México, D F, 3 de abril (apro)- En México, la participación de la iniciativa privada en actividades de promoción de las artes plásticas ha sido escasa y no ha habido políticas públicas que impulsen el coleccionismo de arte Según Ana Garduño, investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de las Artes Plásticas (Cenidiap) del INBA, el coleccionismo ha sido una actividad emprendida "a título personal", y explica que después de la Revolución Mexicana la elite poco se comprometió con el desarrollo cultural del país: "La elite mexicana, a diferencia de la norteamericana, actuó como si no tuviera responsabilidad social ni debiera retribuir a la sociedad en la cual se enriqueció; por otra parte, la desconfianza de la burocracia estatal y la satanización generalizada de casi cualquier intervención privada en cultura también influyó en su falta de compromiso" Sin embargo, entre historiadores, investigadores y especialistas en arte, así como en directores de museos y funcionarios de la cultura, ha sido reconocida la labor del coleccionista Andrés Blaisten, nacido en 1950 y egresado de la licenciatura en Artes Plásticas de la Academia de San Carlos de la UNAM En agosto de 1995, Proceso publicó un reportaje sobre diversos coleccionistas, en el cual se mencionó que el reporte de Art News de ese año incluía al empresario en una lista de 25 coleccionistas mexicanos Y consignó una declaración de la historiadora de arte Teresa del Conde, entonces directora del Museo de Arte Moderno: "Debería estar en un muy merecido primer lugar Tiene los mejores Alfonso Michel, María Izquierdo, Tamayo (Naturaleza muerta de 1926, seudo metafísica), Fernández Ledesma, cuadros de las escuelas al aire libre, Guerrero Galván" Del Conde coincidió en aquel momento con Miriam Káiser, exdirectora del Museo del Palacio de Bellas Artes, en el sentido de que además de ser un coleccionista conocedor, Blaisten estaba siempre dispuesto a prestar obra para exposiciones: "Es más --dijo Káiser--, si no le piden prestado, se enoja Se ha especializado en la pintura de los años veinte a cincuenta" El mismo semanario publicó una entrevista con el pintor Gilberto Aceves Navarro, en la cual reconoció a Blaisten por haber apostado "a una generación abandonada" y haber "recuperado a artistas como Antonio Michelle, María Izquierdo, Agustín Lasso, e inclusive ha fomentado el gusto de éstos a otros coleccionistas" Como un reconocimiento a "su generosidad" y su labor de promoción del arte mexicano, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) acaba de editar el libro Arte Moderno de México Colección Andrés Blaisten, en el cual se da cuenta del acervo de alrededor de 650 piezas de arte que el coleccionista ha ido atesorando a lo largo de treinta años Se sabe que cuenta con obras de la época virreinal, así como obra de caballete, gráfica y escultura de cerca de 120 artistas de finales del siglo XIX y de la primera mitad del XX, entre ellos Agustín Arteaga, Raúl Anguiano, Miguel Covarrubias, Federico Cantú, Gerardo Murillo "Dr Atl", José Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo y Juan Soriano A diferencia de otros coleccionistas que guardan secretamente lo que poseen, Blaisten creó un sitio en Internet, con la dirección museoblaistencom, en donde se puede consultar su acervo El volumen de la UNAM no constituye la primera publicación sobre la colección Blaisten Con motivo de una gira por diversos países que parte de la colección tuvo en la exposición Pintura moderna de México, en 1997, se publicó un catálogo, reseñado por Raquel Tibol en su columna de arte de la revista Proceso La nueva publicación presenta un texto introductorio del rector Juan Ramón de la Fuente, así como los ensayos "El arte mexicano en las dos primeras décadas del siglo XX en la colección Andrés Blaisten", de Fausto Ramírez, y "El coleccionista rescribe la historia: una aproximación a la colección Blaisten" de James Oles Además, según información de la UNAM, incluye reprografías de las obras y semblanzas de los artistas de la colección La organización de las obras fue determinada por el coleccionista con la intención de "establecer un sugestivo diálogo entre sus formas e imágenes más que una rígida lista por orden cronológico"