El Hershey man

lunes, 20 de febrero de 2006 · 01:00
México, D F, 20 de febrero (apro)- Mientras compraba una papaya en una tienda de la ciudad de Nueva York, Gabriela Medina presenció cómo un vagabundo, con dos latas de chocolate Hershey y un tarro de crema de cacahuate escondidos en su mugroso traje, fue descubierto por una trabajador de la tienda de origen mexicano Furioso, el dueño, un chino, lo golpeó salvajemente El susto de Medina, directora del grupo La Manga, no quedó ahí: a los pocos días la guerra de Irak se inició y con ella se desencadenaron una serie de sucesos de gran violencia A partir de ese momento ella y su esposo --el artista plástico Mario Villa-- se dedicaron a recopilar toda la información posible sobre hechos de violencia social que durante cerca de un siglo ha sufrido la humanidad El mejor adjetivo para definir a Gabriela Medina es tenacidad A lo largo de su carrera como coreógrafa y bailarina ha puesto, por encima de todo, la disciplina y la seriedad para encarar el reto de trabajar para y con poblaciones aparentemente fuera del estereotipo dancístico Ella y Mario Villa han hecho investigaciones escénicas al lado de niños de la calle, niños débiles visuales, bailarines mayores y discapacitados en sillas de ruedas, entre otros La Manga busca más el fondo que la forma, lo suyo es un proyecto serio donde poco a poco han incorporado nuevas tecnologías como el video, la animación y el internet En la actualidad sus espectáculos se cruzan fácilmente al mundo de la plástica, del performance y de lo que se podría llamar la "instalación coreográfica" Medina es ganadora del Premio INBA-UAM y ha sido reconocida en diversas ocasiones por el Fondo Nacional para las Cultura y las Artes (Fonca) y otras instituciones culturales Para la creación de su Hershey Man, Medina y Villa trabajaron junto con la filósofa de origen estadunidense Maxine Greene y con el compositor mexicano residente en Nueva York, Carlo Nicolau "Maxine Green tiene 85 años --cuentan a Apro Medina y Villa A su edad tuvo la energía suficiente para hacernos reaccionar ante las cosas que suceden Para ella el arte tiene el valor de hacer entender la vida" Medina empezó a trabajar sobre sus propias improvisaciones y decidió establecer una estructura coreográfica basada en la del box: tres minutos de pelea por uno de descanso Tres minutos de violencia por uno de belleza El objetivo era realizar "una declaración estética en torno a estos dos extremos de la condición humana" Un fragmento de la obra se presentó en Nueva York donde Medina se encontraba haciendo una maestría en gestión cultural Después de ahí vino una invitación del gobierno de Japón para hacer una residencia en el Centro de Artes de Kyoto, donde decidieron llevar a cabo una investigación coreográfica, filosófica y plástica con niños antisociales, rechazados, lo que para aquel país es una discapacidad Los niños fluctuaban entre 11 y 13 años "Lo que filmábamos lo mandábamos a Nueva York con una diseñadora interactiva que hacía su propia intervención respecto a lo que los niños habían creado; la comunicación, el uso de la animación los procesos de trabajo para la música fueron también a través de Internet Lo que filmamos no sólo fue para el proceso final sino como base fundamental en el proceso creativo Teníamos 5 ó6 propuestas distintas", señala Villa Agrega que no le importunan las quejas de que el advenimiento de las nuevas tecnologías modifica el sentido humano de la danza: "Creo que las artes escénicas siempre han necesitado tecnología, la imprenta es toda una técnica, las poleas en los teatros Hay una idea romántica un tanto apocalíptica de que la danza sólo debe de ser el cuerpo Eso me parece una equivocación porque, en nuestro caso, la experiencia vía Internet con Nueva York hizo más íntimo el proceso" En Japón realizaron una videoinstalación coreográfica De todas las improvisaciones se hicieron pequeños videos Además, el maestro Guillermo Maldonado participó como entrenador y director de ensayos Tanto para Medina como para Villa, él es una figura clave en toda la organización de lo que el grupo hace y cómo lo hace Pero toda su experiencia se modificó después de estar en Hiroshima y ver lo que para ellos había sido tan sólo una referencia histórica: "Después de estar ahí nuestro proyecto se modificó totalmente, fue como abrir los ojos ante la devastación y el horror que conviven con la enorme belleza que existe en Japón El Hershey Man se transformó en una pieza de 55 minutos --hasta ahora sólo se ha podido ver un fragmento durante las presentaciones del grupo en la sede de Los Talleres de Isabel Beteta Hoy en día Medina y Villa preparan otra residencia en Auschwitz, en torno a la violencia, la indeferencia y frialdad que existe ante los sucesos que se vivieron en ese campo de concentración Posteriormente harán una última en Ciudad Juárez u otra ciudad fronteriza de México para cerrar este círculo de investigación escénica

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