Elena Garro en el 68, por Helena Paz

lunes, 17 de julio de 2006 · 01:00
México, D F, 17 de julio (apro)- El jueves 13, el Archivo General de la Nación dio a conocer la desclasificación de unos documentos de la narradora Elena Garro donde se demuestra su papel de espía para la Dirección Federal de Seguridad (DFS), lo cual fue negado inmediatamente a la agencia Apro por Helena Paz Garro, hija de la escritora y del poeta Octavio Paz Sin querer, adelantó su versión de los hechos a principios de año a la investigadora Patricia Rosas Lopategui, profesora de literatura de la Universidad de Nuevo México, en Estados Unidos, y también biógrafa de la escritora, a raíz de la publicación del compendio de los artículos periodísticos de la Garro (El asesinato de Elena Garro; Porrúa, 2005), pues Helena le pidió la entrevistara para hacer algunas puntualizaciones del libro, no sin antes manifestarle su admiración por éste En la conversación, narró el "secuestro" de que fueron objeto la madre y la hija por parte del entonces jefe de la DFS, Fernando Gutiérrez Barrios, en 1968, durante el movimiento estudiantil Esta es un fragmento de la entrevista con Lopátegui, redactada por ella en forma de monólogo, la cual se publica en la revista Proceso en su número 1550 De la revista Sucesos a Por qué?: Las amenazas Todo empezó porque nos pusimos a trabajar en la revista Por qué? en febrero de 1968 ¿Sabes cómo se hizo? Yo era joven entonces y muy guapa, y conocí a Roberto Fernández Retamar en 1967, en el Congreso de Escritores en Guadalajara Me hice amante de él, me enamoré mucho de él, entonces me volví castrista y empujé a mi mamá a hacerse más revolucionaria Roberto se tuvo que regresar a Cuba y quería que me fuera con él, pero mi mamá no quiso, no me dejó ir a Cuba Me dijo que me iban a meter a la cárcel, un drama en la casa, y yo llore y llore y llore y llore Mi mamá dijo que se tiraba bajo el tren Pasaba un tren por ahí antes, y como yo era muy católica Mi tío Albano era mi confidente y el que me apoyaba, le dije: "Tío, me quiero ir a Cuba", y aunque mi tío era anticomunista quiso convencer a mi mamá Pero mi mamá me dijo: "Helen estás loca, si te vas a Cuba me voy a suicidar" Y entonces, ante esa amenaza, ya no me fui Roberto Fernández Retamar me escribía, mandaba las cartas El embajador de Cuba, don Joaquín Hernández Armas, me hacía el favor de que las cartas de Roberto las mandaba por la valija diplomática, porque si las hubiera mandado por el correo ordinario, no me llegan Y cuando me hablaba por teléfono, no se oía, había un boicot contra Cuba espantoso Te lo cuento para que veas por qué nos fuimos de Sucesos (Gustavo) Alatriste no nos pagaba ni a mi mamá ni a mí Nos daba cheques sin fondos A Mario Menéndez, que era honrado, tampoco le pagaba Entonces yo le dije a Mario: "Vamos a hacer una revista nosotros" Le hablé al embajador de Cuba, que nos invitara a cenar a mi mamá, a Mario y a mí Yo le propuse hacer una revista nueva, pagada por Castro, y que la dirigiera Mario Menéndez Y el embajador: "Chatita, eres encantadora", feliz de la vida Y se hizo la revista Por qué? El primer número apareció en febrero de 1968 Ahí ganaba yo mucho dinero Yo hacía el suplemento femenino: cocina, moda, el horóscopo, hacía "La mujer del jueves" Cosas frívolas, ¿entiendes? Mi mamá escribió "Los caudillos" Son magníficos A mí me pagaba mil dólares al mes y a mi mamá mil dólares Pero empezaron las amenazas en 1967 y no sabíamos quién nos amenazaba Por ejemplo, yo tenía un abrigo de Pertegas y un traje rosa de Pucci y cené con un norteamericano muy guapo, era hombre de negocios, y le hablaban a mi mamá y le decían: "Su hijita, la güerita con sus trenzas rubias y su traje rosa, la vamos a matar, está en tal lugar" Mi mamá se quedaba Todos los días así Nos disparaban a las ventanas de la casa de Lomas de Virreyes, donde vivíamos, desde el bosque de Chapultepec Éramos amigas del Movimiento Revolucionario del Pueblo Y luego cuando Rico Galán y Mario Menéndez, querían las armas, no las teníamos Sergio Béjar, un director de cine que era muy famoso en aquella época (no sabíamos que era comunista), dijo: "Vinimos de parte de Rico, de Mario y de Ugalde por las armas" Mi mamá: "No las tenemos Están en casa de fulano de tal, en tal dirección en Mixcoac" Él las recogió y se acabó Nadie sabe de eso Estábamos bien metidas como de agitadoras comunistas sin serlo, porque también el imperialismo ruso era horrendo Era tal la injusticia en México, que yo estaba furiosa con el gobierno La lucha de los copreros Entonces se presentó Fernando Gutiérrez Barrios a la casa, muy elegante Yo traía un traje minifalda, de esas camisas rectas que se usaban, con mis mechas lacias, sin pintar Lo vi tan elegante y tan guapo, yo me imaginaba un panzón, patilludo, bueno, como te imaginas a los policías mexicanos No me imaginaba a un Ronald Colman, Gutiérrez Barrios era igual al actor Ronald Colman Le dije a mi mamá en francés: "Este hombres es un impostor No es el director de la Dirección Federal de Seguridad" Yo, muy valiente, le dije: "Su placa, por favor" Yo vi la placa y no entendí nada, pero bueno, era una placa Se llevó a César del Ángel, el líder de los correros, que se había refugiado en mi casa Lo tuvo un año preso en Chilpancingo (mi mamá y yo nos fuimos a vivir a Chilpancingo y Del Ángel le dictó sus memorias a mi mamá Se perdieron en el 68 con tanto lío, tanta huida) y lo soltaron porque las pruebas contra Del Ángel eran nulas La narración completa aparece en el número 1550 de Proceso que circula desde ayer, domingo 16

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