El Codex Romanoff

lunes, 9 de octubre de 2006 · 01:00
México, D F, 9 de octubre (apro)- Con la escritura de El Codex Romanoff, obra ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia Víctor Hugo Rascón Banda 2004, Estela Leñero abre una nueva línea de trabajo en su quehacer teatral, sin abandonar la creación de paisajes interiores, mundos misteriosos y de alguna manera herméticos, para ofrecer al público, entre otras cosas, una nueva visión de la multifacética personalidad de Leonardo da Vinci Ello, a través de la pasión del renacentista por la cocina, que se convierte en resorte de los personajes y en objeto prohibido y deseado, materializado en forma de libro Las acciones dramáticas más constantes en esta obra de Estela Leñero son el descubrimiento de recetas, la preparación de platillos y el acto de comer en todas sus posibilidades Otra vertiente es la vida conventual en el México de mediados del siglo XIX, con sus privaciones, sus jerarquías autoritarias, sometimiento de la mujer y demás delicias de la época Los apuntes de cocina de Da Vinci que dieron origen a esta obra no se conocieron públicamente hasta 1961, y entre diversos datos revelan la labor del artista como jefe de banquetes de Ludovico Sforza en Milán durante 30 años, trabajo que derivó en una serie de apuntes caprichosos donde no sólo hay recetas sino una serie de normas de comportamiento en la mesa El El Codex Romanoff de Estela, además de utilizar como pretexto el libro de Da Vinci, también invita tácitamente a la lectura de los apuntes de cocina de Leonardo, a través del personaje de Aurora, novicia que utiliza la información del libro de Leonardo con gran naturalidad a través de las recetas que se van contando Los caracteres creados por Leñero son personajes que hilvanan el recuerdo de sus aventuras La magia de este recurso consiste en anular los mecanismos de lo lineal, abolir el tiempo y transportar la totalidad de la acción a una especie de presente perpetuo en donde cabe perfectamente la reinvención de la realidad y el encuentro con la libertad interior De esta forma la autora entra en el terreno de las otras realidades, la de la imaginación y la del sueño, la búsqueda de la vocación, la del placer a través del arte culinario, la del placer a través del dolor, la prohibición de los sentidos y la amistad a toda prueba que colinda con los terrenos amorosos entre la novicia Aurora y la madre Pilar, protagonistas de la historia Con un lenguaje neutro, Estela condimenta su texto con las recetas del manuscrito de Leonardo que en sí mismas representan un cambio en el lenguaje, un discurso próximo a la escritura de los libros de cocina, pero que se matiza y se asimila al discurso dramatúrgico para darle a la palabra funciones de subversión de la realidad, así como la exaltación de la sensualidad y el erotismo que subyacen a lo largo de toda la obra Desafortunadamente la dirección escénica de Lorena Maza deja mucho que desear en cuanto a la creación de atmósferas y espacios que requiere un texto complejo como el Codex Romanoff, obra que originalmente sería dirigida por Mario Espinosa pero que, por razones hasta ahora desconocidas, quedó en manos de Maza, quien de esta forma confirma que los suyo son las grandes producciones musicales que realiza OCESA y no el teatro íntimo de autor El El Codex Romanoff se presenta en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario, con las actuaciones de Evangelina Sosa, Renata Ramos, Catarina Mesinas, Norma Angélica, Andrés Zuno, Erando González y Martín Altomaro

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