Rapsodia A Paul Whiteman, Rey del jazz (III y último)

lunes, 8 de agosto de 2005 · 01:00
México, D F, 8 de agosto (apro)- En 1935, Walt Disney se inspiró para uno de sus dibujos animados en la cara del director de orquesta Paul Whiteman, el rostro bigotón identificado como El rey del jazz por la exitosa película que protagonizara este músico cinco años atrás El equipo Disney dio vida sonora a su "sinfonía boba" Music Land (El país de la música) con las ruidosas emociones del jazz sinfónico del bigotón Whiteman, personificándolo a través de un saxofón que es el monarca de "La isla de la fantasía" Con la venia de Lincoln Collier (Duke Ellington Javier Vergara Editor, 1990): "Un hecho importante acerca de Hollywood era que, debido a sus horarios y ubicación, atraía pléyades de músicos y del mundo del espectáculo que trabajaban en teatros y clubes alrededor de Broadway Venía Bix Beiderbecke, quien tocaba en la avenida de Broadway en 1924; Tommy Dorsey, que actuaba por su cuenta en todo Nueva York; venían los músicos de orquestas nacionalmente famosas como la de Vincent López, los California Ramblers y la de Paul Whiteman "La orquesta de Whiteman trabajaba frecuentemente en el Palais Royale, un club que se hallaba prácticamente al lado Y Whiteman, ya reconocido, estaba a menudo en el club pagando copas y derrochando dinero en general" California no era desconocida para Whiteman Primer viola en la Denver Symphony Orchestra, del cuarteto de cuerdas Mineti y de la Sinfónica de San Francisco, cuando fue despedido de su primera banda para salones de baile por no poder llevar el ritmo del jazz sincopado lo llamaron como director suplente y así tocó en hoteles de San Francisco, Santa Bárbara y Los Ángeles Radicaba allá en 1919 y escuchó entonces la grabación de Dardanella, un disco de ragtime pegajoso con la banda de Ben Selvin que vendía como pan caliente Decidió probar, con suerte, y en noviembre de 1920, Whiteman con su orquesta Ambassador sonó su primer cañonazo, Whispering (Murmullo) cantado por Japanese Sandman; en foto apareció para millones de portadas con sus partituras editadas por el Tin Pan Alley neoyorquino y de la noche a la mañana, sus arreglos y piezas fueron muy solicitados Se llevó a su corneta Frank Bussy al Hotel Ambassador de Atlantic City y con el arreglista Ferde Grofé se estableció en Nueva York El crítico británico Ian Whitecomb (Alter the Ball, 1972), rememora: "En 1922, Whiteman contaba con un agente de prensa y un corporativo evaluado en un millón de dólares; a todas sus orquestas les llovieron contratos Conocido exponente del jazz gelatina, Whiteman fue quien condujo y organizó el concierto más atrevido en búsqueda de la genuina música norteamericana con jazz sinfónico en el Aeolian Hall de Nueva York, Experimento de música moderna la tarde del 12 de febrero de 1935, juntando a artistas como Carl Van Vetchen, campeón de los blues de Bessie Smith, y otros?" Whiteman explicó entonces: "Se han dado avances increíbles en la música popular desde el discordante jazz primigenio a la melodiosa música actual", y esperaba que en un futuro no muy lejano, "nuestra música sea la piedra de toque en ayuda a las generaciones venideras para profundizar y apreciar mejor la música" Refiere Whitecomb que "el concierto era, pues, educativo Aunque la gente disfrutó el ejemplo de jazz discordante, Livery Stable Blues y el programa, que incluyó piezas del compositor de operetas Victor Herbert aterrizó en Pompa y Circunstancia (marcha orquestal de Sir Edward Elgar)" Enseguida, el compositor George Gershwin se acercó al piano para ejecutar, con los 22 elementos de la orquesta de Whiteman, el momento cumbre del concierto Experimento de música moderna, estrenando Rapsodia en azul ("música emotiva, cálida; tonadas espléndidas con préstamos de los clásicos") Algo no fue bien Hubo el "pero", pues: "¿Era jazz o música moderna? ¿Era realmente una rapsodia y en verdad blues? Se trataba de un pop excelente ¿Y qué pasó con el jazz sinfónico? Whiteman hizo después más intentos como Monotony, conducida desde un metrónomo con escenografía cual torre palaciega Los conciertos de jazz acabaron a finales de los 30; sin embargo, el debate