Gran Bretaña: Los diarios del príncipe

lunes, 27 de febrero de 2006 · 01:00
Londres, 27 de febrero (apro) - El príncipe Carlos de Inglaterra, heredero al trono británico y uno de los ciudadanos más ricos del país, inició la semana pasada un proceso judicial en contra del semanario inglés Mail On Sunday El príncipe acusa al semanario de violar los derechos de autor y las leyes de privacidad que protegen a la Corona británica El resultado del juicio ?que se lleva a cabo en el Tribunal Supremo de Londres-- tendrá consecuencias para dichas leyes y para los derechos de libertad de expresión en Gran Bretaña Los abogados defensores de Carlos presentaron la demanda el pasado 21 de febrero en la Sala Primera del máximo tribunal británico Comenzó así una batalla legal contra el sensacionalista Mail on Sunday, que publicó en noviembre pasado partes de un diario de viaje escrito por el príncipe durante la entrega de poder de la excolonia británica de Hong Kong a las autoridades de Beijing, en julio de 1997 La pluma del príncipe Esos diarios, titulados irónicamente La entrega del poder a Hong Kong, o El gran plato chino para llevar, incluyeron la detallada descripción por parte de Carlos de un grupo de diplomáticos chinos durante una ceremonia oficial encabezada por el entonces presidente chino, Jiang Zemin El príncipe calificó a los diplomáticos "como figuras de cera horribles y viejas" Carlos calificó un discurso pronunciado por Zemin como "un panfleto lleno de propaganda, mal escrito y muy aburrido" Luego describió un desfile oficial sobre las calles de la capital china: una marcha que tenía "un estilo desagradable soviético", con soldados que parecen "patos, moviéndose de forma ridícula", escribió Carlos Y criticó además al primer ministro británico, Tony Blair ?quien se encontraba en la comitiva británica-- a quien acusó de "no tener la menor idea de qué se trata tomar decisiones, al permitir la entrega de nuestra querida excolonia" a China De acuerdo con fuentes allegadas a Carlos --consultadas por Apro--, el príncipe escribió "en privado" su diario de viaje, "que sólo circuló entre once amigos íntimos" y que no tenía "para nada" la intención de hacerlos del conocimiento público Por su parte, un vocero de la familia real dijo en conferencia de prensa que el problema no era la manera en que esos diarios de viaje llegaron a manos del Mail on Sunday, sino que la publicación de partes de ese texto "contraviene las leyes de derechos de autor del príncipe y quebró las normas de confidencialidad" La familia real británica no suele tomar acciones legales contra la prensa, por lo que este caso es considerado como "muy inusual" y deja de manifiesto el gran enojo del futuro rey de Inglaterra con el periódico derechista, uno de los más vendidos del país Michael Peat, el secretario privado de Carlos, declaró en un comunicado que el príncipe decidió demandar al dominical "por una cuestión de principios" "Como el resto de las personas, el príncipe de Gales tiene todo el derecho del mundo de escribir temas privados sin que éstos sean publicados", afirmó Por su parte, el Mail on Sunday indicó que la población británica tiene todo el derecho de conocer lo que piensa Carlos "en temas de interés público", y negó que la publicación de esos extractos "quebrara alguna norma de los derechos de autor o de la confidencialidad" "Este no era un diario de viaje privado Fue distribuido entre amigos íntimos del príncipe, y como Clarence House (residencia oficial del príncipe en Londres) nos confirmó, era un documento histórico que planeaba ser publicado Estos diarios presentan cuestiones graves como las relaciones de Gran Bretaña con China, o la influencia del príncipe en las políticas británicas de exterior", agregó el vocero del semanario, apoyado por otros periódicos del país, como los tabloides The Sun y el Daily Mirror El juicio en la Corte Suprema de Londres podría implicar la asistencia de Carlos para aportar su testimonio y sus pruebas, aunque, según los voceros de la familia real, "sólo quiere detener la publicación de su diario personal" "Queremos asegurarnos que este tipo de problemas no vuelva a ocurrir", informó el vocero de Carlos Despecho de mujer El príncipe afirmó que esos diarios de viaje fueron copiados "ilegalmente" por Sara Goodall, exempleada del Palacio de St James, en Londres, quien los vendió por varios miles de dólares al Mail on Sunday para que fueran publicados en coincidencia con una visita a Londres de autoridades chinas Además, pidió a los magistrados británicos obliguen al diario a devolverle dichos documentos, para que éstos no puedan ser publicados nuevamente en otro periódico del país Goodall trabajó como secretaria del primer asistente general de St James, a cargo de organizar la agenda de actividades del príncipe, entre 1988 y 2000, cuando fue despedida por razones disciplinarias Una fuente anónima del Palacio de Buckingham informó al reportero que Goodall publicó los documentos de Carlos "no sólo por el dinero, sino por despecho" "Estaba enfurecida por haber sido despedida, y pensó que lo mejor sería vengarse de su empleador", destacó la fuente Tanto el Mail on Sunday como otros medios de comunicación tratan de evitar que el caso se vuelva