Irán: Noticias del paraíso de la cirugía estética
México, D F, 20 de junio (apro)- En muchos de los reportajes y análisis que aparecieron en los medios de comunicación occidentales durante las semanas previas a la elección presidencial en Irán, celebrada el día 17, se contaba que este es el país donde más cirugías plásticas de la nariz se llevan a cabo en el mundo
El dato es muy llamativo porque evidencia los excéntricos recursos a los que recurren las mujeres iraníes para hacer notar su belleza, ya que la rigidez de los códigos religiosos que gobiernan la vida pública y privada las obliga a vestir con chadores oscuros que les cubren prácticamente todo, salvo, claro, la nariz y los ojos
La pasión por la cirugía estética no es exclusiva del sexo femenino iraní: con frecuencia los hombres se someten a cirugías embellecedoras Y no sólo eso: otros apasionados por la renovación cosmética son los políticos, que parecen empeñados en ocultar cualquier pasado de intolerancia religosa y se muestran como todos unos reformistas
La transformación más llamativa es la del puntero de la contienda electoral, el clérigo y expresidente Ali Akhbar Hashemi Rafsanjani, quien es un viejo jugador del aparato religioso-político y que, como tal, dirigió, al inicio de la Revolución Islámica, allá en los lejanos ochenta del siglo pasado, una despiadada --y muy sangrienta-- persecución de revolucionarios izquierdistas y seculares que se opusieron sin éxito a que, tras el derrocamiento del sha Reza Pahlevi, Irán se convirtiera en una república islámica donde la única ley que cuenta es el Corán
Ahora Rafsanjani aparece en actos públicos hasta sin turbante, sorprende con una actitud relajada, promete privatizar empresas públicas, abrir la economía a la inversión extranjera y, sobre todo, ofrece moderar la supervisión religiosa de la vida privada de los ciudadanos
Pero a pesar de sus sonrisas y buen humor, la transformación del veterano Rafsanjani, a quien sus compatriotas apodan "el tiburón" y al que se le atribuye el dudoso título de ser el hombre más rico de Irán, es también, como la de sus reprimidas compatriotas, un acto de supervivencia casi desesperado
En su improbable viaje hacia el centro, el clérigo cuenta con todo el respaldo del líder máximo del país, el ayatola Jamenei quien, al igual que el resto de la cúpula religiosa, ha puesto en manos de uno de los suyos la delicada misión de legitimar en un proceso electoral un sistema de gobierno religioso en crisis, víctima del hartazgo de la población iraní, compuesta en buena parte por jóvenes víctimas de un desempleo mayor a 10% y cansados de ser vigilados en todo momento por los mulás
El hartazgo es la razón por la que en estas elecciones el enemigo a vencer, según reconoció incluso el mismo Jamenei, fue el abstencionismo Los jóvenes, que son la mitad de los más de 70 millones de habitantes de Irán, no le encontraban demasiado sentido a acudir a votar una lista de siete candidatos elegida por las máximas autoridades religiosas
Los límites del nose job
La máxima aspiración de todos aquellos que se someten al bisturí del cirujano plástico es que la intervención se note lo menos posible; es decir, que resulte creíble Por eso, aunque la población iraní parece ya no creer en nada, los dirigentes religiosos han hecho su mejor esfuerzo para lograr que estos comicios sean concurridos y ejemplares
Antes del 17 de junio se creía que Rafsanjani ganaría sin mayor problema, pero hacia el final del día, todo indicaba que los religiosos habían tenido éxito en su convocatoria y que ésta se había convertido en la contienda presidencial más cerrada que recuerde el país
El resultado final se definirá pues en una segunda ronda a celebrarse una semana después de la primera, y en la que se espera se enfrenten el camaleónico expresidente y el médico moderado Mostafa Moin, cercano colaborador del saliente presidente reformista Mohamed Jatami
Los jóvenes iraníes que participan en foros de discusión en la red se preguntan si vale la pena molestarse por el resultado de estas elecciones arregladas La respuesta, sorprendentemente, es que sí, y mucho
El semanario británico The Economist asegura que a partir de estas elecciones se sabrá con mayor claridad si Irán está en ruta de convertirse en la nueva Ucrania, con su relativamente pacífica revolución de terciopelo color naranja, o en la versión persa de la hermitaña y hostil Corea del Norte
El curso que tome el régimen islámico a partir de esta elección tendrá profundas repercusiones en el ámbito externo: sobre los hombros del nuevo presidente recaerá la responsabilidad de evitar que Irán, como pronostican muchos estrategas en las principales capitales occidentales, se convierta en la mecha que encienda la próxima gran crisis internacional
La preocupación más obvia de la comunidad internacional respecto de Irán es su programa nuclear, con el que la Agencia Interancional de Energía Atómica sospecha que la dirigencia religiosa pretende dotar al país de una bomba atómica, haciendo realidad las peores pesadillas de la administración estadunidense de George W Bush
El nuevo mandatario deberá ser capaz de convencer a los dirigentes religiosos de abandonar esta idea, a cambio de negociar con la comunidad internacional, en especial la Unión Europea, beneficios económicos tan atractivos como el ingreso del país a la Organización Mundial de Comercio (OMC)
Pero la bomba no es la única razón por la que Irán provoca desvelos en el exterior El otro motivo de preocupación se ha ido fortaleciendo, paradójicamente, conforme ha avanzado en el Medio Oriente la presunta "revolución demócrática" promovida por Bush y de la que los máximos beneficiarios hasta ahora son, de Líbano a Irak, los chiitas
El régimen religioso iraní es de inspiración chiita y esta rama del Islam nunca ha tenido buenas relaciones con los sunitas, la división a la que se adhieren la mayoría de los árabes, comenzando por Arabia Saudita y Egipto Los vecinos de Irán no descartan que el resurgimiento regional chiita aliente una radicalización del régimen religioso de Teherán, que a su vez podría traducirse en una fiebre expansionista de consecuencias explosivas para la región
Pero mientras no haya un ganador claro de los comicios electorales, no es recomendable armar escenarios políticos futuros Antes, el régimen islámico debe asegurarse de que su más reciente ejercicio de reinvención llegue a buen puerto Tiene que verificar que, retiradas las vendas, sus facciones hayan vuelto a ser seductoras