibilizar las condiciones laborales en perjuicio de los trabajadores, de acuerdo con análisis hechos a la iniciativa por abogados laboralistas, como Arturo Alcalde o Néstor de Buen
Ese día Abascal y Velázquez firmaron, en la sede de la CTM, el documento denominado “Por una nueva cultura laboral" Un mes después hizo lo propio el Congreso del Trabajo y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE)
El 11 de septiembre de 1995 se instaló la Comisión Central del Diálogo hacia una Nueva Cultura Laboral Desde entonces el Comité Técnico, integrado por la CTM, el CT, la Secretaría del Trabajo, la Coparmex y el CCE, se reúnen con el mismo fin, en lo que se llamó el Consejo para el Diálogo con los Sectores Productivos
Los resultados se vieron en agosto del siguiente año cuando se firmaron los "Principios de la Nueva Cultura Laboral", en presencia del entonces presidente Ernesto Zedillo
Se signaron diez acuerdos que consisten en:
1 El trabajo humano tiene un valor ético y trascendente
2 El fundamento que determina el valor del trabajo es, en primer lugar, la dignidad de la persona
3 El trabajo, que es el medio para el sostenimiento propio y de la familia, debe ser también un medio para el desarrollo integral de la persona
4 El trabajo es fuente de derechos y obligaciones
5 El lugar mayoritario del trabajo en la actualidad es la empresa, donde confluyen trabajadores, directivos e inversionistas
6 Para poder elevar el nivel de vida de la sociedad es necesaria la productividad, que debe permitir una remuneración mejor
7 Los esfuerzos por asegurar mayores beneficios a los trabajadores deben tener siempre en cuenta la situación económica del país y de las empresas
8 Vivimos en un mundo económico globalizado Esta realidad debe impulsar la creatividad, la responsabilidad social, la imaginación de todos los mexicanos
9 La Nueva Cultura Laboral mexicana debe tener como sustento fundamental el diálogo, la concertación y la unidad de esfuerzos entre las organizaciones sindicales y empresariales
10 El problema clave de la ética social al que deben contribuir conjuntamente en su solución organismos empresariales, sindicatos y gobierno, es el de la justa remuneración de todos los factores de la producción, procurando que se den las condiciones favorables para la generación de empleo digno y productivo
Los objetivos de esta nueva cultura laboral son dignificar el trabajo humano, mejorar los niveles de remuneración, impulsar la capacitación, estimular la creación de empleos y la preservación de los existentes, consolidar el diálogo en la relación obrero-patronal, promover el pleno cumplimiento de los derechos constitucionales, legales y contractuales de carácter laboral y dirimir las controversias ante los órganos jurisdiccionales encargados de impartir justicia laboral
Para lograr eso, dice el proyecto, son necesarias “la buena fe y la lealtad” entre los involucrados, priorizar la justicia, la equidad y el diálogo, y “generar una cultura nacional de productividad y calidad, que coadyuve a la preservación y fomento de las fuentes de empleo”
También habla de ética y responsabilidad de los trabajadores, patrones y sindicatos; y menciona “conductas debidas de trabajadores, patrones y sindicatos, así como de autoridades laborales” para lograr lo anterior
Para los trabajadores: deberán asumir “íntegramente” sus responsabilidades en el trabajo, preservar los bienes de la empresa, actuar con honestidad en la ejecución de sus labores, capacitarse para elevar la productividad, realizar sus labores con la calidad, esmero y cuidado apropiados, respetar a todos sus compañeros y al personal directivo de la empresa, mantener una actitud de diálogo con todos los miembros de la empresa, guardar la lealtad y confidencialidad en la empresa en la que laboran, abstenerse de obstaculizar la debida marcha de los procesos laborales, considerar la participación sindical como un medio para hacer efectiva la defensa justa de los legítimos intereses de los agremiados
Los patrones deben: Privilegiar el respeto, buen trato, y dignificación de los trabajadores, en un marco de justicia y equidad, retribuir el trabajo con un salario remunerado, pero “remunerador conforme a lo que establece la ley”, capacitar a los empleados, cumplir sus obligaciones en materia de seguridad social y de vivienda para los trabajadores, “observar las medidas de seguridad e higiene” y promover la protección de la salud de los trabajadores, informar a los empleados la realidad de su desempeño, no obstaculizar los procesos laborales
Entretanto, los sindicatos de trabajadores y las asociaciones patronales, deberán: Conducirse apegados a derecho, velar por el mejoramiento y la defensa justa de sus asociados, privilegiar el diálogo, el respeto, la armonía y buena fe “en todas las relaciones con su contraparte” En las revisiones salariales y contractuales se acordarán remuneraciones y prestaciones que satisfagan a una familia, pero deberá tomarse en cuenta “la situación económica del país y de la empresa”, dice el proyecto
“En reconocimiento de la libertad de asociación, ceñirse siempre a conductas apegadas a derecho, a fin de evitar las confrontaciones ilegales por la titularidad de los contratos colectivos”, indica, aunque en la actualidad la realidad es diferente, como el caso del Sindicato de Trabajadores de Confianza del ISSSTE, al que todavía no le dan su registro como tal, con el argumento de que los empleados de confianza no pueden sindicalizarse; así como el Sindicato de Trabajadores del INEGI, cuya secretaria general, Araceli Hernández, fue despedida, pese a que la dependencia apoya totalmente a sindicatos como la Confederación Auténtica de Trabajadores de la República Mexicana (CAT)
Se menciona que se deben llevar a cabo elecciones sindicales en clima de armonía, respeto y sentido democrático, pese a que el año pasado los trabajadores de AVIACSA siguieron votando de viva voz y en presencia de sus dirigentes sindicales, como una forma intimidatoria de coacción
También señala que se debe salvaguardar el patrimonio sindical para alcanzar plenamente los fines de la organización, aunque existen casos no resueltos como el Pemexgate que consistió en el desvío de miles de millones de pesos del sindicato petrolero, para apoyar la campaña priista por la Presidencia de la República, en el año 2000
A su vez, las “autoridades del trabajo”, como llama a los funcionarios encargados de la política laboral del país, les pide respetar los derechos de los trabajadores y de los patrones, crear condiciones adecuadas para el éxito de las empresas y el bienestar de los trabajadores, actuar con ética y apegados al Derecho, ejercer sus atribuciones “con probada honradez y eficiencia”, procurar la solución de conflictos laborales, resolver los litigios “de manera pronta, completa, justa e imparcial, vigilar que se cumplan las normas laborales, entre otras cosas