OEA: Lamentable episodio

lunes, 9 de mayo de 2005 · 01:00
México, D F, 9 de mayo (apro)- Desde el principio hasta el final, la candidatura del canciller Luis Ernesto Derbez a la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA) estuvo marcada por todo tipo de traspiés Más allá de su inhabilidad diplomática, el gobierno de Vicente Fox nunca imaginó que quedaría atrapado enmedio de los intereses en pugna del continente y que sería la víctima propiciatoria para su resolución En los 50 años de existencia del organismo regional, ningún gobierno priista había intentado dirigir la OEA, precisamente por el temor de quedar entrampado entre Estados Unidos y América Latina Mantenerse al margen le permitía a México moverse con libertad en asuntos coyunturales y, no pocas veces, quedar bien “con Dios y con el diablo” De hecho, utilizó esta estrategia en muchos foros internacionales Pero el gobierno del “cambio” consideró que había que tener más activismo mundial Fue el caso del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que llevó a las fricciones con Washington por el voto contra la invasión a Irak Por eso, cuando en diciembre pasado la cancillería anunció que su titular contendería por la secretaría general de la OEA, muchos arquearon la ceja Tanto analistas como sectores de la oposición política opinaron que no eran ni el momento ni el personaje adecuados para meterse en una nueva escaramuza externa Pero, sobre todo, la nominación de Derbez sorprendió, porque apenas una semana antes había hecho pública su intención de contender dentro del Partido Acción Nacional (PAN) por la candidatura presidencial Los medios mexicanos especularon que era una manera elegante de hacerlo a un lado No parecía necesario La posibilidad de que el PAN pudiera inclinarse por Derbez es más bien remota: apenas se incorporó al partido, tiene pocos amigos fuera del foxismo y su desempeño no lo ha hecho destacar Por el contrario Formado en los gabinetes de los organismos multilaterales, especializado en economía política y conocedor de varios idiomas, su retorno a Washington podría haberle significado una salida honorable al terminar el sexenio Eso, siempre y cuando la OEA y la correlación de fuerzas en el continente hubieran seguido su curso habitual Cuatro años atrás, en el marco del cincuentenario de la organización, se planteó la necesidad de “una renovación del sistema interamericano” debido a que éste se había burocratizado demasiado y no era eficiente para cumplir con las exigencias de la globalización Para ello recibió 30 “mandatos” y una multimillonaria suma en dólares por parte del FMI, el Banco Mundial y la Agencia Internacional para el Desarrollo Pese a ello, siguieron sin estar claras las atribuciones político-legales de la OEA Vigentes están las normas que piden a sus países miembros “el ejercicio efectivo de la democracia representativa”, pero también el respeto a su independencia y soberanía y la no aplicación de medidas unilaterales Postulados que con frecuencia resultan contradictorios y, sobre todo, se han aplicado en forma más que discrecional Baste citar la expulsión de Cuba con las nulas sanciones a las dictaduras de derecha o el silencio ante invasiones de Estados Unidos a países de Latinoamérica En esto se estaba, cuando el año pasado la OEA vivió dos cambios seguidos de secretario general Luego del largo mandato del colombiano César Gaviria, su sucesor de Costa Rica, Miguel Ángel Rodríguez, apenas duró unos meses en el cargo, al que tuvo que renunciar para enfrentar demandas de corrupción en su país Esta súbita ruptura de alianzas obligó a una serie de rápidos reacomodos, sobre todo a la luz de un nuevo bloque de centro-izquierda que, por vía electoral, se formó al sur del continente Por derecho, correspondía a otro centroamericano ocupar el puesto dejado por Rodríguez De ahí que el expresidente de El Salvador, Francisco Flores, volviera a presentar su candidatura, pese a ya haber sido rechazado anteriormente por varios países latinoamericanos por su postura en extremo obsecuente hacia la administración Bush, al grado de haber enviado tropas salvadoreñas a Irak El otro candidato fue el ministro del Interior del gobierno socialista de Chile, José Miguel Insulza Ante esta aparente polarización fue que sorpresivamente surgió la candidatura de Derbez Con la credencial de no haber apoyado la invasión de Irak, pero sin sospecha de ser de izquierda; perteneciente por cultura al área mesoamericana y sin haber detentado nunca la titularidad de la OEA, México pareció un viable candidato de conciliación A pesar de ello --y sin necesidad de hacerlo--, Washington mantuvo públicamente su apoyo a la candidatura de Flores, aduciendo que su voto estaba comprometido con Centroamérica Lo que otra vez en círculos mexicanos fue interpretado como un resabio de la molestia de Bush hacia Fox por no haberlo acompañado en la aventura iraquí, entre los latinoamericanos tuvo otra lectura: se trataba de no crear recelos innecesarios hacia Derbez, pero ya Flores se retiraría en el momento adecuado para cederle su lugar y sus votos En retrospectiva, este apoyo encubierto de Estados Unidos también explicaría la repentina renuncia del canciller mexicano a sus aspiraciones presidenciales El caso es que la carrera hacia la OEA arrancó con tres contendientes sin claras perspectivas de triunfo para ninguno Notoriamente, sin embargo, Flores hizo muy pocos esfuerzos para promoverse, mientras Derbez e Insulza se lanzaron a una frenética carrera de cabildeo que, por momentos, pareció más bien de compra de voluntades políticas, con ofrecimientos de créditos, suministros de petróleo o tecnología, otorgamiento de becas y otros incentivos atrayentes, particularmente para las naciones más pobres Y, sobre este curso, se fueron delineando las alianzas Flores mi siquiera logró reunir el apoyo unánime de sus pares centroamericanos Insulza, además de su gobierno, recibió el apoyo incondicional de los de Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela Y