Dependencia

lunes, 27 de febrero de 2006 · 01:00
México, D F, 27 de febrero (apro)? Infortunados, por confusos y confundidos humanos: ni me presuman, pues si, como dicen, es verdad que nunca como ahora viven en libertad, no lo es menos que, como nunca antes, en ese hoy en que se mueven el grito preponderante es: "¡viva la dependencia!" Y no me vengan con cuentos, con razones de que no es así A ver, nieguen si pueden, que en ese su mundo de hoy, del triunfo del capitalismo, que no hay millones de ustedes, humanos, que para poder soportar la vida o hacérsela más agradable dependen del alcohol, del tabaco, estimulantes o depresivos y hasta de alucinógenos y no faltan sujetos cuyos mejores y más intensos momentos de sus vidas dependen de los juegos o de descargas de adrenalina en deportes extremos Repito, nieguen, si les es posible, si no se cuentan entre ustedes sujetos que con tal de ampliar sus sensaciones de colores, formas y sonidos, ¡Hala!, van y se dan al consumo de sustancias como la mezcalina o peyote Díganme si en ese su hoy del triunfo del capitalismo faltan hombres que con tal de sentirse o de tener el placer de ser más machos no se valen de su dependencia del viagra o de sucedáneos ¿Y cuantos humanos, en ese su hoy de la visión empresarial de la historia, para aplacar su ansiedad o resolver la angustia de la falta de sueño no depende de los barbitúricos? Insisto, nieguen, si pueden, que muchos de los que entre ustedes, que no son pocos, sufren de depresión, dependen para su alivio de las anfetaminas e incluso de las llamadas drogas de diseño ¿Y cuántos de sus jóvenes, hombres y mujeres, no dependen del tabaco y del alcohol para que se sientan y sean considerados como adultos? Pueden decirme que la dependencia de tantos de ustedes a tantas sustancias y cosas se debe, como ya lo han dicho connotados de sus estudiosos del tema, a causas sociales, a menudo relacionadas con problemas de marginación, conflictos éticos en el ámbito profesional; a la dificultad de conciliar la razón con la emoción; a la incapacidad por alcanzar objetivos propuestos; a dilemas entre las creencias personales y las de la colectividad en la que se mueven; a la ansiedad ante los cambios que sienten en su personalidad, los que se dan en la familia y en la sociedad; al miedo ante la muerte de seres queridos y a la propia; a los problemas producidos por descubrir y entender la propia identidad; a la huída del hastío, del aburrimiento y también, como no, al deseo de aumentar la personal capacidad de placer e incluso de trabajo y luego está, no hay que olvidarlo, su intento de imitación, que de ningún modo es exclusivo de los monos Díganlo si no es así a la dependencia, a veces servil, a las modas que se dan jóvenes y adultos y a las que se sujetan tantos individuos de las capas altas, medias y bajas de la sociedad Admitidas esas razones, ellas de ningún modo desmienten que ese su hoy neoliberal, por lo que gusten y manden, es un mundo de individuos dependientes de sustancias y cosas a pesar de que los mismos cacareen hasta el cansancio que se vive en un hoy de libertad; por el contrario, lo confirman más y más científicamente ¿O no es así? Y eso no habla nada bien de ustedes, estimados humanos Piensen que dependencia quiere decir subordinación e incluso sometimiento y también que puede ser peligroso, ya que puede convertirse ?¡y en cuántos de ustedes no se convierte!? en adicción, es decir, en habito de quienes se dejan dominar por el uso de alguna o algunas sustancias (drogas) o por la afición desmedida a ciertos juegos o cosas, como les sucede a los teleadictos, por ejemplo He ahí porqué la dependencia es peligrosa, pues la misma, de una u otra manera, quiere decir sujeción a la orden, mando o dominio de otra persona o cosa, o lo que es lo mismo, al recorte e incluso pérdida de la libertad individual, que no en pocos casos se debe a la renuncia voluntariosa y hasta entusiasta de la misma, lo que demuestra y confirma lo asentado al inicio de la presente: que el grito que más claramente o de manera tácita se eleva en su sociedad es el de: "¡viva la dependencia!" ¿Pues qué, no el de la drogadicción es uno de los mayores y graves problemas de ese su hoy? Y el coro que demanda la legalización del consumo de drogas, ¿no es cada vez más nutrido? ¿Entonces? Quedan ustedes, humanos, debidamente enterados El gato de Cheshire PD ¡Ah!, se me olvidaba Perdón La presente no es una declaración de opiniones personales, sino la conclusión a la que llegó una asamblea llevada a cabo por distinguidos animales, misma que, como secretario en funciones, se me encargó que hiciera de su conocimiento, lo que hago por este medio Vale

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