Pedidos
México, D F, 16 de enero (apro)- Lectores de todos mis respetos: la presente sirve para informarles de un hecho al parecer intranscendente, pero al que considero inquietante y merecedor de que se reflexione sobre el mismo Mas ya que suya será la última palabra, me limitaré a darles una relación de cómo ocurrió
¿Lugar del suceso?: la casa de ustedes, esto es, donde vive su servidor
¿Momento del mismo?: el 6 de enero, día de los Reyes Magos, cuando a media mañana tomaba el sol en el jardincillo de la misma muy quitado de la pena
¿Qué ocurrió?: que en determinado momento sentí que algo sutil reptaba hacia debajo de mi cuello y espalda al tiempo que una cosa blandengue me golpeaba la cabeza Lancé un grito ahogado, entre sorpresa y alarma, e hice un gesto instintivo para librarme de lo que me arrancaba tales sensaciones Casi suelto una carcajada al ver que la causa de mi susto era un inofensivo y medio desinflado globo rojo que llevaba en el extremo de su hilo un rollito de papel Sí, han adivinado, lo que había hecho que mi corazón brincara era uno de esos tantos globos a los que los niños convierten en mensajeros de sus deseos, en carteros de sus pedidos, de lo que quieren que les traigan los Reyes Magos Haciendo a un lado mi primera intención de patearlo, lo tomé en mis manos y, curioso, me apresuré a deshacer el lazo que sujetaba el mensaje El globo, liberado de su peso, se elevó un tanto y una repentina ráfaga de aire lo puso fuera de mi vista al llevárselo más allá por encima del tejado de la casa de ustedes
Extendí el papel y vi que, una no muy firme mano infantil, había escrito lo que sigue:
"Queridos Reyes Magos: los niños que firman esta carta no les piden juguetes, pero como nos hemos portado bien todo el año, les pedimos que nos aclaren la piel, nos vuelvan de color azul, verde o gris los ojos, y que el pelo, que lo tienen negro y lacio, que algunos dicen que sirve para ensartar chaquira, nos lo vuelvan güero, suave y, si es posible, ondulado Todo eso lo pedimos porque vemos que los güeritos de ojo claro salen más en la televisión desde que son bebés, y también porque sentimos que nuestros apa?s, agüe?s, tíos y tiitas, como que les hacen más gracia y hasta quieren más a los bebés y niños que son menos prietitos; fíjense que hasta hay mamás que tiñen los pelos a sus hijos, sean niñas o niños, y hasta procuran que no nos dé mucho el sol para que no nos aprietemos Queridos Reyes Magos, por otra parte, a las niñas que firman esta carta, nos encantaría que, de ser posible, nos convirtieran en niños, pues sentimos como que a nuestros hermanitos los consienten más y les dan más libertades, les dejan hacer más cosas, y aburre y enoja el que a una le digan y digan ?¡no!, no puedes hacer eso, porque eres niña? Bueno, eso de ser niña no es bueno, pero tampoco debe serlo crecer hasta ser mujer pues, no sé si se habrán enterado, por ahí hay un anuncio en televisión en que salen un bebé y una bebita, y en el que dicen que si tuvieran más años, la bebita tendría menos oportunidades de estudiar, de trabajo, y que a igual trabajo ganaría menos, y además estaría sometida al acoso, que debe ser una cosa terrible cuando lo denuncian en la tele Queridos Reyes Magos, esperamos que por haber sido buenos niños, por habernos portado bien todo el año, nos traigan lo que les pedimos?"
Y la carta terminaba con más de una docena de firmas de Luisa, Juanito, Lupita, Beto, etcétera
Lo admito, su lectura me sorprendió Pensé que los firmantes de esa cartita caída del cielo eran una especie de diablillos traviesos, unos bichos raros, más inmediatamente di en pensar que los raros eran sus progenitores y parientes que les habían llevado a pedir tales absurdos Luego, inquieto, caí en la cuenta que quizás no lo fueran tanto al recordar que, entre mis conocidos, no faltaban y más bien sobran los padres que privilegian la educación de los hijos a costa de la de las hijas, a los que les alegra el ojo el que el hijo o la hija se relacionen con una güerota o un güerote de ojo claro; los que fruncen el ceño, aunque no les sirva para nada, si lo hacen con prietitos con pelos de ensartar chaquira, como decían los firmantes de la citada carta Y no digo nada de cuanto les satisface cuando sus hijos o hijas se casan con gente de más posibles Bueno, esa es mi experiencia Puede que me equivoque y que la suya sea todo lo contrario Que así sea, ya que si entre sus conocidos tampoco faltan padres como los que hay entre los míos, considero que algo anda mal, muy mal, ¿pues no que hay que respetar a los niños? ¿Quererlos como sean? ¿Entonces?
Con el deseo de que sinceramente reflexionen sobre mis últimas preguntas, queda de ustedes su seguro servidor
ADAN DE LA PARRA