Archivos de sangre
De manera fortuita, funcionarios de la Procuraduría de Derechos Humanos de Guatemala encontraron lo que por décadas negaron los gobiernos del país: un archivo de la Policía Nacional que permitirá documentar sus actos represivos Más aún, esos millones de documentos descubiertos permitirán hallar pistas sobre el paradero de miles de desaparecidos
CIUDAD DE GUATEMALA- Durante décadas, el Estado guatemalteco negó la existencia de archivos sobre los excesos de la guerra contrainsurgente en este país
Pero de manera accidental, la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) localizó los archivos de la Policía Nacional, una de las instituciones que, según el documento de Recuperación de la Memoria Histórica (Remhi), participó en desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, torturas y amenazas durante los años cruentos de la guerra civil, cuyo saldo fue de 200 mil muertos y 50 mil desaparecidos
Tal descubrimiento reavivó en familiares de desaparecidos las esperanzas de encontrar indicios sobre el paradero de víctimas de la guerra Al mismo tiempo, permitirá a investigadores y organizaciones civiles recabar evidencias de casos relacionados con violaciones a los derechos humanos -hasta ahora empantanados en juzgados- y desentrañar una parte de la historia de este país
A principios de marzo pasado, la PDH informó de los primeros hallazgos hechos en el vasto archivo policial: más de cuatro kilómetros y medio de paquetes con centenares o miles de folios cada uno; entre 50 y 75 millones de documentos en total: oficios, órdenes, partes de novedades, planes, expedientes de investigación, antecedentes policiacos, denuncias y fichas de identificación elaborados prácticamente a lo largo de todo el siglo XX y que abarcan hasta 1997, año en que -por acuerdo del documento de paz entre la guerrilla y el gobierno- se decretó la desaparición de la Policía Nacional
El hallazgo
Gustavo Meoño, director del Proyecto de Recuperación del Archivo Histórico de la Policía Nacional, narra en entrevista con Proceso el largo camino que la PDH emprendió desde que, el 5 de julio de 2005, miembros de esta institución encontraron el archivo
En realidad, recuerda Meoño, los integrantes de la PDH habían acudido a las instalaciones de la ahora Policía Nacional Civil -ubicado en la zona 6 de la capital guatemalteca- para constatar el traslado de un almacén de explosivos, en atención a una denuncia de los vecinos del sector
Pero, al efectuar un recorrido por las zonas aledañas al almacén de explosivos, el historiador Edeliberto Sifuentes, miembro del equipo de la PDH que realizaba la inspección, encontró millones de documentos Estaban abandonados en húmedos y oscuros cuartos, invadidos por murciélagos, ratones, insectos y hongos
Según Sergio Morales, titular de la PDH, los cuartos que albergaban los archivos estaban rodeados de explosivos, chatarra y unidades policiales diversas, incluida una unidad canina Todo un muro de obstáculos cuyo propósito era alejar los documentos de miradas indiscretas y procurar que, a espaldas de la nación, culminara su destrucción Este archivo estaba condenado a una muerte lenta, y con él hubieran desaparecido infinidad de huellas, pistas y claves para entender la tragedia nacional de la que todavía no nos recuperamos
El procurador solicitó una orden judicial para inspeccionar los archivos policiales La obtuvo el 12 de julio de 2005 por parte del Juzgado Tercero de Primera Instancia Civil
Con dicho mandato judicial, personal de la PDH apoyado por voluntarios de organizaciones de derechos humanos, emprendieron un trabajo de fumigación, limpieza y rescate de los documentos abandonados
Al mismo tiempo, la PDH inició la búsqueda de otros archivos abandonados en cabeceras municipales y departamentales en el interior del país Se localizaron otros 30 de la PN y un total de 6 millones más de documentos, los cuales fueron trasladados a las instalaciones de la zona 6 de la capital mediante un operativo en el que participaron agentes del Ministerio de Gobernación y la Policía Nacional Civil
Después inició la revisión y la organización de los documentos Un paquete de ellos llamó la atención: más de 250 mil fichas de identificación personal de ciudadanos guatemaltecos Las encontraron tiradas en el piso, como basura, protegidas por una costra que se formó por la acción del sol y la humedad
Puedo afirmar que la historia de Guatemala está aquí escrita Lo único que hay que hacer es protegerla, digitalizarla, y después se podrán realizar cualquier tipo de investigaciones, especialmente de familiares de víctimas que quieran saber qué fue lo que les pasó, aquí está esa información, declara Sergio Morales
Destaca: Mis antecesores y yo mismo, desde hace más de 18 años, hemos recibido miles de denuncias sobre atropellos atribuidos a las fuerzas de seguridad del Estado Tengo la convicción de que en este archivo están las claves para resolver esas miles de denuncias
Y señala que este libro abierto de millones y millones de páginas ayudará a los estudiosos a penetrar en la mentalidad de un país controlado por una institución pública que podía fichar como delincuente a un niño de 12 años bajo la sindicación de haber desobedecido a sus padres En casos como ése, podíamos encontrar claves para terminar de entender por qué somos como somos, mirarnos con valentía, sin disimulo, ante uno de los espejos más oscuros de nuestra historia
La PDH logró conseguir recursos de organismos internacionales y apoyo de la policía para despejar el área y brindar seguridad al lugar Éste se encuentra ahora parcialmente despejado de chatarra y protegido por mallas metálicas La documentación no está más en el suelo Empieza a organizarse en improvisados estantes de madera Desde marzo pasado, un equipo de 87 miembros de la PDH se encarga de recuperar y clasificar los documentos para proceder a su digitalización
