Un país de locos

domingo, 19 de junio de 2005 · 01:00
Los argentinos hablan de psicología como de futbol o economía: con seguridad y dominio del tema, ya que éste forma parte de sus charlas, de sus lecturas y de su vida cotidiana Así lo refleja una radiodifusora que transmite desde un manicomio y cuyos programas son un éxito BUENOS AIRES- El taxista porteño miró por el espejo al pasajero y, después de hablar sobre el clima húmedo de Buenos Aires, le preguntó por su profesión Juan Carlos Volnovich, uno de los psicoanalistas más prestigiosos y mediáticos de Argentina, le contestó: ?Psicólogo El taxista no se amedrentó y aprobó con la cabeza ?¿Lacaniano? ?inquirió, en alusión al famoso psicoanalista francés Jacques Lacan "Este taxista había leído varios textos sobre Lacan Esto sólo pasa aquí El fenómeno de la psicología que se da en Argentina es único en el mundo La cantidad de producciones y de ?público? que tenemos en este país (sobre temas de psicología) no existe ni siquiera en Nueva York o París", dice Volnovich en entrevista con Proceso Y es que los argentinos, en la mesa de un bar o cómodamente sentados en el asiento posterior de un taxi, son técnicos de futbol, ministros de economía y, muy especialmente, psicólogos Villa Freud (en alusión a Sigmund Freud) es el nombre de un acomodado barrio de Buenos Aires, mientras que vocablos como trauma, acto fallido e inconsciente son cada vez más habituales en los sectores marginados de la sociedad En los puestos de revistas se ofrecen al menos tres periódicos especializados en psicología, y cada noticia de impacto en la sociedad es acompañada en los medios de comunicación por la opinión de un connotado psicoanalista Abundan los psicólogos para mascotas, especialmente de perros Pasear por las famosas librerías del centro porteño es una invitación a interiorizarse en los secretos del psicoanálisis con una profusión de textos que hace necesario crear secciones especiales sobre el tema Los propios aficionados al futbol hablan de su pasión como una "locura" y los jóvenes declaran su amor diciendo: "Estoy loco por vos" En el país considerado el más "psicoanalizado" del mundo, las cifras hablan por sí mismas: hoy en Argentina existe un psicólogo por cada 450 habitantes y las facultades de psicología no dan abasto con la cantidad de estudiantes que se matriculan cada año ?Pero cómo, ¿vos nunca te psicoanalizaste? ?es común escuchar en cualquier charla de bar Un sondeo privado reveló hace años que uno de cada cuatro porteños había recibido tratamiento de psicoanálisis al menos una vez Este fenómeno único empezó a gestarse en los cuarenta, cuando llegó al país un grupo de prominentes figuras del psicoanálisis internacional que escapaba de la Segunda Guerra Mundial "Eran progresistas y se unieron a un grupo muy activo aquí, con el que fundaron la Asociación Psicoanalítica Argentina", recuerda Volnovich Este grupo funcionó como una "verdadera secta" hasta que varios psicólogos se escindieron de la asociación y, "por razones ideológicas y políticas", crearon en los setenta el grupo Panorama Entre ellos estaba el propio Volnovich La dictadura militar acabaría truncando el proyecto, hasta que con la recuperación de la democracia, en 1983, el psicoanálisis se diversificó y terminó por masificarse "Primero abarcó a las clases altas y después a las medias, pero hoy es un fenómeno que alcanza a todos los estratos de la sociedad En cada ciudad o pueblo del interior del país hay psicólogos o un centro de salud mental", dice Volnovich "En los hospitales públicos de los barrios obreros es muy común que una madre traiga a su hijo diciendo: ?Mi hijo tiene un trauma con su padre? Es que la gente prioriza la educación y la salud mental", dice Esta sociedad "hiperpsicoanalizada" dio paso a proyectos únicos y novedosos en el tratamiento terapéutico de enfermos mentales, alguno de los cuales se aplican en otros países del "primer mundo" de la psicología "El Borda" Coto se pasea con su prominente miembro sexual al aire y no puede parar de pedir cigarrillos Intenta sujetarse los pantalones, pero ya es imposible Fumar es su principal misión del día El cigarrillo se ha convertido en el bien más preciado que cotiza en oro en la plazoleta "Enfermera Eulalia Monjes" Y Coto intenta una y otra vez: ?Cigarrillo, cigarrillo ?vocifera este hombre jorobado, de baja estatura y de mediana edad, que ya ha olvidado por completo sujetarse los pantalones La transmisión de LT22 Radio La Colifata ("la loca", en lunfardo, el argot del Río de la Plata) acaba de empezar "Rompiendo muros", anuncia el popular locutor Lalo Mir desde una cinta grabada ?