Argentina: La muerte de "Pajarito"

lunes, 27 de junio de 2005 · 01:00
Buenos Aires, 27 de junio (apro) - Fue uno de los mayores halcones de la dictadura, pero paradójicamente le decían "Pajarito" Como jefe del Primer Cuerpo del Ejército ejercía influencia sobre el territorio más poblado del país, que incluía la capital federal, la provincia de Buenos Aires y un amplio sector de la llamada "Pampa húmeda" Durante su "reinado de terror", el exgeneral Guillermo Suárez Mason --fallecido el 21 de junio anterior en Buenos Aires, a la edad de 81 años--, se jactaba de haber ordenado hasta un centenar de ejecuciones al día "Firmé entre 50 y cien sentencias de muerte por día durante mucho tiempo", confesó con mirada cínica a un diplomático estadunidense en 1979, según consta en un documento desclasificado meses atrás en Washington Era la época en que la guerrilla argentina había sido virtualmente derrotada y la dictadura concluía, con respaldo estadunidense, el trabajo sucio de la represión contra los últimos focos de resistencia social De "Pajarito", este sanguinario exjerarca de la última dictadura militar (1976-83) no tenía nada La justicia nunca lo condenó, a pesar que pasó sus últimos años en prisión (en una fría celda del penal de Villa Devoto, el único que se mantiene en pie en la ciudad de Buenos Aires) acusado de más de 200 secuestros y 30 homicidios Su muerte ocurrió en una sala del Hospital Militar, a donde fue trasladado de urgencia por una hemorragia intestinal Un ataque al corazón acabó con la vida de este hombre que le gustaba autodefinirse como "un duro" "Fui un general duro porque no admitía transacción Nunca fui un blando", dijo en los ochenta Desde siempre, golpista Sus devaneos golpistas comenzaron muy pronto, en los cincuenta Tras egresar en la promoción 73 del Colegio Militar junto a los exdictadores Jorge Rafael Videla y Roberto Viola, Suárez Mason participó activamente en el frustrado golpe de Estado contra el entonces presidente Juan Domingo Perón en 1951 Era un declarado "antiperonista" El fracaso de la intentona militar lo obligó a exiliarse en el Uruguay, donde participó en el comité de bienvenida de los pilotos que, cuatro años más tarde, bombardearon la Plaza de Mayo causando cientos de muertos y heridos en un segundo intento de golpe En 1956, ya consumado el derrocamiento del general Perón en un tercer intento, regresó al país y se alistó en el bando de los "colorados" del Ejército, que años después presionarían por un golpe militar para derrocar al entonces presidente José María Guido El bando de Suárez Mason fue derrotado en un enfrentamiento armado por los "azules" legalistas del Ejército argentino, que pregonaban por una salida constitucional a la crisis Pero el golpe llegaría tarde o temprano, y paradójicamente uno de los líderes de los "azules", el general Juan Carlos Onganía, se convertiría años después en dictador Suárez Mason quedaría relegado así en el reparto de poder en las Fuerzas Armadas Fue hasta 1971 que logró sacar la cabeza debajo del agua y fue designado agregado militar en la embajada argentina en Ecuador Un año después volvió al país y, con nuevos y aceitados contactos, logró su ascenso a general y fue designado segundo responsable de la jefatura de inteligencia del Estado Mayor Su amistad con el futuro dictador Videla era cada vez más estrecha Enseguida pasó a comandar el Quinto Cuerpo del Ejército y, el 24 de marzo de 1976, fecha del golpe militar, lo encontró siendo uno de los fieles colaboradores del primer jefe de la junta militar Pero Suárez Mason no sólo era un fiel colaborador de Videla, sino también del almirante Eduardo Massera, jefe de la Armada y responsable del centro de detención ilegal que funcionó en la Escuela del Mecánica de la Armada (ESMA), el mayor símbolo de la represión durante la guerra sucia Según organismos de derechos humanos, Suárez Mason mantuvo un estrecho contacto con Massera por compartir ambos su pertenencia con la logia masónica P2, del banquero italiano Licio Gelli, señalado como responsable de la quiebra del Banco Ambrosiano del Vaticano Al año del golpe fue designado jefe del Primer Cuerpo del Ejército, que ejercía su influencia en la capital federal, la populosa provincia de Buenos Aires y una amplia zona de la Pampa húmeda En su "territorio", según las denuncias de organismos de derechos humanos, funcionaron durante la dictadura 60 campos de concentración Los nombres más tristemente conocidos fueron "El Vesubio", "El Pozo de Banfield", "Automotores Orletti", "El Olimpo", entre muchos otros Miles de detenidos-desaparecidos pasaron por las salas de torturas de esos centros ilegales de la dictadura Era la época en que Suárez Mason se jactaba de ordenar entre "50 a 100" ejecuciones cada día Durante esos años, pregonaba una solución