La rueda de la fortuna, de Helena Paz Garro
México, D F, 15 de octubre (apro)- La rueda de la fortuna es el más reciente libro de poemas de Helena Paz Garro, editado por el Fondo de Cultura Económica, y contiene 123 páginas con 70 poemas, que van de 1954 a 1962, escritos en distintas ciudades: México, París, España y Nueva York
El prólogo lo escribió el filósofo alemán Ernest Jünger, maestro de Helena Paz Señala en este fragmento:
"En este siglo en que vivimos y que se acerca ya a sus postrimerías el poeta vive, como profetizó Hölderlin ?en tiempos de indigencia? Por ello las poesías son un regalo de particular valor La mañana en que en la carta de un amigo hay un poema que serena mi ánimo es una buena mañana Y eso es lo que me sucede desde hace muchos años con las suyas, querida Helena
"Caldean la atmósfera como si en pleno invierno se hubiera conservado en el hogar una pequeña lumbre
"Ahora mismo acaba de llegarme una selección de poemas Usted los esparce como un ramillete de flores al deshacerle el lazo ¡y con qué ligereza lo hace! Eso lo deduzco por el hecho de que no ha numerado las páginas Hay 40? versos hermosos como el de ?Melusina?; los he ordenado Por lo visto, para usted los poemas son como hojas que en otoño caen del árbol y que, aunque el viento se las lleve, forman no obstante un todo Me he tomado la libertad de escribir algunas anotaciones"
Se reproducen a continuación dos poemas:
Uno, Mi madre México (1958):
Sus cabellos chispean,
sol domesticado en una casa
Sol vagabundo
Errante de cuarto en cuarto
Entibia nuestras almas
Su casa abierta a todos los vientos,
ráfagas de lluvia perfuman,
trombas de nieve hielan
En la mesa, el caldero sin fondo,
festín de los mendigos y los perros
Sus pasos largos
prolongan las cuerdas infinitas
de la música
Y dos, A mi padre (Londres, 1983):
Las flores de té flotan en nuestras tazas
Tus ojos de lapislázuli
me miran
En los panes dorados
se funde la mantequilla
El timbre de Harrolds
llama
para separarnos
Disueltos
en una repentina bruma helada
de lágrimas
que surge bruscamente de todos los rincones