¿Qué vas a hacer hoy en la radio? ?le pregunta a Coto el psicólogo Alfredo Olivera, de 38 años y fundador de la estación, que transmite todos los sábados desde la mencionada plazoleta del Hospital Interdisciplinario Psicoasistencial José T Borda, el principal manicomio de Buenos Aires Coto se detiene frente al micrófono que le acerca el periodista Carlos Rosa ?colaborador de Olivera? y responde: ?Pedir cigarrillos ?¿Y otra cosa? ?insiste Olivera, con una paciencia a toda prueba ?Pedir yerba (con la que se prepara el mate, la popular infusión) ?contesta Coto Pero Olivera no se da por vencido fácilmente e invita a este paciente ?internado en "el Borda", nadie sabe desde hace cuánto? a presentarse ante los fieles oyentes de La Colifata, como todos los que hacen la radio Y Coto dice su nombre, cuenta que vivía en San Fernando, en la periferia norte de Buenos Aires Precisa la dirección de su vieja casa paterna Luego sigue deambulando con el único objetivo de lanzar humo por su boca "Para nosotros su caso es emocionante Hasta hace poco, Coto era una persona molesta para el resto del personal de la radio (todos internos o exinternos del Borda), estaba sucio y la mayoría lo ignoraba o lo echaba Pero ahora viene siempre, la gente lo recibe bien y el hecho de que se haya abierto de esa manera, contando que es de San Fernando, para nosotros es un mundo", dice a Proceso Carlos Rosa, periodista profesional y colaborador voluntario de la primera radio en el mundo que transmite desde un manicomio Olivera fundó "la radio de los colifatos" en 1991 Empezó como voluntario en Coperanza, el taller artístico del hospital Borda "Ahí me di cuenta del estado de aislamiento social de los internos, más allá de su patología mental", dice "Era gente que no tenía ningún contacto fuera del Borda", recuerda este psicólogo que es el alma de un proyecto reconocido e imitado ya en otros países de Sudamérica y Europa El primer paso para llegar a esta radio fue cuando a Olivera se le ocurrió grabar a los internos que participaban en los talleres artísticos y llevó el casete a una estación comunitaria de Frecuencia Modulada que conducía un amigo suyo "Entonces, una vez por semana, salía al aire un segmento de los internos del Borda Tocaban un tema que ellos mismos elegían, como la mujer, Dios o algo de actualidad Fue tal la repercusión que tuvo, que ese segmento se transformó en el más popular del programa de mi amigo", recuerda La semilla había germinado El popular locutor Lalo Mir se enteró del proyecto por boca del propio Alfredo Olivera e incluyó el segmento "de los locos del Borda" en su programa Buenos Aires, una divina comedia, de la emisora Rock and Pop, una de las más populares de la capital argentina "Y allí se empezó a generar una idea popular de que en el Borda había una radio que hacían los mismos locos", apunta el psicólogo "Ahí nace el proyecto de tener una radio propia en el Borda Al principio fue una radio sin antena, se transmitía en un casete a las radios interesadas en reproducirla en micros de dos minutos por programa Después, en el 93, conseguimos una antena, nos donaron equipos y hoy, además de transmitir todos los sábados entre las dos y las seis y media de la tarde, hay 35 radios del país que pasan una síntesis de nuestra programación semanal, editada", dice Olivera "La radio no niega el fenómeno de la locura, pero lo desdramatiza y hace posible el diálogo Es una herramienta útil para acompañar al paciente en la recuperación Fortalecemos sus lazos sociales Ellos vuelven a acceder al universo del lenguaje para producir un sentido a su existencia", agrega Pero Olivera y su equipo interdisciplinario no agotan su trabajo en la producción radiofónica Durante la semana preparan un exhaustivo análisis sobre la labor de