militar para los conflictos limítrofes con Chile Su "reinado" duró hasta 1979, cuando decidió retirarse Su gestión dejó un baño de sangre reflejado en las páginas del libro Nunca más, editado tras la recuperación de la democracia Torturas, asesinatos, robos de niños de detenidos eran la sádica rutina en cada uno de los centros de detención que funcionaban bajo su comando "Se llevó tantos secretos con cobardía y maldad Fue uno de los más crueles", dijo a la prensa local la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto "Seguramente ?añadió-- sabía de cada desaparecido de los cuales aún no sabemos nada, y también dónde regalaron, vendieron o dejaron a nuestros nietos La historia lo coloca en el peor de los lugares: el de un mafioso, un asesino, un delincuente" Suárez Mason, en aquella época, gustaba sonreír viendo jugar a un juvenil Diego Armando Maradona en su amado Argentinos Juniors, el humilde club de futbol del barrio porteño de La Paternal, del que era un fanático hincha Había sido arquero en las divisiones inferiores del club y llegó a financiar con dinero espurio a la institución, según denuncias de políticos y organismos de derechos humanos Los directivos de los "bichitos colorados", como se conoce al club porteño, lo nombraron "socio honorario", en una de las manchas más indelebles que pesan sobre la institución que formó a Maradona Dos décadas después, hinchas del club denunciaron el hecho a raíz de una investigación periodística, y Suárez Mason fue echado del club El colmo del cinismo fue que, en su acalorada defensa, el exjerarca de la dictadura invocó la carta universal de los derechos humanos El "pato de la boda" Después de su retiro, Suárez Mason fue nombrado interventor de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), hasta ese entonces la más rica y grande empresa estatal que en los noventa fue privatizada por el expresidente Carlos Menem Según organismos de derechos humanos, fondos de YPF salieron del país para "financiar" la lucha antiinsurgente en distintos países de América Latina Pero tras el desastre de la guerra de las Malvinas y la recuperación de la democracia, prefirió esconderse en el exterior para no enfrentar la oleada de demandas de justicia que prometía el entonces candidato, y luego presidente, Raúl Alfonsín (Unión Cívica Radical/UCR) "No voy a ser el pato de la boda", dijo antes de "desaparecer" El Ejército le dio entonces de baja Cuatro años después, fue detenido en Estados Unidos y extraditado Washington, que en el pasado amparó a la dictadura argentina como a todas las de la región, lo consideró entonces "uno de los principales narcotraficantes latinoamericanos" La justicia argentina lo esperaba para procesarlo por al menos 39 homicidios y 23 secuestros, aunque la investigación abarcaba un total de 635 delitos Pero la justicia no pudo condenarlo El indulto decretado por Menem a principios de los noventa lo liberó del proceso, y Suárez Mason pudo caminar en libertad por las calles de Buenos Aires e, incluso, protegido por su nueva impunidad, se le veía paseando a su perro Recién en 1999 volvió a prisión, esta vez acusado por la apropiación de hijos de desaparecidos durante la dictadura, un delito que quedó fuera de las leyes de perdón dictadas por Alfonsín y declaradas inconstitucionales este mes por la Corte Suprema de Justicia Pero por ser mayor de 70 años, la ley argentina le permitió permanecer bajo arresto domiciliario Luego, fue condenado a cadena perpetua en ausencia en Italia y en Alemania, por la desaparición de ciudadanos italianos y alemanes en Argentina Hace dos años, cuando el Congreso declaró inconstitucionales las leyes de perdón, se reabrieron las causas en su contra y volvió a quedar procesado Estuvo otra vez frente a los estrados judiciales y adujo que siempre obedeció órdenes de sus superiores En total quedó involucrado en cinco causas, una de las cuales lleva su nombre y en la que estaba a un paso de ser sometido a juicio oral La cárcel llegaría de la mano del club de sus amores Al cumplir 80 años lo festejó con un ágape en la sede social de Argentinos Juniors, violando su arresto domiciliario El escándalo fue mayúsculo La denuncia periodística obligó a la justicia a cancelar la prisión preventiva, y Suárez Mason fue recluido en el penal de Villa Devoto El club decidió su expulsión Murió el 21 de junio en una sala de hospital En los últimos años, solía repetir que los campos de concentración que guiaba no eran ilegales, "porque esos lugares estaban autorizados por el respectivo comando" militar "Qué lástima que se murió tan pronto --dijo la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini-- Me hubiera gustado que viviera muchos años más para sufrir lo que le correspondía en la cárcel"

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