¡Mucho ojo, que la vista engaña!

lunes, 25 de septiembre de 2006 · 01:00
México, D F, 25 de septiembre (apro)- Estimado Tío Lolo: con el respeto que me merece, me va a perdonar que le pregunte: ¿es o se hace? Se lo pregunto porque la carta que dio a conocer por este mismo buzón, por ambigua, pedía a gritos más de una reflexión Qué bueno que en la misma ponga por las nubes a la TV por dirigirse al ojo, órgano por el que percibimos la mayor información, que la ensalce por ser medio con posibilidades de suministrarnos la más amplia gana de la misma, le felicito por ello Qué malo que la alabe y hasta afirme que la TV es una bendición porque puede y da identidad a muchedumbre de solitarios desidentificados, con lo que incluso es creadora de opinión; que la bendiga porque con esa opinión fabricada con identidades construidas, estimulando si es preciso la comodidad, el egoísmo o el miedo de muchedumbres de solitarios desidentificados, se pueden justificar disposiciones, decisiones de instituciones, sean éstas públicas o privadas Le doy el pésame por ello Se lo doy porque al escribir su carta, ¿Qué le pasó, mi estimado?, usted olvidó que si bien el ojo es el órgano que mayor información nos proporciona, no por ello es perfecto? igual que no lo es la TV? ni tampoco los quede ella se sirven o le sirven a la misma ¡Ay!, cometió el error de olvidar que el sentido de la vista nos da, sí, la mayor y mejor información para que sobrevivamos como individuos y como especie, pero que al mismo tiempo es nuestro mayor engañador, el que más contribuye al extravío del común sentir, del sentido común ¿Pues qué, no recuerda que en el pasado el ojo contribuyó de manera determinante a fomentar y a hacer artículo de fe la creencia de que la Tierra era el centro del universo y que éste giraba a su alrededor? De risa recordar algunas de las peregrinas razones que justificaron visualmente la creencia de que nuestro planeta estaba inmóvil, fijo en el espacio, centro del espacio Decían que si se moviera, si girara sobre sí mismo, veríamos como las ciudades y las fortalezas, los pueblos y las montañas salían despedidos Que incluso no podríamos servirnos un vaso de agua o vino, ya que si la Tierra girara sobre su eje, ni una flecha disparada hacia arriba, ni una piedra dejada caer desde una torre, ni el chorro de una botella o jarra caerían perpendicularmente, sino adelante o hacia atrás ¡Ay ojón, qué razonamientos! ¿O no? Mi estimado, tiene usted razón cuando escribe que los medios, en particular la TV, son un poder, un poder tal que, la TV en especial, puede incuso crear opinión Desgraciadamente no la tiene el bendecir que así sea, ya que no tiene en cuenta que las fallas, los extravíos del ojo, la TV puede multiplicarlos en la proporción del dicho chino que afirma: "Una imagen dice más que mil palabras" Y esto es inquietante cuando se ve y comprueba que los medios, la TV en particular, son un poder socializador, como usted bien señaló, que por medio de golpear como sobre un tambor al ciudadano, con consignas, spots, promocionales y anuncios selectivos, puede llevar ?y lleva en muchos casos? al mismo a la rendición incondicional de sus facultades críticas y al conformismo Y más inquietante aún es el ver y comprobar que los medios, la TV en especial, es, más que otra cosa en este hoy que vivimos, un negocio, pensado y puesto en práctica para hacer más negocios, lo que quiere decir en buen romance, para hacer más dinero, y por lo tanto inclinada, por lo general, a venderse; a venderse, en especial, al que mejor pague y/o garantice su estructura y situación de privilegio que goza en la actualidad Si esto no fuera verdad, como piensan ciertos sectores de la sociedad, ¿a qué santo los empresarios privados ?que tienen por principio el beneficio?y los partidos políticos gastan tantos millones en publicad y propaganda respectivamente? Ante esta exposición tan inquietante del ciudadano a la actividad de los medios de comunicación, en particular de la TV, y, al mismo tiempo, la de pendencia del ciudadano con respecto a ellos, de su influencia en el pensamiento del mismo, de su influjo en su actitud hacia la vida y en su conducta en general, pienso que es peregrino y peligroso considerar una bendición a ese poder de crear opinión y el justificar decisiones sobre esa opinión prefabricada e inducida, pues ello, según mi leal saber y entender, hace que la democracia de esta globalidad en que vivimos, posibilite que dé sitio a todo en detrimento de la realidad Sé, estimado Tío Lolo, que, en principio, no va estar de acuerdo con la presente Espero que reflexione lo expuesto en la misma y así, cuando regrese de mi viaje, podamos tener un amplio intercambio de opiniones en uno de esos encuentros que solemos tener en EL TUNEL DEL TIEMPO Con el deseo de que así sea, queda de usted su seguro servidor JUAN CONTRERAS

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