Homenaje a Ofelia Guilmain (I)

lunes, 6 de febrero de 2006 · 01:00
México, D F, 6 de febrero (apro)- A un año de su fallecimiento, la primera actriz Ofelia Guilmain (Madrid 1921, México 2005), presencia asociada con la calidad, profesionalismo, pasión, talento y fuerza expresiva, quien pasó la mayor parte de su vida en México, a donde llegó a la edad de 18 años, recibió un homenaje póstumo por su labor en el teatro mexicano, en el Palacio de Bellas Artes Su actividad teatral inició en su natal España, durante la Guerra Civil, con un grupo de jóvenes entusiastas que formaron parte del movimiento conocido como Teatro de Guerrillas Como la propia Ofelia recuerda en una de las múltiples charlas con Carlos Pascual que quedaron plasmadas en el libro El retablo rojo --que también fue presentado en Bellas Artes--, Federico García Lorca había creado su compañía de teatro Itinerante, La Barraca, que iba de pueblo en Pueblo recitado a Calderón, a Lope, a Cervantes, ante las atónitas miradas de los labriegos y las matronas de las villas Con la llegada de la guerra el Ministerio de Instrucción Pública de España retomó la idea de Lorca y creó diferentes compañías del Teatro de Guerrillas, entre ellas El Retablo Rojo, dependiente del Ateneo de Madrid, en la que participaron gente como José Cibrián, quien alcanzaría fama como actor años después, y la propia Ofelia Guilmain, entre otros En el Ateneo los integrantes de El Retablo Rojo recibieron la influencia y el apoyo de personalidades como Martínez Allende, Rafael Alberti y Pedro Garfias La novela El retablo rojo es la voz de Ofelia, sus recuerdos, sus evocaciones, juicios, registro de personas y personajes, de ciudades y teatros, de camerinos y escenarios El escritor, actor y director de teatro, Carlos Pascual, fue el encargado de llevar al papel retazos de la memoria de doña Ofelia Guilmain para convertirlos en literatura gozosa Carlos Pascual, coordinador general de este homenaje, fue el confidente, fedatario y escribano de los recuerdos y nostalgias que quedaron plasmados en este libro en el que aparecen los compañeros de Ofelia, amigos y admiradores, en lo que el dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda definió como "el todo México teatral, visto desde esa mirada sagaz, irónica y demoledora de Ofelia "El libro --agregó el escritor-- parece un ensayo sobre la historia del teatro de México en sus últimas décadas, pero no, es mucho más que eso El libro parece una novela, tan divertida como una comedia, porque uno de repente suelta la carcajada ante las anécdotas y los juicios de Ofelia El libro es testimonio, relato, confusión, confesión, pero es mucho más, el libro por sí mismo es un homenaje a su protagonista, porque quien no la conoció podrá imaginarla y gozarla" Ofelia Guilmain llegó a México en 1939 y un año después debutó en el teatro con la obra Mujeres, de Booth, con la compañía Meliá-Cibrián, en el Palacio de Bellas Artes Posteriormente trabajó en otras importantes compañías de la época como la de Andrés y Julián Soler, María Teresa Montoya y las hermanas Blanch

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