* Esperan el fallo de las autoridades de La Habana; los acusan de tráfico de personas Progreso, Yuc , 14 de abril (apro)- Familiares de los pescadores yucatecos detenidos en Cuba acusados de tráfico de personas, anunciaron que acudirán a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Organización de Naciones Unidas (ONU) para demostrar que se violaron las garantías individuales de los mexicanos Según dijo Reyna Petronila Koyoc, madre de Jhonny Enrique Fuentes Koyoc, uno de los detenidos, esperarán el fallo de las autoridades cubanas para luego acudir ante la CIDH y la ONU, donde expondrán el caso de los tres pescadores presos en la isla desde el año pasado Reyna Petronila, de 46 años, humilde ama de casa y quien vende pasteles, manifestó que "el gobierno cubano actuó de mala fe, mi hijo es inocente, ha intentando suicidarse dos veces por las medidas de presión a las que los tienen sometidos" Aseguró que el gobierno cubano no ha podido comprobar ninguno de los cargos contra su hijo, sin embargo, los maltrataron, los metieron a un hoyo, desnudos, y ahí los dejaron doce días, por eso firmaron la declaración de culpabilidad "Estoy vendiendo panes y pasteles ahora --agrega Reyna Petronila--, pues hay que mandarle cien dólares mensuales a mi hijo para su comida, y nosotros no contamos siempre con ese dinero, además hay más gastos, pues mi nuera y mi nieta ?Jhonny Enrique, de 22 años, es casado y tiene una hija de 2-- no tienen sustento y dependen de nosotros" Por su parte, Carlos Sauma, presidente del Complejo Industrial Pesquero (CPI), empresa donde laboran los tres pescadores yucatecos, consideró que el gobierno cubano no actuó de manera legal y responsable en el juicio contra sus trabajadores Dijo que la defensa de los yucatecos comprobó que la maquinaria del barco estaba averiada, además que la embarcación llevaba avituallamiento para 15 días, pues iban a pesca de altura y especies de escama, y es natural llevar alimentos para ese periodo, por el tiempo de faena en mar abierto Además, acusó al gobierno cubano de querer apropiarse de su barco, cuyo costo rebasa los 50 mil dólares