El puente de piedras y la piel de las imágenes
México, D F, 9 de mayo (apro)- Dentro del amplio espectro de la teatralidad mexicana, el teatro para niños y adolescentes es un ámbito impredecible en el que se pueden encontrar las propuestas más ñoñas y ofensivas a la inteligencia infantil, llenas de colores, globos y canciones, pero sin ningún contenido de fondo; mientras que en el otro extremo se ubican trabajos “vanguardistas” y pretenciosos que muchas veces resultan indigestos para los propios adultos
Por eso es muy agradable la aparición de montajes como El puente de piedras y la piel de las imágenes, obra del dramaturgo canadiense Daniel Denis, recientemente estrenada por la compañía Los Endebles, en el Teatro El Granero “Xavier Rojas”, dirigida por Boris Schoemann
En principio, la obra aborda un tema complicado, la historia de un grupo de niños que huyen del desastre y la violencia, víctimas de la guerra en sus respectivos lugares de origen, pequeños situados en los territorios errantes del éxodo, en busca de un país sin conflictos bélicos, reto casi insalvable en un mundo cuya consigna, casi congénita, es la agresión
Se trata de un tema que asusta a los padres, acostumbrados a ofrecer a sus hijos una imagen dulzona del mundo que poco tiene que ver con la realidad Sin embargo, el texto de Denis está muy lejos de ofrecer una visión amarillista y dolorosa de la experiencia que viven estos niños que, ante todo, mantienen su inocencia como arma principal para protegerse de todas las negruras, que mantiene su gusto por la vida a pesar de que todos tienen una triste historia y han recorrido caminos largos y difíciles para llegar a un lugar sin guerra
El puente de piedras es un trabajo escénico que ofrece a los espectadores, niños y adultos, algo más que simple esparcimiento para intentar motivar alguna reflexión, a partir de algunas historias que pueden parecer tristes, pero finalmente se trata de una historia alegre, llena de esperanza y de vida
Es una obra que exige un gran ejercicio de imaginación a los actores, pensar como niños para crear una serie de atmósferas y personajes, lo cual implica ubicarse en un nivel de pensamiento puro y sin ningún tipo de prejuicios, como puede ser el de los niños
La propuesta de El puente de piedras no es mostrarles a los niños las florecitas, el sol o el mar, sino que cada uno tenga ese mar y ese sol en su cabeza, así como la guerra que a lo mejor tienen en su propia casa En este sentido el trabajo actoral va dirigido a que cada espectador cree su propio discurso teniendo como herramienta principal la imaginación
Desde hace aproximadamente cuatro años Boris Schoemann y Elena Giochíns han trabajado juntos en la traducción de lo mejor de la obra dramática de autores canadienses, como es el caso de El canto del dime dime, también de Daniel Denis, autor de obras que son montadas en todas partes del mundo De los cinco textos que han traducido hasta el momento escogieron El puente de piedras y la piel de las imágenes por su universalidad y por los valores fundamentales de respeto hacia “el otro” contenidos en la obra
El puente de piedras y la piel de las imágenes, se presentará sábados y domingos a las 12:30 horas, con las actuaciones de Carmen Mastache, Mahalat Sánchez, Mauricio Isaac, Alejandro Morales y Luis Domingo La escenografía es de Jorge Kuri y el vestuario de Pilar Boliver