Medios

lunes, 10 de abril de 2006 · 01:00
México, D F, 10 de abril (apro)- "De la misma manera que la riqueza es poder, todo poder atrae infaliblemente hacia sí a la riqueza por uno u otro medio": Edmundo Burke Esta es, para los recelosos, para los que están en contra y se rebelan de que los medios, en particular los electrónicos, estén en manos privadas que los manejen de manera desregularizada, en entera libertad y conforme a sus muy individuales intereses Los lectores que sean partidarios y más lo que defiendan dicha situación, son libres de no leerla A los que se dedica la presente, les digo: respetables lectores: reflexionen, por favor, ya que, a mi juicio y salvo su mejor opinión, claro, la están errando, o bien por ignorancia o bien por resentimiento, no saben lo que hacen Eso puede que haga que se les perdone ese su pecado de rebelión, pero en manera alguna los redime de ser unos rebeldes sin causa y socialmente conservadores e, incluso, reaccionarios políticamente ¿Qué les pasa? Su ignorancia o ceguera mental no les permite ver y su resentimiento admitir que dicha privatización extrema es un importante paso para formar parte de los llamados países del primer mundo, como propone y dispone este globalismo que hoy nos rige, privatizador de todo, hasta de la felicidad individual, y exigente de la desregularización para la libre empresa ¿Entonces? Remember lo que prometió uno de los principales operadores de la globalidad Por lo anterior, a los que piensan y dicen que dejar que la iniciativa privada maneje desregularizadamente los medios, sobre todo los electrónicos, es crear un Frankenstein plutocrático; es decir, de los ricos al servicio de los intereses de los ricos, les pido dos cosas: una, que recuerden que en los ayeres de nuestra historia ya creamos otros Frankensteins: el socio-económico-religioso de las tribus y el imperio faraónico, el socio-guerrero-clerical en el feudalismo y el sociopolítico por ejemplo Este último todo poderoso hasta ayer y hoy cada vez más anémico por la visión empresarial de la historia Dos: que mediten profunda y honestamente sobre el pensamiento de E Burke, que sirve de epígrafe a la presente, y díganme si no encierra una verdad de Perogrullo Esto es (¡afortunadamente!), una verdad demasiado evidente para que no la entienda cualquiera que quiera ver y pensar ¿O no es así? Si se reconoce que así es en la realidad global que hoy vivimos A eso se añade que no pocos de sus opositores y críticos admiten que es inevitable, que no se puede luchar contra ella e, incluso, aceptan que llegó para quedarse, o sea, para seguir dando más de lo mismo, ya que la visión empresarial de la historia, que guste o no, es la que en verdad rige la globalidad en que hoy respiramos y nos movemos Su motor es el principio de maximización constante del beneficio del capital y la competencia a muerte ¿No es ingenuo, por decir lo menos, criticar, estar resentido contra el que triunfa, al que con iniciativa, ánimo y persistencia persigue y alcanza sus muy personales ambiciones, así sean estas el manejo desregularizado de los medios, como es el caso que estamos tratando? Por otra parte, cuando el resentimiento y la crítica a lo que estamos examinando viene de la clase política, se cae en el absurdo, en lo contrario a la razón Bueno, se explica, pero no se justifica Se explica porque esa clase, la política, está viviendo en carne propia la consunción, en el sentido que la palabra tiene, de estar enflacando al extremo, de estar perdiendo peso e, incluso, figura No se justifica porque la misma la clase política es la que ha promovido y promueve y operó y sigue operando el "adelgazamiento" del Estado, siguiendo las recomendaciones de la globalidad regulada por la visión empresarial de la historia, la cual, la mentada visión, tiene tan bien organizado su sistema, tan bien atado su entramado económico, político y social, que ya no le importa quien gane en unas elecciones, incluso si es un político de izquierda, así sea de la extrema, ya que el gran capital, transnacional o nacional, está tan seguro que, como ha dicho uno de sus voceros y gerentes, Ernesto Zedillo, están tranquilos, ya que la mano invisible del mercado impedirá que se desmanden los populistas Criticar esa situación estando así las cosas, no es más que recurrir al consuelo de la rabieta y el pataleo ¿O no? Con el sincero deseo de que la presente sea de alguna utilidad a los respetables y respetados políticos resentidos por su pérdida de poder y a los adversarios de la libertad irrestricta de la libre empresa privada, la que sabe hacer más y mejor las cosas, queda de todos su seguro servidor Pánfilo Candor

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