El ocaso del PRI
México, D F, 22 de marzo (apro)- Roberto Madrazo y una buena parte de su equipo ya están concientes de su derrota; y hay muchas señales de ello La más clara es que ya tomaron la decisión de pertrecharse en el PRI para los próximos años y poner a sus candidatos en el Congreso de la Unión, con la idea de no perder la mayoría relativa
Madrazo, el dirigente priista, Mariano Palacios Alcocer, el diputado Manlio Fabio Beltrones, el operador político madracista Héctor Hugo Olivares, así como el exgobernador tabasqueño Manuel Gurría y el operador electoral César Augusto Santiago, seguramente ya sacaron cuentas claras del desgaste que han venido sufriendo últimamente y, sobre todo, por la crisis que no han podido superar y que se agudizó cuando se dio a conocer la lista de los candidatos al Congreso
Con los números en la mano, Madrazo y compañía no pueden negar ya el daño que sus propios errores ha producido: el escándalo de Arturo Montiel le costó al PRI 12 puntos porcentuales en las encuestas de diciembre y enero; mientras que en los meses anteriores el enfrentamiento con la profesora Elba Esther Gordillo le costó 8 puntos Esto es, antes de entrar a la contienda presidencial el PRI ya había perdido entre 17 y 20 puntos, demasiado para cualquier partido
Frente a esta difícil realidad cualquier estrategia electoral ha sido vana De nada han valido los spots familiares, las historias de familia explotando la enfermedad de Isabel de la Parra, o los recientes ataques a López Obrador retándolo a un debate Madrazo no ha conseguido superar su mala imagen y la militancia de su partido ha ido perdiendo el ánimo para sostener a contracorriente una campaña de peso
Tampoco ha tenido efectos positivos la estrategia de atacar a López Obrador y al candidato presidencial panista Felipe Calderón En casi todas las encuestas aparece en tercer lugar y esto resulta ser un peligro, pues el PRI podría convertirse en segunda y hasta tercera fuerza legislativa, quedando atrás su intención de erigirse como el factor de gobernabilidad para el próximo sexenio
El último escollo, la selección de candidatos para diputados y senadores, tampoco lo ha sorteado con éxito Al contrario, el PRI y Madrazo se encuentran entrampados en sus propios errores, principalmente haber hecho a un lado el método de las encuestas para sustituirlo con el tradicional "dedazo"
Muchos priistas ya comenzaron a inconformarse por las decisiones cupulares y no sólo piensan acudir al Tribunal Electoral, sino que algunos, como el diputado guanajuatense Wintillo Vega ha decidido renunciar a la candidatura por el gobierno de su estado, en protesta contra Madrazo y Palacios Alcocer
El PRI está ante su ocaso, pero este lento final se viene acelerando por errores propios, más que por ataques de sus contrarios
La ambición de Madrazo por alcanzar la candidatura presidencial, planteada desde hace una década, es quizá la puntilla que ha empujado al priismo hacia el abismo Y no sólo por la posible derrota en la contienda presidencial, sino por la pérdida como fuerza mayoritaria en el Congreso de la Unión, donde ya no podrán defender el presupuesto para los 17 estados donde aún gobiernan
En su afán por alcanzar el poder, Madrazo y su grupo no han medido las consecuencias de apañar la mayoría de las candidaturas legislativas, así como la presidencia del partido En el camino han dejado demasiadas pérdidas, algunas de ellas irreparables, como por ejemplo la fuerza de Elba Esther Gordillo y el SNTE
Menguados, sin la seguridad de contar con el voto duro y la estructura nacional de la que tanto presumen, los candidatos priistas podrían recibir una sorpresa mayor cuando vean reflejadas en las urnas el voto de castigo que les dará la ciudadanía, cansada de tanto escándalo de corrupción
Es por ello que frente al escenario de la derrota, Madrazo y su equipo dan gritos pidiendo unidad de la militancia Sin embargo, muchos de los militantes de base han comenzado a darle la espalda, desencantados por quien creían sería el hombre fuerte que necesitaban para recuperar la Presidencia de la República
Madrazo y su ambición llevan a la derrota al PRI y también hacia una crisis peor que la que vivió el partido en el 2000, porque no sólo sufrirán la derrota presidencial, sino que va rumbo a convertirse en la tercera fuerza política nacional