¿Discípulos o ciudadanos?

martes, 25 de abril de 2006 · 01:00
Con los ojos vendados Con la boca cerrada Con los oídos tapados Así caminan a lo largo de la campaña demasiadas personas que apoyan a Andrés Manuel López Obrador Encendiendo velas, prendiendo incienso, aplaudiendo sin cesar Colocando al que quizá será el próximo presidente sobre otro pedestal sexenal y arrodillándose frente a él Y cayendo en la misma trampa de siempre; ésa que coloca el destino del país en manos de un hombre providencial que todo lo resolverá Que todo lo cambiará Que todo lo renovará Ahora sí, el bueno Antes era "Echeverría o el fascismo" Hoy es López Obrador o lo mismo El que es buen padre, dicen El que es buen hijo, dicen El que es honesto, dicen El que está cerca de la gente y preocupado por ella, dicen El que dejó que se grabara un documental sobre su trayectoria sin modificarlo y que por ello no es autoritario, dicen El que no tiene un solo defecto, dicen Razones que parten del corazón pero no de la cabeza Razones construidas en torno al liderazgo carismático, no en torno a la propuesta práctica Razones que justifican la llegada de López Obrador a la Presidencia debido a su autoridad moral, no en función de su proyecto real Posiciones reflexivas de personas acostumbradas a adorar A idolatrar La genuflexión histórica de un país que erige a sus presidentes en dioses Es cierto, hay tanto de Andrés Manuel López Obrador que admirar Tanto que celebrar La simpatía, el desparpajo, la decencia esencial que el documental de Luis Mandoki ¿Quién es el Sr López? revela Allí está, el político que se preocupa cuando llueve por todos aquellos que no tienen con qué taparse Allí está, el hombre que ha resistido los peores embates del sistema político con una dignidad que otros jamás tendrán Un verdadero luchador social Alguien que lleva años peleando por los de abajo y cuestionando a los de arriba Alguien que piensa en ese otro país de pobres en vez de olvidarse de él El del Tsuru austero y las conferencias mañaneras y la actitud desafiante Un líder verdaderamente carismático Y para muchos, el Mesías de Macuspana Ese a quien sus seguidores le ven atributos casi mágicos Ese a quien sus electores ven como un padre benefactor El poderoso, el omnisciente, el virtuoso, el querido, el intachable Tocado por el dedo de Dios Encomendado a la tarea de cambiar las fuerzas de la historia, perseguir objetivos trascendentes, alcanzar la Tierra Prometida El progreso personificado en una sola persona Allí está, montado sobre una montaña de agravios legítimos, predicando la refundación necesaria La reivindicación indispensable Ofreciendo ese otro país del cual más de 40 millones de mexicanos que viven con menos de 20 pesos al día quieren formar parte Ese otro país que los privilegiados durante tanto tiempo tendrían que compartir Ese otro país más justo y menos egoísta Una oferta loable Pero también hay tanto de Andrés Manuel López Obrador que criticar Tanto que cuestionar Basta con leer el Proyecto alternativo de nación o los 50 compromisos Las propuestas infundadas, las ideas descabelladas, el tren bala y la "Isla de los Niños" y la siembra de árboles maderables a lo largo del sureste del país La confrontación incesante con instituciones, que lo merecen, sin un plan coherente para su remodelación El track record de un político que ya gobernó y no de la mejor manera En el Distrito Federal ha habido más esperanza, pero no más seguridad Ha habido más beneficencia, pero no más transparencia Ha habido segundos pisos, pero poco mantenimiento de las calles Ha habido cercanía con la gente pero no un mejoramiento sustancial en su nivel de vida Pero esas partes menos convincentes del personaje y de su proyecto son oscurecidas por la devoción Son ignoradas por la emoción Son enterradas por el entusiasmo El entusiasmo por una buena causa, rodeada de buenas personas con buenas intenciones Y ese es el problema Los líderes carismáticos producen discípulos en vez de ciudadanos Producen acólitos en vez de acompañantes Colocan la autoridad en manos de una persona en vez de otorgarle autoridad sobre sí mismos a quienes lo eligieron La autoridad necesaria para apoyar y vacilar Para apoyar y criticar Para apoyar y exigir Esa tarea dual, cotidiana, rutinaria que define