México se dedicó a tratar de ganar para sí a los que no gustaban de los otros dos o estaban todavía indecisos Los días corrían y el cabildeo arreciaba sin que se definiera nada para nadie Pero en el último trecho se dio la jugada que muchos avizoraron desde el principio Flores declinó a su candidatura, con lo que varios votos, entre ellos conspicuamente el de Estados Unidos, pasaron a favor de Derbez Ya para entonces, según denunciaron partidarios de Insulza, Washington se dedicó descaradamente a ofrecer un cóctel de presiones y promesas para obtener la mayoría a favor del canciller mexicano Lo interesantes es que, por primera vez en la historia de la OEA, no lo logró El 11 de abril, tras un quíntuplo empate, la votación tuvo que posponerse hasta los primeros días de mayo En ese intervalo sucedió otro hecho que habría de incidir en la toma de posiciones En la sesión anual de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, México votó contra Cuba, lo que dio la impresión generalizada de que lo hizo a cambio del apoyo estadunidense a Derbez en la OEA Probablemente así fue; aparte que no había por qué pensar que el gobierno de Fox votaría diferente Exceptuando su primer año, en que se abstuvo, todos los demás sufragó así y no era probable que este año variara, tomando en cuenta que hasta la Unión Europea votó en bloque a favor de la resolución estadunidense En cualquier caso, quedó esbozada la pauta de lo que podría ser el papel del canciller mexicano a nivel continental Fidel Castro reaccionó con furia; Hugo Chávez habló de sumisión al Imperio y, en general, los partidos y movimientos de izquierda expresaron su decepción y desconfianza, al grado que el colombiano Ejército de Liberación Nacional canceló la intermediación que venía realizando México con el gobierno de Bogotá, al considerar que no era neutral Ser visto como la cuña de Washington no auguraba para México la mejor forma de inaugurarse como líder de un foro continental Aunque a la hora de defender sus intereses Estados Unidos nunca se ha detenido en consideraciones legales, siempre ha preferido revestir sus acciones de un marco “institucional”, de ahí su afán por controlar la OEA Centrada su mira actualmente en Castro y Chávez, Insulza, proveniente él mismo de un partido socialista y apoyado por Lula, Kirchner y el recientemente agregado Tabaré Vázquez, no parecía el candidato idóneo para prestar este servicio Paradójicamente, al final, la solidez de este bloque y su capacidad de intermediación habrían de dar el triunfo al chileno No, por supuesto, sin una ardua ronda de negociaciones previas En oportuna coincidencia, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, aprovechó la tercera Conferencia Ministerial de la Comunidad de Democracias en Chile, para realizar una visita paralela a El Salvador, Colombia y Brasil, justo en vísperas de la ronda electoral definitoria de la OEA Y ahí se operó el viraje En medio de un escalamiento de las tensiones con Cuba y Venezuela, en el que, más allá de la retórica, Castro y Chávez firmaron un amplio acuerdo de cooperación comercial y energética; con una sublevación popular que arrojó de la presidencia a Lucio Gutiérrez en Ecuador y otras dos en curso en Nicaragua y Belice, que podrían tener el mismo desenlace; la convulsión social apenas superada en Bolivia, que dejó acotado al presidente Carlos Mesa, y el peruano Alejandro Toledo a punto de la inanición política, no era cosa de abrir más frentes de confrontación Sin duda, el cambio de voto de Washington se dio después de dos largas entrevistas que Rice sostuvo con Lula, en Brasil, y Lagos, en Chile, los dos principales impulsores de Insulza Ante los últimos acomodos que anunciaban una muy probable derrota de Derbez, la secretaria de Estado prefirió sumar que restar, a cambio de posiciones moderadas de conveniencia Tan fue así, que en pocas horas funcionarios brasileños y chilenos empezaron a hablar de los “excesos” verbales de Castro y Chávez y de que la democracia no sólo se construía en las urnas sino en su ejercicio cotidiano Por lo tanto, cuando Derbez llegó a la Cumbre Ministerial de Chile, ya todo estaba prácticamente arreglado Y, pese a la larguísima encerrona que tuvo con Rice y otros cancilleres de la región, no le quedó más que desistir Le versión oficial de México fue que ante la negativa de Insulza a que ambos renunciaran a sus respectivas candidaturas a favor de otra de unidad (que nunca se dio, aparte que el chileno dijo después que el mexicano nunca le hizo esta propuesta “formalmente”), el titular de Relaciones Exteriores decidió “sacrificarse” en aras de la unidad del continente Lo cierto es que al final Derbez se quedó solo Además del letal cambio de voto de Estados Unidos, ni siquiera en México contaba con respaldo pleno A diferencia de Insulza, a quien hasta la derecha chilena apoyó, en el Congreso mexicano, con excepción del PAN, todas las demás fracciones –sobre todo después del empate– le habían pedido al gobierno foxista que desistiera de su empeño de hacerse de la OEA Pero por si algo faltaba para el descrédito, quedaba todavía el capítulo de cierre Con una mezquindad inaudita, la representación mexicana se sumó a la peruana y la boliviana –que tienen litigios concretos con Chile– para regatearle a Insulza el voto de consenso; y, luego, sus funcionarios ni siquiera se pusieron de pie para aplaudir y dar la mano al secretario recién electo Para colmo, justo de visita en Bolivia y Perú, Fox se ofreció para una medicación que nadie le pidió De regreso en México, Derbez tendrá que explicar al Congreso el porqué de los constantes traspiés en materia de política exterior que, en opinión de la senadora priista Silvia Hernández, pasa por “su peor momento” Aparte tendrá que enfrentar escándalos de corrupción y descontentos del personal de carrera dentro de la cancillería, que descuidó en aras de una apuesta fallida De volverse a postular como precandidato presidencial del PAN, ni hablar

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