De leonas

lunes, 8 de agosto de 2005 · 01:00
México, D F, 8 de agosto (apro)- "¡Ojo con las palabras! Pues al considerar y llamar a las mujeres leonas, igual les estamos endilgando el peor de los insultos" Lo anterior, dicho burlonamente por Juan Contreras, lo sentimos como un fuetazo en la reverente admiración a las mujeres en la que el pequeño grupo de amigos había coincidido No era para menos, ya que una previa apasionada discusión nos costó llegar a la no tan fácil unanimidad sobre tal tema Iniciada al expresar alguien, no recuerdo quién ni a propósito de qué, el dicho popular de "el hombre propone, Dios dispone y llega la mujer y todo lo decompone", continuó con una general crítica y queja del sutil, por no decir solapado matriarcado que ejercen ordinariamente ?ojo, no confundirse, va en el sentido de frecuente? las hijas de Eva, que al practicarlo con tanta habilidad en un mundo de y para los machos demuestra, mal que nos pese, una innegable sagacidad en las mismas El reconocimiento de esta verdad, hizo que a continuación analizáramos algunas otras de sus capacidades que se nos fueron revelando tan necesarias para la sobrevivencia de la especie, que tuvimos que terminar por admitir, a pesar de nuestra renuncia ?suena más elegante que repugnancia, ¿no?--, que en definitiva es el verdadero "pivote del hogar", ya que, como se ha comprobado, cuando un padre falta, no ocurre casi nada, pues la familia usualmente sigue su marcha de mano de la madre ¡Ah!, pero cuando la que falta es la madre, entonces sí, por lo general suceden los desmadres que habitualmente deshacen hogares, familias El descubrir estas realidades, como caballeros que somos y nobleza obliga, coincidimos en que por todas ellas las mujeres, en su mayoría, eran verdaderas leonas, dignas de nuestra admiración y respeto Entusiasmados por la noble conclusión en la que habíamos coincidido, levantamos los respectivos vasos al unísono para brindar por las leonas Bueno todos no, pues Juan Contreras no lo hizo, por lo que le miramos, quien sorprendido, quien con reproche A su vez, burlón, nos fue viendo uno a uno y a continuación nos soltó la frase con la que comencé la presente a la que siguieron los siguientes razonamientos --Que habíamos olvidado que esas reinas de la selva, cuyas supuestas virtudes adjudicábamos tan a la ligera a las mujeres, en realidad eran unas sumisas al machismo de su especie, hasta el punto de que, como algunas prostitutas, hacen de sus machos unos mantenidos ¿Suponíamos que piensan las hijas de Eva de eso en nuestros días? --Que recordáramos que, como pareja, las leonas eran promiscuas, indiferentes e infieles Que tuviéramos presente que eran capaces de ver, sin prestarle la menor ayuda, impasibles, cómo su macho era maltratado y hasta muerto por otro más fuerte ¿Nos gustaría que así pensara y así actuara nuestra correspondiente pareja? --Que no habíamos tenido en cuenta que, como madres, las leonas eran infames, pues si bien eran capaces de amamantar a los cachorros de otras leonas del mismo grupo, por otra parte, desde el momento que el anterior macho es suplantado por otro más fuerte, son testigos insensibles del hecho de cómo el nuevo va matando a sus cachorros, a los hijos que tuvieron con el anterior Si nuestra pareja, como mujer y madre, así actuara, ¿qué diríamos y qué no haríamos como hombres y padres? Por eso, mis amigos, les llamo a que tengan mucho cuidado con las palabras, que no se agarren a ellas si no saben lo que verdaderamente significan, pues de otro modo, por confundidos, pueden llevarles al despeñadero del error, donde los oficiantes de los intereses, de los creados y por crear, pueden hacerles comulgar con ruedas de molino, pues no faltan los Humpty Dumpty a sueldo, por lo que como les ha ocurrido con la palabra leona, puede pasarles con otras, como por ejemplo las de libertad, cambio, democracia, servir, justicia? Aquí le interrumpimos Hubo quien le pidió aclaraciones, pues no veía lógica en su discurso; no faltó el que lo refutó y hasta hubo quien le dijo que no sabía ni papa de los mecanismos de la evolución A todo esto, la única respuesta de nuestro amigo fue una parodia del conejo blanco de Alicia Miró su reloj y angustiado dijo: "¡Chin! Se me ha hecho tarde", y alegando un compromiso previo, sin más desapareció por la puerta de salida Con ello evitó la discusión que se disolvió, por nuestra parte, en críticas a su persona, censuras a su proceder y en comentarios adversos, descalificaciones e incluso burlas a lo que había dicho Con todo, en lo personal, considero que nuestro amigo, en más de un sentido, le asiste la razón Por ello y por creer que lo que dijo no carece de interés, es el motivo de la presente a este buzón A ustedes, estimados lectores, ¿qué juicio les merece lo expuesto en la misma? Con afecto sincero LIGORIO D?REVUELTAS

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