El G-8 y la cuadratura del círculo africano

lunes, 4 de julio de 2005 · 01:00
México, D F, 4 de julio (apro)- El 3 de junio anterior, cuando presentó el ostentosamente llamado Plan Marshall Moderno, que pretende regresarle la viabilidad económica al continente africano, el ministro de Finanzas del Reino Unido, Gordon Brown, lucía eufórico "Esta propuesta representa un nuevo acuerdo entre los países pobres y ricos", afirmó "La escala de lo que avizoramos es sin duda muy sustancial" El gobierno británico de Tony Blair está tan entusiasmado con la iniciativa que, según confirmó también Brown, hasta accedió a pagar la cuenta de la organización del concierto masivo celebrado este fin de semana en Londres en el marco de la iniciativa Live 8, lanzada por el músico Bob Geldof, con la ayuda de luminarias como Bono, Paul McCartney y Madonna, para levantar conciencia global sobre la pobreza africana El componente más palpable del Plan Marshall Moderno es la condonación de la deuda que un grupo de 18 países muy pobres, en su mayoría africanos, más Nigeria, tiene con organismos multilaterales como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Agencia Africana de Desarrollo, y que se espera sea sancionado en la cumbre anual del Grupo de los Ocho países más ricos del mundo (G-8), que se celebra del 6 al 8 de julio en Gleneagles, Escocia ¿Por qué Africa? Lo que los cínicos responden de inmediato es que Blair, pensando ya en cómo será recordado en los libros de texto, quiere utilizar una causa a la que nadie le puede negar su nobleza para "limpiar" la imagen imperialista y mezquina que le dejó su alianza con el estadunidense George W Bush en la impopular invasión de Irak Es difícil no conceder cierta razón a los críticos; sin embargo, el plan británico se sustenta en otros motivos más sólidos El primero es la revisión que este año harán, durante su asamblea anual en el otoño, los países integrantes de la ONU de los Objetivos del Milenio, una serie de compromisos adoptados en el 2000 para reducir la pobreza a la mitad en el mundo para el 2015, y en las que el continente africano se encuentra sumamente retrasado Los números son simplemente deprimentes: de acuerdo con datos de la ONU, casi 47% de la población de África ?313 millones de personas? vive con menos de un dólar al día; en 1990, ese total era 45%, lo cual hace de este continente el único donde la pobreza crece Pero la causa quizá más importante del interés británico no tiene inspiración moral Se trata de un asunto más bien pragmático y que le preocupa mucho también a otras naciones ricas o en proceso de serlo, como China África, como ocurría a finales del siglo XIX, es una amplia fuente de materias primas muy codiciadas en Occidente y en la dinámica Asia; pero, a diferencia de lo que pasaba hace más de cien años, ahora es un continente con enormes regiones sumidas en la pobreza y la violencia, lo cual impide la explotación eficiente de dichos recursos En el siglo XIX las potencias industriales peleaban por el caucho africano; ahora el recurso más popular es el petróleo, cuyo precio por barril ha superado los 50 dólares, y abunda en países como Nigeria, el séptimo productor de crudo del planeta Con 112 millones de habitantes y una economía de desarrollo medio, Nigeria curiosamente fue incluido en el grupo de países beneficiados con el perdón de deuda: una generosa rebaja de 31 mil millones de dólares que serán borrados en un plazo de seis meses No salen las cuentas Se esperaba que los líderes del G-8 sancionaran en Gleneagles un acuerdo esbozado a mediados de junio por sus ministros de Finanzas y con el que 18 países extremadamente pobres, la mayoría africanos, van a ser favorecidos con la rebaja de deuda por 14 mil millones de dólares A esto hay que sumar el trato con Nigeria que fue cerrado la semana anterior a la cumbre con los países ricos del Club de París Los 18 países se eligieron por su nivel de pobreza pero, sobre todo, porque cumplen ya con los requisitos ?relacionados básicamente con reformas económicas y estructurales? para comenzar con el programa de perdón y reestructura de deuda que aplican FMI y el Banco Mundial, conocido como Iniciativa HIPC para naciones pobres altamente endeudadas Aunque se tratará de vender como ejemplo de los logros que pueden alcanzar los países ricos y pobres si trabajan juntos, el proyecto de perdón de deuda y, en general, el Plan Marshall Moderno, tienen serias fallas que hacen dudar de su trascendencia e impacto En primer lugar está su muy limitado alcance Según datos del BM, a finales de 2003 y de manera conjunta, las naciones más pobres del mundo ?que son en su mayoría africanas?, le debían a la Agencia Internacional de Desarrollo (IDA), el brazo de esta institución que le presta a este tipo de países, 135 mil millones de dólares, casi diez veces más que lo condonado en Escocia Otro problema, según hizo notar la revista británica The Economist, es la falta de originalidad del Plan Marshall Moderno, y no sólo por el nombre, sino porque con ésta son muchas las iniciativas para condonar deuda que las naciones ricas han lanzado para África sin lograr nada La publicación atribuye el fracaso principalmente a la corrupción, que ha permitido que miles de millones de dólares que debían usarse en obras públicas y servicios sociales, acabaran en cuentas bancarias suizas Un caso emblemático, por cierto, es el de Nigeria, donde, según reportes de las ONG, Jubilee USA Network y The Institute for Public Policy Research, desde 1961, cuando logró su independencia del Reino Unido, sus gobernantes han robado unos 210 mil millones de dólares En una innovación del nuevo acuerdo con Nigeria, ONG como Oxfam van a integrar, junto con el gobierno y miembros de organismos internacionales, un Comité para las Metas del Milenio, que se encargará de verificar que el dinero condonado se gaste en obras que beneficien a la población Pese a esta iniciativa, la corrupción y el mal gobierno son precisamente los argumentos que ofrece el gobierno republicano de Estados Unidos, el país donante más influyente del mundo, para negarse a respaldar el segundo componente del Plan Marshall Moderno, que es el aumento sustancial de la ayuda económica que los países ricos donan a las naciones más necesitadas El monto ideal, según coinciden organismos internacionales y los donantes, es 07% del PIB conjunto por año; pero en la realidad, la cifra ha sufrido una caída casi vertical: de 045% en 1960, a apenas 024% en 2003 Si los países pobres no cuentan con dinero fresco para invertir en sus atrofiadas economías, es prácticamente imposible que erradiquen la pobreza; y la cosa es peor si tampoco pueden exportar sus productos agrícolas y manufacturados a los mercados más ricos del mundo, como ocurre justamente ahora debido al implacable proteccionismo de los mismos países integrantes del G-8 La apertura de mercados es el tercer componente del Plan Marshall Moderno, y quizá el que más alergia le provoca a los gobiernos de países del G-8 como Francia, Japón y Estados Unidos, que gastan en subsidios agrícolas por año la obscena cifra de 350 mil millones de dólares, de acuerdo con cálculos de Oxfam Por todo esto, es probable que, como aseguran sus críticos, los esfuerzos de Tony Blair por África se queden en una amplia y carísima estrategia de relaciones públicas Algo que tampoco es ninguna novedad; sólo hay que ver a su renovado compatriota Bob Geldof, que le debe su popularidad, y hasta un título nobiliario, al festival ochentero Live Aid, que en su momento, por cierto, intentó combatir el hambre en Etiopía

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