Carta para el 2006

lunes, 9 de enero de 2006 · 01:00
México, D F (apro)- Estimado Año Nuevo, mi sucesor: debido a que cuando tu inicias tu existencia la mía ya terminó; porque cuando tú apareces en escena por la puerta de entrada, yo desaparezco por la de salida, lo cual impide que cambiemos aunque sea un gesto de saludo o despedida, es por lo que te escribo la presente En ella no te dedico ni buenos ni malos deseos, pues de nada te servirán para ser el que serás Me limito a hacer de tu conocimiento algunas experiencias que espero te ayuden a que la lleves más fácil Por principio de cuentas, que no te llenen la cabeza de humo y marees con la entusiasmada alegría, incluso delirio, con que te recibirán los humanos en los primeros minutos del mes de enero Al menos los que pertenecen a la llamada civilización occidental y también los que, por eso del contagio y la imitación (que no son pocos), siguen sus rituales, ya que no en vano la misma lleva unos siglos partiendo el bacalao (infiltrando y hasta imponiendo) sus usos y costumbres en el mundo Que no te hagan perder la cabeza, insisto, la alegría, los gritos, los afectuosos abrazos, las cariñosas palmadas en hombros y espaldas, los tiernos besos con los que los humanos acompañan a la cálida e imperativa exclamación de "!Feliz año¡", con la que celebran tu llegada a sus vidas Que no te envanezcas cuando oigas a los hombres y mujeres decir "!Éste va a ser un buen año!" o "!Va a ser mejor que el que acaba de pasar!"; que no te hagan sentir obligado cuando digan convencidos "!Éste es el bueno!" o "!Tiene que ser mejor!"; que no te molestes si dicen frases que ponen en duda tu esencia como "!Ojalá sea mejor que el pasado!" o "A ver cómo pinta" o que expresan que no tengas personalidad propia, por así decirlo, como "que por lo menos sea igual al anterior" Igualmente te digo que no te apesadumbres si, pasando los días, comienzas a escuchar, en lo individual y en lo colectivo, a todos los niveles, político, económico, social, frases como las siguientes: "Es un año calamitoso", "!me va de la patada en este año!", "!es un año para llorar en lo económico y en lo financiero para el mundo", "!que se acabe antes de que se ponga peor" Que no te suma en la vergüenza, y menos en la desesperación, si al final de tus días tienes como responso, por parte de los humanos, palabras como las siguientes: "!fue un año nefasto!", "!qué bueno que ya acabó esta porquería de año!", "!si dura más, acaba con nosotros!" Pero, así mismo, te advierto que tampoco te envanezcas, que no te gane la arrogancia si, conforme van transcurriendo los días, escuchas que individuos, instituciones públicas y privadas, políticos y economistas dicen con frecuencia, satisfechos e incluso entusiasmados "!éste sí que es un buen año!", "!me va de maravilla!", "!en este año se están cumpliendo todos los fines propuestos!", "!ah, este año está siendo mejor de lo que parecía!" Te señalo todo lo anterior para que la pusilanimidad, limitaciones, errores de cálculo y las desmedidas ambiciones de los hombres y mujeres no te engañen y te lleven a donde ellos quieran Para que tengas en cuenta y no olvides que la mera verdad del caso está encerrada en los siguientes puntos: A) Que nosotros, los años, no intervenimos para nada, que no dirigimos las acciones de los humanos y mucho menos las convertimos en buenas o malas B) Que en realidad son ellos, con sus pensamientos palabras y obras los que nos hacen diferentes a nosotros, según sus muy particulares intereses C) Que eso ocurra así, recalco, el que seamos buenos o calamitosos, más o menos importantes para su memoria colectiva, se debe simplemente a lo que hagan o dejen e hacer en el transcurso, en el paso del tiempo que nos dan a representar D) Ya que nosotros no somos más que un simbólico marco de referencia temporal del que se sirven los humanos para registrar, fechar acontecimientos determinados que, tanto en lo personal como en lo colectivo, les afecten, les interesen o deseen ¿Si así es la realidad, por qué no la reconocen y admiten la especie bípeda e implume, reina de la creación? ¿Por ignorancia? ¿Por miedo a la responsabilidad que acarrea el hacerlo? ¿Por obscenos y fríos cálculos, en casos, que así convienen a particulares intereses? Por lo que sea, creo que es triste y lamentable, para ellos y para nosotros, que los hombres no asuman lo que Jacques Lesourne, francés él, dijo hace años: "El tiempo es la tela de la que soy, a la vez, la araña y la mosca" Sin más, con el deseo que la presente, como te dije al principio, te ayude a que te la lleves más fácil EL AÑO VIEJO

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