Madrazo, lección por aprender

jueves, 26 de enero de 2006 · 01:00
México, D F, 25 de enero (apro)- La rechifla que Roberto Madrazo sufrió en Pachuca apenas este martes, por parte de miles de jóvenes universitarios, es una muestra de que el candidato presidencial del PRI no ha logrado superar su mala imagen Este es el principal reto del priista, modificar su propia figura, pero olvida una cosa, que la imagen es reflejo de su historia, y ésta no puede ser cambiada a voluntad El evento del lienzo charro de Pachuca parecía uno más de los que ha organizado el PRI para su candidato presidencial Había cerca de 5 mil jóvenes de la Universidad Autónoma de Hidalgo abarrotando el lugar, pero algo estaba ocurriendo detrás del escenario La molestia de los jóvenes por haber sido acarreados desde sus aulas, comenzó a manifestarse entre bromas Avioncitos de papel y condones inflados volando por el lienzo charro comenzaron a llamar la atención Sobre todo cuando en algunos de ellos se leía la leyenda de "Peje para presidente" Poco a poco el entramado del acto tricolor comenzó a caer Resulta que Gerardo Sosa, el exrector de la Universidad y coordinador de la campaña de Madrazo con los centros universitarios, había hecho lo que todos los priistas hacen: acarrear a la gente para ofrecerla al candidato presidencial Pero los jóvenes universitarios protestaron ser vistos, como siempre lo fueron en el PRI, un simple objeto electoral Sosa, exrector y miembro del equipo de Madrazo, fue desnudado por los estudiantes como un porro No hubo uno solo de los jóvenes que se sintiera a gusto en el lienzo charro De ahí que al unísono, y en forma de protesta, gritaran el nombre de batalla de Andrés Manuel López Obrador, "El Peje", en plena cara del candidato presidencial priista La protesta de los estudiantes de la Universidad Autónoma de Hidalgo evidencia que el PRI sigue cayendo en el error de siempre: que la ciudadanía no tiene memoria y que puede ser tratada como carne de cañón en las elecciones Para ganar, el PRI de Madrazo le apuesta al "voto duro" y, según sus cuentas, éste equivale a 10 millones de militantes convencidos Sin embargo, habría que preguntarse si esta población "cautiva" lo sigue siendo para el candidato presidencial priista Lo que ocurrió en el lienzo charro es evidentemente un choque generacional entre los priistas que aún creen a fe ciega en el voto cautivo (acarreado, comprado, inducido) y la ciudadanía (en este caso los universitarios), que rechaza tajantemente esta vieja práctica de corrupción política Pero, al parecer, los priistas están convencidos que estas prácticas les seguirán funcionando Están obsesionados con la manipulación de voluntades y siguen la estrategia electoral de comprar antes que convencer El acarreo, así como la compra del voto, son dos prácticas que tendrán que desaparecer a golpes de la ciudadanía, con protestas públicas o con los votos de conciencia Poco a poco estos casos ya se están manifestando Uno de éstos se dio recientemente en Guerrero, en que el PRI le apostó al uso del dinero para "convencer" a los votantes Pero resultó todo lo contrario, los guerrerenses pudieron haber recibido la ayuda que les ofrecían los priistas, pero a la hora del voto los castigaron Votaron conforme su conciencia Otras situaciones parecidas se dieron en Veracruz y Oaxaca, donde el PRI apenas ganó a pesar del despilfarro Este es el mensaje de fondo para Madrazo: el dinero ya no garantiza los sufragios, y el concepto de "voto cautivo" está desapareciendo para fortuna de la democracia mexicana Pero esto tendrán que aprenderlo no sólo los del PRI, sino también en el PAN y PRD que, con su estilo propio, también han desarrollado mecanismos para la inducción del voto

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