México, un país polarizado
México, D F, 3 de julio (apro)- Tras la jornada electoral de ayer, cuya cauda de envilecimiento y estulticia prevaleció durante meses y aun años, México amaneció exactamente como estaba el sábado: dividido
Los resultados electorales entre los dos proyectos políticos que se confrontaron, sólo confirman justamente esta división que deberá asumir quien resulte ser el Presidente de la República si es que, de verdad, quiere ser algo más que un gerente que administre un país atormentado por la injusticia social
La República exige algo más que la sola proclama de unidad nacional y gobierno incluyente: Ya no sólo es necesario, sino urgente sentar las bases para una transformación que reivindique la política y el servicio público como vía para disminuir la distancia entre la opulencia y la indigencia
No es halagüeño el futuro para México sin este punto de quiebre, que por definición está contrapuesto a las politiquerías y tráfico de posiciones tan habitual en la clase política hegemónica, del signo partidista que sea Nada alentador es el porvenir sin la asunción de decisiones de Estado que reconcilien, con hechos, a los mexicanos
Nada gratificantes son en esta dirección los hechos que se han producido la víspera, durante y después de la jornada electoral, para no ser reiterativos en la andanada de miedo que suelen fomentar sólo los cobardes Más que a la conciliación, se apunta a la imposición
Si, en efecto, las elecciones se ganan con uno o millones de votos, es preciso que sean entonces las instancias facultadas las que procesen inconformidades y no sean sustituidas por proclamas políticas sin otro propósito que el canje de favores
Es momento de asumir responsabilidades con visión de Estado Seguir actuando de manera facciosa es una provocación que no merece el país
Apuntes
Conviene, entonces, estar atento y esperar
Comentarios: delgado@procesocommx y wwwprocesocommx