sobre si era música genuina de EU o no, prevaleció La orquesta de Benny Goodman fue más allá que Whiteman actuando en el Carnegie Hall, un teatro más prestigioso que el Aeolian Glenn Miller tocaba jazz, si bien para los expertos en general, el swing definitivamente no era verdadero jazz" Los críticos de la época se burlaron de aquel Experimento de música moderna con todo y Gershwin, como otra "payasada de Whiteman" En la década de 1940, el bigotón Rey del jazz y su big band se presentó mucho en Europa, protagonizó numerosas películas y continuó sus actuaciones con espectáculos variados de vaudeville, en los que entrenaba a cantantes cuyo ejemplo influyó otras carreras solistas Por ejemplo, Whitecomb cita que Mildred Bailey era quien en la orquesta de Whiteman "daría la pauta maestra para Billie Holiday, Peggy Lee y Ella Fitzgerald" Bing Crosby se convirtió en el modelo de Perry Como, Frank Sinatra, Dean Martin "y miles más" Como curiosidad, ayudó a su compadre Artie Singer en la era del rock?n?roll con At the Hop! (que en el Festival de Woodstock 1969 recogería Sha-Na-Na) Whiteman murió el 29 de diciembre de 1967 en Doylestown, Pennsylvania, a los 77 años, y en su epitafio se le otorgó el título musical de su cinta de 1930 como Rey del jazz, un alias noble, aunque tomado a chacoteo por los historiadores más doctos del género en sus tratados Así, Whiteman sólo simula encarnar un apéndice accidental y de brote pasajero en el jazz para Joachim Ernst Berendt (El jazz, su origen y desarrollo Col Popular del Fondo de Cultura Económica, vol 39, 1959) Se le minimiza su tajada en el pastel, pues usó al jazz como mero recurso entre otros posibles, apartándolo de la ortodoxia genuina No se le atribuyen dotes de innovador Sus orquestas para nada hacen sombra a las del magnífico Duque ("Ellington es la historia de las orquestas de jazz") y tristemente, Whiteman es mencionado de paso, cual vago padrino fantasmal que abdica ante su ahijado Bix Beiderbecke ("quien nos lleva en línea directa a Miles Davis"), cuya muerte prematura "acabó con las grandes orquestas" Punto Hoy ya poco importa cuántas cosas se hayan expuesto en contra de la música de Paul Whiteman: jazz gelatina, carente de jazz genuino? Resulta innegable que permitió a un público más amplio conocer lo que él y su orquesta pensaban acerca del jazz Aunque la música de jazz no fuese como Whiteman y sus músicos creían, la gente pudo acceder a su significado Calzó al público gabacho los botines para continuar por zancadas propias en pos de "las piezas perdidas del blues" y asomarse, desde la ramita musical con su jazz sinfónico, hacia el complejo bosque de improvisación y genialidad: el jazz auténtico Una generación de neófitos paró la oreja ante estéticas que dividían ideas y razas en EU Las big bands influyeron notablemente en directores mexicanos como Pablo Beltrán Ruiz; pero no todo es nostalgia, pues en pleno siglo XXI las orquestas locales de más lujosos hoteles en Hong Kong que interpretan música de Whiteman, Millar, los Dorsey, etcétera son las más solicitadas) Hoy, sin embargo, no contemplamos a Paul Whiteman como el Rey del jazz de 1930 Mejor, lo recordamos como una caricatura inocente de 1935 en la figura del Sax bigotón para El país de la música con los discos DVD Walt Disney Treasures: Silly Simphonies (paquete tercero) Reconforta más verlo de esta manera y no pensarlo con su bastón de reyezuelo en concierto, hinchando la cartera por teatros de Londres con su big band o invitando tragos para sus fieles apologistas en salones de baile de Hollywood y Nueva York Cual sonriente Rey feón, pero entronado en un cetro de felicidad por el equipo Disney Esa es la imagen que permanece gracias a los trazos de aquel cómic, un saxofón monarca de "La isla del jazz" para el cuento animado El país de la música En la historia de la música le tocó fungir como Rey sin corona si bien, detrás del trono fantástico y "la payasada Whitheman", yacía una semilla de verdad En frase de Leonard Bernstein: "El jazz es una palabra gigante Es arte, un arte muy especial, fresco y vital Me intriga por ser una forma auténtica de expresión en sí misma y adorable también, por su humorismo"

Comentarios