Con el voto a favor de 170 países, cuatro en contra y tres abstenciones, el 15 de marzo pasado la Asamblea General adoptó la resolución que crea el nuevo Consejo de Derechos Humanos de la ONU Solamente votaron en contra Estados Unidos, Israel, las Islas Marshall y Palau Emitieron voto de abstención Bielorrusia, Irán y Venezuela Con esta decisión se pone punto final al trabajo de la Comisión de Derechos Humanos, que venía sesionando desde 1946, dice Enrique Berruga Filloy, representante permanente de México ante las Naciones Unidas, en un artículo que aparece este domingo 19 de marzo en Proceso El reto fundamental de esta reforma consistía en establecer un órgano que sustituyera a la Comisión, que había caído en un enorme descrédito y era objeto de un abuso político constante Este objetivo se logró con la creación del nuevo Consejo de Derechos Humanos Con este paso, debe terminar la era en la cual países violadores de estos derechos buscaban un asiento en la Comisión con el único propósito de defenderse de las críticas y encubrir sus acciones desde ahí El Consejo presenta una serie de avances y ventajas para la promoción efectiva de los derechos humanos en el mundo Eleva el nivel jerárquico de los derechos humanos, como uno de los tres pilares principales del trabajo de la ONU, junto a los temas del desarrollo y el mantenimiento de la paz y la seguridad En vez de sesionar seis semanas al año, se reunirá al menos 10 semanas y podrá convocar a encuentros especiales, dependiendo de la gravedad de los casos que analice Esta medida tendrá una función particularmente valiosa en casos de genocidio y de violaciones sistemáticas a los derechos humanos El Consejo será más justo, contará con un mejor equilibrio geográfico y, quizá lo más importante, tendrá la capacidad para modificar las condiciones en el terreno, en el mundo real, a favor de los derechos humanos, dice Verruga Filloy en el texto que aparece publicado este domingo 19 de marzo en Proceso