Mozartianas
México, D F, 24 de abril (apro)- Inspiración: palabra predilecta que comúnmente se utiliza para explicar un acto artístico afortunado
En música, aquellos compositores que logran plasmar cierta obra de trascendencia son calificados de "músicos inspirados", y si algunos dan grandes muestras de poseer una inspiración enorme, casi innata o que excede la norma, entonces se les cataloga como "genios"
Las espléndidas habilidades para escribir de Haendel, Bach y Beethoven iban a la par de su fuerte capacidad para improvisar, afirman Willi Apel y Ralph T Daniel en The Harvard Brief Dictionary of Music (Washington Square Press Publication, 1961), entendiendo la improvisación musical como "el arte de crear música espontáneamente"
De todos los famosos maestros clásicos, destaca el austriaco Wolfang Amadeus Mozart (Salzburgo, 27 de enero de 1756-Viena, 5 de diciembre de 1791), quien comenzara a componer al piano desde una edad muy temprana y tocara a los seis años de edad sus piezas ante la emperatriz de Baviera y el príncipe Elector de Bavaria Su padre, Leopold Mozart adjudicaba el talento de sus dos hijos "a un regalo de Dios": Johann Chrysostom (el Amadeus que este 2006 festeja su cumpleaños 250) y María Anna, apodada Nanneri (1751-1829) quien fuese reconocida intérprete de instrumentos de teclado En sus Memorias, la hermana de Mozart recordaba al Niño prodigio así:
"Nunca fue necesario obligarle a componer o tocar; al contrario, había que distraerle de que no lo hiciera Si no, hubiera estado día y noche sentado al piano o componiendo Durante una ejecución musical, se irritaba ante el más pequeño ruido Mientras duraba la música, era todo música; en cuanto cesaba, volvíamos a ver al niño"
El inolvidable crítico José Antonio Alcaraz (qepd) en Proceso número 742, del 21 de enero de 1991, lo dice de otra manera:
"Mozart es la música En él reside la música"
Y para el célebre compositor mexicano Mario Lavista, en la revista Pauta (que él mismo fundara) y cuyos números 37-40 de enero de 1991 fueron dedicados a Mozart, Amadeus "fue capaz de decir todo lo que quería decir con una justeza, precisión y exactitud inigualables La obra escrita era para él el espejo de la obra imaginada y creada en la mente"
Precisamente esa edición de Pauta reproduce una carta del mismo Mozart, donde revela los secretos de su febril inspiración que mucho tenía de creatividad instantánea para reelaborar en pentagrama aquellas notas pre existentes, anunciando la "extemporización" tan peculiar de las descargas del jazz y que Mozart desarrolló en sus conocidas variaciones:
"Cuando me encuentro enteramente conmigo mismo, solo, y de buen humor, ya sea viajando en una carroza o paseándome después de una deliciosa comida, o en las noches en que no puedo dormir, es entonces cuando mis ideas fluyen mejor y abundantemente ¿De dónde y cómo vienen? No lo sé"
La traducción de esta misiva por Dionisia Urtubees, continúa:
"Las ideas que me gustan las retengo en mi memoria y suelo tararearlas en cualquier momento Si me dedico a ello, poco a poco veo la manera de aprovechar ese bocado y transformarlo en un suculento platillo, siguiendo las exigencias del contrapunto, de los distintos timbres de los instrumentos, etcétera, etcétera?
"Mi mente y mi alma se inflaman, sobre todo si nadie me molesta Mi idea avanza; la desarrollo más claramente El todo se fija en mi mente para poder examinarlo como a una fina escultura o una bella pintura; de un solo vistazo En mi imaginación no escucho las partes de manera sucesiva, las escucho todo al mismo tiempo (Gleich Alles Zusamen) ¡Qué deleite es éste y no podría explicarlo! La invención sucede en un sueño vivo y placentero, pero escuchar el tout ensemble, el todo junto es, sin duda, el mejor momento: todo lo recuerdo, nada olvido y es tal vez éste el mayor favor que debo agradecer al Creador"
Mozart parte de sus gustos gastronómicos para comparar la música como experimentado chef de alta cocina y enseguida, la metáfora musical la ofrece en símil al oficio de un consagrado artista plástico, evocando los pensamientos de un Miguel Ángel Buonarotti cuando explicaba el arte de su esculpir majestuoso: "Todo el arte ya está contenido en la piedra o mármol donde trabajo Yo sólo quito lo que sobra con mi cincel" Pero a Amadeus no le cabe duda: la inspiración es un don divino que su mente retiene, entrega en partitura y ejecuta sonoramente, gracias a Dios
"Cuando me pongo a escribir surgen las frases que mi memoria ha guardado Es por ello que la trascripción al papel es bastante rápida, ya que, como dije antes, todo está terminado y raramente varía en la partitura lo que ya estaba en mi imaginación En esta tarea hasta puedo ser importunado, porque pase lo que pase a mi alrededor escribo y hasta platico, pero sólo de gallinas, gansos, o de Gretel, Bärbel o temas similares?"
Simpático Mozart Casi contradice a su hermana Nanneri cuando asegura sin modestia, que una vez que la idea global ha llegado a su fantasía, puede darse el lujo de conversar sobre animalitos de granja y otros asuntos propios de cuentos de hadas mientras escribe, negando que el mundo exterior lo perturbe Aunque posteriormente emprenda un tono más serio, Amadeus jamás suena chocante Acaso mentía:
"Pero aquello que hace que mis obras tengan esa forma y ese estilo tan particulares, que las hacen mozartianas y distintas a las obras de otros compositores, tal vez se deba a la misma razón por la cual tengo una nariz tan grande y aquilina, tan diferente a todas las demás narices que sólo puede ser de Mozart Pues, sinceramente, no planeo o busco ninguna originalidad"
(Tomado de "Una carta", extracto de la biografía Life of Mozart, de Edward Holmes, incluida en la obra The Creative Process, editada por Brewster Ghiselin, Mentor Books, New York, 1961)