En este lugar funcionó durante los años ochenta el sexto cuerpo de la Policía Nacional Aquí permanecieron detenidos activistas políticos De acuerdo con el Remhi, dicho cuerpo policiaco realizó acciones contra la guerrilla y contra objetivos políticos Más: habría dirigido el asalto a la embajada de España, en el que murieron 37 personas, entre ellos Vicente Menchú, padre de Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz
Recuperar la memoria
Este hallazgo representa un nuevo impulso en la lucha por el acceso a la verdad y se convierte en fuente de recuperación de la memoria histórica: permite realizar profundas investigaciones sobre violaciones a los derechos humanos, plantea Meoño
Destacó que, según expertos archivistas de varios países que lo han visitado, el archivo histórico de la Policía Nacional de Guatemala es el más grande acervo documental de su tipo en América latina
Meoño cuenta que el archivo fue visitado por Trudy Huskamp Peterson, del Nacional Security Archive y experta en archivos policiacos, así como por las expertas argentinas Ana Cacopardo e Ingrid Jaschek, responsables del archivo del Departamento de Inteligencia de la Policía de Buenos Aires Todas emitieron una serie de recomendaciones Y se espera la llegada a Guatemala de dos expertos archivistas aportados por los gobiernos de Suiza y España, quienes durante los próximos 12 meses se integrarán al equipo de recuperación del archivo
Meoño recuerda que siempre las autoridades de gobierno negaron la existencia de archivos Me consta cómo, personalmente, el obispo Juan Gerardi hizo gestiones ante el gobierno para tener acceso a archivos en el proceso de elaboración del documento de Recuperación de la Memoria Histórica y la respuesta fue: 'no existen archivos; en Guatemala fueron destruidos'
Posteriormente, la Comisión para el Esclarecimiento Histórico también solicitó al gobierno de Álvaro Arzú tener acceso a los archivos del gobierno, del ejército, de la policía, y la respuesta fue la misma: 'no hay archivos'
Y sin embargo, sí los había
De hecho, tanto el informe del Remhi como el de la Comisión de Esclarecimiento Histórico fueron elaborados fundamentalmente con base en la versión de las víctimas Esa es ahora la gran diferencia y la gran contribución de este archivo histórico de la policía: por primera vez, se aportará la otra cara de la moneda: lo que los organismos del Estado, responsables de ejecutar esa represión, registraron sobre sus políticas, sus planes y sus actuaciones, indica Meoño
Advierte: Probablemente, no vamos a encontrar un documento en e que un jefe policiaco ordene secuestrar, torturar, matar, porque las cosas no se producían en esos términos Los documentos son de otra naturaleza y su valor lo determinará el análisis serio, cuidadoso y responsable que hagamos
Entre esos millones de documentos, los investigadores de la PDH han encontrado miles de fichas de personas que fueron encarceladas y a las cuales se clasifica como comunistas, comunistas convencidos y comunistas activos
Se ubicó, por ejemplo, una de Víctor Manuel Gutiérrez, un importante líder sindical entre 1944 y 1954 En la ficha, elaborada detrás de su licencia de conducir motocicleta, aparecen sus datos e información que muestra cómo le fueron siguiendo la pista por tratarse de un comunista activo Una ficha adicional, con letras rojas muy grandes, dice: comunista número uno de Guatemala
Y como ésa hay miles Localizamos otra del actual diputado por la Alianza Nueva Nación, Mario Chávez, donde lo califican de comunista y de subversivo, detalla Meoño
El expediente del abogado laboral Mario López Larrave tiene un informe con datos de las personas que acudieron a su sepelio y lo que conversaron en él También hay, según una nota de la reportera Paola Hurtado en El Periódico, informes de orejas que detallan los movimientos de personas que se consideraban sospechosas comunistas
El historiador guatemalteco Édgar Ruano Najarro plantea que para algunos sectores el interés del archivo policial reside en la posibilidad que se abre de resolver algunos de los nudos trágicos que dejó la guerra civil (), como la suerte de muchos desaparecidos y las causas de las ejecuciones extrajudiciales Se trata de dramas personales y familiares que algún día habrán de culminar y que forman parte de la historia guatemalteca
En su columna publicada en la revista Domingo del diario Prensa Libre, Ruano destacó: La sociedad guatemalteca debe entender que el valor de este archivo va más allá, porque si a la luz de tales papeles se establece de un modo científico y académico la relación del Estado con la sociedad guatemalteca en su faceta policial durante el siglo XX, la misma impunidad y las ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas como política estatal podrán ser explicados en su dimensión histórica
Ruth del Valle es directora ejecutiva del Movimiento Nacional por los Derechos Humanos e investigadora del Remhi También es hermana de uno de los miles de jóvenes desaparecidos y ejecutados durante la guerra
El hermano de Ruth, Julio César del Valle Cobar, fue asesinado el 22 de marzo de 1980 junto con otros dos amigos de la Universidad de San Carlos Tenía 21 años y estaba a siete días de casarse La única información que tuvo su familia fue que habían sido secuestrados en el centro de la ciudad por hombres que vestían trajes de la policía, del comando seis Los cuerpos de los jóvenes aparecieron con huellas de tortura la misma noche de su desaparición
Con el hallazgo del archivo de la Policía Nacional, Ruth espera encontrar indicios sobre quiénes fueron los responsables Yo sé lo que pasó con mi hermano, cómo quedó, dónde lo mataron, pero quisiera saber quiénes son los responsables de lo que sucedió Hemos vivido con mi familia durante todos estos años creyendo que el Estado es el responsable Pero eso no es suficiente Quisiéramos saber por lo menos quiénes fueron, qué cuerpo de seguridad fue responsable de ese hecho, porque tampoco es fácil vivir con esa angustia todo el tiempo l