a la cultura cívica: la participación y la aquiescencia El aprecio de las virtudes de un líder y el reconocimiento de sus vicios La actitud permanentemente inquisitoria que todo ciudadano y sí, todo intelectual debe tener hacia todo político todo el tiempo Porque sin ella, el país estará condenado a engendrar, como lo ha hecho a lo largo de la historia, presidentes abusivos o arbitrarios o irresponsables Líderes neoliberales o neopopulistas sin contrapesos que actúan a su libre albedrío porque pueden hacerlo Líderes buenos que hacen cosas malas; líderes inteligentes que toman decisiones estúpidas; líderes providenciales que producen resultados abominables Porque se rodean de apóstoles Porque llegan a la Presidencia y se embalsaman dentro de ella Gobiernan como quieren por la falta de instituciones que los limiten, de ciudadanos que los circunscriban, de intelectuales que los interroguen Ese es el verdadero peligro para el país La propensión a entregarle las llaves del reino a un individuo en el cual se deposita toda la esperanza Y ese es un peligro que muchos parecen estar dispuestos a ignorar Hoy México presencia la resurrección, en ciertos sectores, del "entusiasmo automático y servil de la República", como lo llama Héctor Aguilar Camín en La conspiración de la fortuna A los progresistas de México se les llama a "cerrar filas" en torno de Andrés Manuel López Obrador Se les convoca a apoyar el proyecto ahora sí verdadero de transformación, como alguna vez se convocó a apoyar a Luis Echeverría o a Carlos Salinas de Gortari Y de AMLO se dice lo que alguna vez también se dijo de ellos Es la encarnación del grito justiciero de la gente o del proyecto de transformación a fondo No apoyarlo de manera incondicional sería equivalente a cometer un "crimen histórico" o ir en contra de lo que el país necesita No apoyarlo sin miramientos sería equivalente a permitir la llegada de la ultraderecha o la persistencia del statu quo Todos los buenos con Andrés Manuel López Obrador, argumentan los miembros de su bando Porque los malos lo son cada vez más, dicen, y con razón Spot tras spot los panistas que se jactan de las manos limpias llevan a cabo una guerra sucia Spot tras spot mienten y distorsionan y tergiversan sin el menor reparo Encuentran la etiqueta que se le queda pegada en la frente a López Obrador, en vez de resbalársele La etiqueta de "anti-institucional"; la etiqueta de "peligroso"; la etiqueta de "chavista" El PAN pelea con las peores armas de las campañas negativas y no le quita el sueño hacerlo No le preocupa polarizar No le preocupa atemorizar No le preocupa dividir al país con tal de gobernarlo Piensa que López Obrador debe ser frenado y está usando todos los instrumentos a su disposición, aunque los cubra de lodo El comportamiento reciente del PAN ha sido deleznable, sin duda Y Elena Poniatowska es una gran mujer y una extraordinaria escritora, sin duda Y Andrés Manuel López Obrador ha sido hostigado, perseguido, escrutinado y acorralado por el establishment del país, sin duda Pero la persecución del político no justifica la rendición incondicional frente a su proyecto El asedio al candidato no justifica la aceptación acrítica de lo que propone El aplauso, la adoración, la aparente rendición El "estar contigo" La percepción compartida por muchas de las mejores mentes del país de que Andrés Manuel López Obrador representa algo bueno y elevado Si eso es así, entonces la consigna "no pasarán" enarbolada por miembros de la intelligentsia mexicana deberá usarse no sólo ante la ultraderecha Deberá desplegarse también contra todo lo más cuestionable del proyecto de Andrés Manuel López Obrador y quienes lo acompañan "No pasarán" habrá que decirle a los peores candidatos del PRD "No pasarán", habrá que decirle a los bejaranistas y otras tribus rapaces "No pasarán", habrá que decirle a los pri-perredistas camaleónicos "No pasarán", habrá que decirle a las promesas irrisorias "No pasarán", habrá que decirle a las misiones mesiánicas "No pasarán", habrá que decirle a las propuestas arcaicas Dos sencillas palabras que muchos mexicanos deberán aprender a usar Porque México sólo tendrá presidentes virtuosos cuando haya ciudadanos que los obliguen a ser así l

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