Marchas y política

lunes, 10 de abril de 2006 · 01:00
México, D F, 10 de abril (apro)- En las últimas semanas, el mundo ha presenciado marchas inusitadamente multitudinarias en dos de los países más desarrollados: Estados Unidos y Francia Relevante es, también, que estas movilizaciones han logrado una presión efectiva sobre los respectivos gobiernos Pese a los contextos tan diferentes, existen similitudes entre una problemática de fondo común y la forma como los poderes establecidos reaccionan más en función de su agenda política, que de una voluntad real de escuchar a la ciudadanía El comentario es pertinente, porque las últimas manifestaciones de similar magnitud que se recuerdan en suelo estadunidense y francés son las que expresaban su rechazo a la invasión de Irak y, en esa ocasión, Washington y París reaccionaron de manera muy distinta Cierto es que se trataba de un asunto de política exterior con intereses divergentes; pero también hay que decir, que más allá de una base organizativa mínima, las concentraciones fueron fundamentalmente heterogéneas y espontáneas, en solicitud de una utopía llamada paz Ahora es otra cosa Se trata de problemas domésticos muy concretos; y quienes protestan no sólo tienen la capacidad de abarrotar las calles, sino cuentan con redes de organización que aparte de crear severos enfrentamientos políticos internos, pueden paralizar la actividad económica del país o, por lo menos, de sectores clave Y, curioso, los gobiernos de Georges W Bush y Jacques Chirac han reaccionado en forma casi proporcionalmente inversa a como lo hicieran en la coyuntura iraquí Hace tres años, el inquilino de la Casa Blanca no únicamente desestimó las protestas de sus propios ciudadanos, sino también las de otros pueblos, y aun de sus gobiernos, que en forma claramente mayoritaria estaban contra la ofensiva militar Pero eran otros tiempos Gran parte de los estadunidenses todavía tenía a flor de piel el terror derivado de los atentados de 2001 y no era cosa de desaprovecharlo para lanzar una guerra ya preconcebida, a partir de intereses económicos y geoestratégicos Con altísimos índices de aprobación para el presidente, hay que decir que más allá de la voz anónima de las manifestaciones callejeras, muy pocos fueron los que se opusieron de frente a su política guerrera por temor a ser tildados de antipatriotas; y los que lo hicieron, efectivamente fueron apabullados por la crítica No hay que olvidar que prácticamente toda la prensa --aun los medios tradicionalmente combativos--, cerró filas en torno de la política gubernamental; y hasta los congresistas de oposición, para no quedarse atrás, dieron su voto de aprobación Pero en 2006 la situación ha cambiado No sólo poco a poco han ido saliendo a la luz pública las mentiras que dieron sustento a la aventura iraquí, las atrocidades e ilegalidades que se han cometido en nombre de la guerra contra el terrorismo, los negocios espurios y la corrupción que la han rodeado, sino que, además, la campaña militar ha sido un fracaso, con un altísimo costo en vidas e inhabilitaciones físicas y psicológicas para los soldados estadunidenses Ni hablar, por supuesto, de lo que ha significado para los iraquíes Si a esto se agrega que los gastos bélicos han constituido un hoyo negro para una economía que no despega, que los recortes masivos de personal están al orden del día en las grandes empresas, sin que se abran nuevas opciones de trabajo, mientras que las prestaciones laborales y sociales disminuyen; y, para colmo, el gobierno federal muestra una incapacidad e insesibilidad mayúsculas en situaciones de urgencia ciudadana, como las que rodearon a los huracanes del año pasado, entonces es compresible que la popularidad presidencial se haya ido a pique Esto, claro, resulta muy preocupante en un año electoral Si bien Bush ya no puede aspirar a otro periodo, un cambio de correlación de fuerzas en el Congreso podría hacer particularmente difícil el resto de su gestión y, además, incidir de manera clave en las pretensiones de los republicanos de retener la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de 2008 Y es precisamente en este nuevo contexto político en el que se han dado las múltiples y numerosísimas manifestaciones en contra de un endurecimiento de las leyes migratorias Como nunca antes, cientos de miles de migrantes legales e ilegales salieron a dar la cara en busca de sus derechos Su presencia física fue impactante, pero más lo es la fuerza que los respalda Por supuesto, hay migrantes de todas partes del mundo; pero, sin duda, actualmente la corriente mayoritaria corresponde a los llamados "hispanos" y, entre ellos, a los mexicanos Y esta preponderancia ha llevado a una organización cada vez más nutrida y activa Tan sólo el número de indocumentados que reclama su legalización alcanza 115 millones y, aunque la cifra varía según la fuente, se calcula que hay alrededor de 40 millones de hispanos en Estados Unidos Se habla mucho de su papel en la economía y de que, inclusive, han desplazado ya a otras minorías en la realización de los trabajos más duros, pero poco se dice de lo que consumen Cierto es que buena parte de sus ingresos la destinan a las remesas que envían; pero, aun así, esta sola comunidad tiene un gasto superior a los 800 mil millones de dólares al año ¡Boicot!, fue por eso una de las consignas más socorridas de las marchas Pero aparte está su peso político Si bien los indocumentados no pueden