objeto de órdenes de secreto y privacidad para evitar revelar indiscreciones de la Corona, en especial cuando están vinculadas al quehacer público o político del país En ese sentido, el juez a cargo de la causa, David Richards, indicó que las declaraciones de un testigo clave, Mark Bolland, exsecretario de Carlos, deberían hacerse públicas en beneficio del caso, dando a torcer un pedido del mismo príncipe para que esos testimonios quedaran en privado Bolland habló en defensa del semanario, y dijo en un comunicado leído en voz alta que el príncipe de Gales "se ve a sí mismo como un disidente trabajando contra la opinión pública" Estas afirmaciones fueron vistas como una humillación para el futuro rey de Inglaterra Además, el exsecretario dijo que "la campaña del príncipe de generar conciencia política es constitucionalmente controvertida, ya que la Constitución prohíbe a un miembro de la familia real quedar envuelto en temas políticos" "Este aspecto del papel del príncipe fue creado por Carlos, aunque ha sido desaprobado enteramente por la reina y por el Parlamento", explicó Bolland al juez En su declaración, contó que varios asistentes del príncipe "muchas veces han tenido que esconder o aplacar puntos de vista políticos de Carlos, para evitar controversias o escándalos" Y fue más lejos Reveló que durante la visita de Estado de funcionarios chinos a Londres, en noviembre pasado, el príncipe de Gales los "plantó" al negarse a asistir a una cena de gala en la embajada de China en la capital británica "Hizo esto como forma de protesta deliberada contra el gobierno chino, porque él es un gran amigo del Dalai Lama, a quien considera una persona que ha sufrido mucha opresión de parte de los chinos", dijo el exsecretario "El príncipe estaba en conocimiento de la importancia política y económica de dicha visita para Gran Bretaña, pero él quería demostrar su posición contra los chinos Tratamos de persuadirlo, pero fue en vano", agregó Un "ciudadano común" El pasado martes 21, Hugh Tomlinson, abogado defensor del príncipe de Gales, afirmó en el Tribunal Supremo --ubicado coincidentemente en la avenida Flete Street, donde se encuentran los principales diarios del país-- que Carlos "tiene el derecho de mantener sus diarios confidenciales de forma privada como cualquier otro ciudadano" Para el jurista, esos diarios de viaje "no deben ser considerados como secretos de Estado", sino "como una serie de diarios de viaje ordinarios, que podría haber escrito cualquier otro ciudadano común" El abogado no mencionó que en esos diarios Carlos no sólo habla directamente del presidente chino, del primer ministro Tony Blair, sino que pone en evidencia pensamientos y puntos de vista personales de quien será algún día rey de Inglaterra "Estos diarios son sólo frases y anécdotas de un viaje Creemos que es absolutamente vital que esta Corte juzgue a favor de los derechos de un ciudadano a mantener sus posesiones privadas en secreto Este tipo de documento no puede ser publicado libremente, así por que sí", aclaró enérgico Tomlinson, amigo personal de la reina Isabel II Según el jurista inglés, Carlos está en conocimiento que el caso provocará que sea criticado y que se vuelva comidilla de los medios de comunicación "Pero lo que quiere que quede claro es que, como cualquier otra persona, desde el más humilde hasta el más poderoso, tiene el derecho a mantener sus diarios de viaje como escritos privados", subrayó Debido a la gravedad del caso, el príncipe pidió no se revelara el nombre de los colegas y amigos a quienes había dado una copia de su diario de viaje Para el abogado del príncipe, este no es un caso de libertad de prensa, ya que bajo la Convención Europea de Derechos Humanos, "la libertad de prensa debe estar siempre acompañada de responsabilidad por parte del periódico o medio que realiza la publicación Y esto no es lo que ha ocurrido" Durante los testimonios, se conoció que el príncipe de Gales escribía este tipo de diario de viajes desde hacía 30 años, los cuales son leídos por miembros de la familia real, amigos y allegados Los diarios originales se guardan más tarde en la caja de seguridad de la residencia de Highgrove, la casa de campo de Carlos, donde están bajo supervisión expresa del príncipe y sus asistentes Tomlinson reveló que el príncipe no quiere que esos diarios se publiquen en vida, sino una vez que haya muerto Sin embargo, la defensa del Mail on Sunday indicó que cuando recibió los documentos, Goodall dijo que no se trataba de diarios confidenciales y que podían ser publicados en toda su extensión "Ella no tenía la autoridad necesaria para hacer esas fotocopias y reproducirlas a los medios y usted lo sabía perfectamente", dijo el abogado defensor de Carlos, mirando a la parte demandada Pero para el príncipe "no existe interés público" en sus diarios, y sí "la necesidad del semanario de generar dinero ilegalmente" La causa judicial se espera continuará por varios días, hasta que la Corte dictamine su sentencia Los medios británicos esperan ansiosos el veredicto, que determinará lo que será posible publicar acerca de la realeza, y qué aspectos deberán, en cambio, quedar velados al conocimiento público

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