cada uno de los "periodistas" de la radio y pasan los informes a los profesionales del hospital que siguen la evolución de los pacientes Incluso, Olivera ha llevado a congresos internacionales a internos o exinternos del Borda, elegidos por votación de sus compañeros para representarlos Una idea brillante El 60% de quienes hacen hoy La Colifata están internados en el manicomio El resto lograron salir de los fríos muros del hospital, muchos de ellos gracias a su participación en la emisora A las 14:00 horas, alrededor de una desvencijada mesa que sostiene los equipos, se reúnen entre 45 y 60 personas a lo largo de las cuatro horas y media que dura la transmisión Enrique Bolero ?"es mi nombre artístico, mi verdadero nombre es Enrique Moressi", aclara? es el encargado de abrir la programación de la radio con su Momento Romántico Canta Quizás con mucho empeño y pide a sus compañeros que lo apuntalen con el estribillo El final de su canción es coronado por un sonoro aplauso "Soy, desde hace 10 años, el cantante melódico de La Colifata", dice este interno del Borda, de 60 años "La radio es un sentimiento Es mi esparcimiento Siento cariño por La Colifata", cuenta a Proceso después de su "show en vivo" Enrique se sienta en una de las sillas y pide dejar un mensaje para los mexicanos: "Que se enamoren escuchando boleros" Cerca de él está Miguel Ángel Boezzio, de 46 años, quien tuvo la suerte de salir del Borda, pero todos los sábados vuelve para cumplir su papel de "locutor oficial" de la emisora "Estuve 14 años internado, pero ahora vivo con mi esposa en un hogar de San Fernando", el mismo barrio donde nació Coto "Antes tenía miedo de la gente, pero gracias a la radio aprendí a tener una comunicación fluida Me devolvió la vida Soy excombatiente de Malvinas, y hago teatro y cine", relata Boezzio, quien luce orgulloso su carnet de locutor de La Colifata colgado en el pecho ¿Cine? "Sí, trabajé con Jean Claude van Damme y (Arnold) Schwarzenegger", responde La charla concluye con una sonrisa y un apretón de manos, en un mundo en el que todo es posible Coto no deja de pedir cigarrillos, pero al menos ya no se le caen los pantalones, gracias al esfuerzo de Carlos Rosa en improvisarle un cinturón con un hilo La radio transmite ahora Miguelito, su mano amiga, cuyo titular lanza un emocionado alegato a favor de los jubilados y se presenta como experto en rimas: "La rima para tu prima a ver si se me arrima", como dice Miguelito Julio Carmelo Martínez Duarte, de 45 años, espera el turno de su programa Música de ayer, de hoy y de siempre Luce una elegante corbata, pantalón de mezclilla, camisa y tenis rojos Hace 23 años que vive en el Borda "Esto me abre las puertas a un mundo diferente Antes vivía sucio, tirado por ahí Ahora me gusta vestir bien, conseguí una pensión de 215 pesos (75 dólares) y me doy mis gustos", comenta Los oyentes escuchan debates sobre el nuevo Papa Benedicto XVI, el papel del Vaticano y la doctrina de la Iglesia, y se cuelan alusiones a Kant y Nietzsche Alguien habla de drogas: "Mi única droga es Racing", un popular club de futbol "¿Por qué estamos locos?", le pregunta otro paciente a Carlos Rosa, quien trabaja como voluntario, ya que todos los sábados reparte más de 40 cigarrillos entre sus amigos, como él los define Los programas se suceden: Medicina y salud, Poesía y canto, Mundo Deportivo, un fugaz espacio sobre ovnis y "visitas" Aquí los papeles se trastocan Ante la ausencia imprevista de un compañero, Julio Díaz, el improvisado conductor del programa, pide al corresponsal de Proceso que acceda a ser el invitado especial de la emisión "Hoy nos acompaña un colega de México", introduce Díaz, de 37 años, quien estuvo internado un año en el hospital neuropsiquiátrico y hoy vive en un hogar municipal La charla es rápida, Díaz se revela como un ágil entrevistador Fiel a su estilo, lanza una última pregunta breve, copiada del manual del buen periodista: ?¿Qué te llevas hoy de tu visita a La Colifata? El periodista visitante ?"cazador cazado"? lo mira fijo, toma fuerte el micrófono y ve de reojo a Coto fumando el undécimo cigarrillo de la tarde: ?Ternura, mucha ternura

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