votar, sí pueden hacerlo sus allegados o simpatizantes que suman muchos millones De hecho, en los comicios de los últimos años, no ha habido un solo candidato (a cualquier cargo), que no haya cortejado abiertamente a la comunidad hispana Y, en este caso, la reacción de los políticos a las demandas masivas, no fue la excepción Si bien desde los atentados del 11 de septiembre Bush ha buscado darle un énfasis de seguridad a la cuestión migratoria, también ha mantenido posiciones suficientemente ambiguas como para satisfacer por igual a su núcleo duro que a su potencial clientela electoral Con las encuestas a la baja, él y muchos republicanos desoyeron las voces más radicales y dieron paso en primera instancia, junto con los demócratas, a una iniciativa de reforma mucho más inclusiva No duró mucho Si bien los temas más duros como la criminalización de los migrantes y quienes les ayuden, así como la construcción de muros, fueron aparentemente desechados, también las propuestas más inclusivas quedaron atrás Los migrantes fueron jerarquizados por su tiempo de estancia en el país y su regularización quedó condicionada a una serie de multas y trámites burocráticos La iniciativa de reforma quedó en suspenso; y de una de ley todavía ni se habla El debate probablemente se extenderá hasta las fechas electorales y cada uno intentará llevar agua a su molino La historia en Francia se escribe básicamente a la inversa A diferencia de otras gigantescas marchas en Londres y Madrid que exigían a Tony Blair y José María Aznar no sumarse a la invasión de Irak, en 2003 las manifestaciones parisinas sirvieron para apoyar la posición antimilitar de Jacques Chirac frente a las presiones estadunidenses No es que el presidente galo sea un pacifista convencido, pero la campaña propuesta por Washington lastimaba en forma importante los intereses económicos y diplomáticos de su gobierno en Asia Central Así, París se convirtió en el principal portavoz de los opositores a la guerra en el Consejo de Seguridad Y, qué cosas, el hoy asediado primer ministro, Dominique de Villepin, entonces como representante de Francia ante Naciones Unidas, pronunció uno de los discursos más brillantes y aplaudidos sobre el arte de la negociación, la importancia del orden multilateral y las desventajas del uso de la fuerza En él no omitió mencionar la voz de los pueblos Ahora, aunque probablemente defiende los mismos intereses, tiene otro papel Último ?hasta el momento? primer ministro del gobierno de Chirac, pese a las recomendaciones en contra de otros ministros y la oposición de muchos legisladores, De Villepin decidió unilateralmente lanzar por decreto el llamado Contrato de Primer Empleo (CPE), que otorga a los empleadores la facultad de despedir, sin justificación, a los trabajadores menores de 26 años, durante los primeros dos años de trabajo Atrapado entre las pugnas del mercado global y el Estado de bienestar social, y motivado por las revueltas de los suburbios en noviembre pasado, el primer ministro vio esta medida como una forma de paliar el elevado desempleo juvenil Es probable que con ella más jóvenes encuentren empleo; pero no se necesita ser un genio para suponer que serán despedidos sistemáticamente antes de que cumplan los 24 meses y adquieran cualquier derecho laboral Esto crearía un ciclo perverso que no sólo afectaría a los desechados, sino, en general, a todos los trabajadores El resultado, la unión de organizaciones estudiantiles y sindicales, que han desbordado calles y plazas de casi todos los rincones de Francia y paralizado la actividad económica, en una movilización superior a las protestas por Irak y aun a los agitados días de 1968 Sin poder soslayar esta presión, el presidente Chirac intentó una extraña fórmula: el decreto fue promulgado, pero no entró en vigor; además, el tiempo de prueba se redujo a un año y el despido se haría con justificación Pidió, también, abrir una negociación Pero los opositores no aceptan otra cosa más que la derogación del decreto y la salida del primer ministro Para Chirac se trata de un dilema político Desautorizar a De Villepin sería perderlo, y todos saben que es su favorito para las elecciones presidenciales del año próximo Mantenerlo, implicaría un desgaste para su partido y su propio gobierno No tiene muchas alternativas, y estudiantes y trabajadores han fijado el 17 de abril como fecha límite para derogar el CPE De esta trampa política, paradójicamente el que ha estado tratando de sacar ventaja es NIciolás Sarkozty, el ministro del Interior y acérrimo rival de De Villepin, el mismo que llamó "escoria" a los jóvenes sublevados en los suburbios, en su mayoría desempleados y migrantes, y cuyo descontento enfrentó con mano dura Ahora propone dar marcha atrás al CPE y negociar; en su lógica, sería su pase para las presidenciales de 2007 Si la sociedad lo convalida, será su penitencia Sin demeritar la movilización ciudadana y la presión efectiva que ha logrado ejercer tanto en Estados Unidos como en Francia, parece evidente que los gobiernos, más que soluciones reales, buscan ajustar el descontento a su agenda política y, sobre todo electoral No es difícil identificar en las protestas de migrantes, trabajadores y estudiantes de ambos lados del Atlántico un trasfondo laboral común, derivado de un mismo modelo económico Pero ése no será modificado, como tampoco se modificaron los planes para invadir Irak

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