Munich: Justicia divina

lunes, 6 de febrero de 2006 · 01:00
México, D F, 6 de febrero (apro)- Luego de mucha polémica y pocas nominaciones, la cinta más reciente de Steven Spielberg recibe el reconocimiento que merece: ha sido nominada al Oscar para las categorías de Mejor Película y Mejor Director (entre otras), al lado de Capote, Brokeback Mountain, Crash y Good Night, Good Luck Sus expectativas son buenas, aunque la favorita es, sin duda, la cinta de Ang Lee, sobre la historia de amor de dos vaqueros La película de Steven Spielberg es, para el gusto de quien esto escribe, una de las mejores cintas que el cineasta estadunidense ha realizado en los últimos diez años, a la altura de La lista de Schindler y El color púrpura Con tantos éxitos comerciales, se olvida que Spielberg es algo más que una máquina de hacer dinero Spielberg tiene mucho qué decir Munich se desarrolla en 1972, a raíz de los sucesos trágicos de las olimpiadas de Munich, Alemania, de aquel año, en donde un grupo terrorista llamado "Septiembre Negro", secuestró a 11 miembros de la delegación israelí, para asesinarlos posteriormente Debido a lo anterior, el gobierno israelí organiza a un grupo creado con el propósito de matar a los responsables del atentado terrorista en cuestión El personaje principal es un agente del gobierno israelí llamado Avner (Eric Bana), un amoroso padre de familia, con un alto sentido del deber Al principio todo parece estar claro: este acto de venganza es la única manera de enfrentarse a los palestinos, la única manera de hacerles ver que el pueblo de Israel está dispuesto a todo Y de alguna forma, queda implícito que el éxito de la misión de Avner será fundamental para la construcción de la paz Conforme pasa la cinta, nos damos cuenta que aquello es sólo un eslabón de una infinita cadena de violencia En esta ola violenta, Avner, el gran patriota, pierde la noción de lo que está bien y lo que está mal, y termina por perderse a sí mismo Spielberg incorpora diversas voces, algunas a favor de la violencia, otras en contra; unas llenas de cordura, otras guiadas por la ira? y todas tienen lugar dentro de la misma comunidad A esta situación hay que añadir la voz de los terroristas palestinos, una voz humana, llena de ira, que no desea algo diferente de lo que los israelíes desean: un lugar en el mundo, su propio pedazo de tierra Spielberg no justifica las acciones de ninguno de los dos bandos, sino que muestra a diversos seres humanos caminando por un sendero que no llevará a ningún lado, un camino que arremete a culpables e inocentes por igual En términos generales podemos decir que Munich es un thriller político, de poca acción y mucha carga psicológica; una cinta compleja que conmueve y atemoriza, con un final que abre la puerta para diversas reflexiones

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