El profeta del siglo XX

domingo, 28 de octubre de 2007 · 01:00
Con motivo del centenario del nacimiento de Sergio Méndez Arceo ?quien siete días antes de su muerte inundó con su entusiasmo y alegría las oficinas de este semanario?, tres obispos que impulsan su obra y su doctrina afirman que aun la Iglesia de Ratzinger tendrá que asumirlas La causa: que la opción preferencial por los pobres, la solidaridad y la justicia defendidas por el obispo de Cuernavaca no sólo nutrieron el Concilio Vaticano II, sino que son el verdadero mensaje de Cristo que tarde o temprano habrá de imponerse ante un modelo económico agotado? Comprometido siempre con los pobres, la verdad y la justicia, el obispo Sergio Méndez Arceo no sólo se adelantó a una teología de la liberación que en el tercer milenio de nuestra era sigue viva, sino que, empeñado en acercar el mensaje de Cristo a la historia concreta y a los movimientos sociales, impulsó el laicismo y se convirtió en "un profeta del siglo XX" Tal es, en síntesis, la evaluación que otros tres obispos, también militantes de la opción preferencial por los pobres ?Samuel Ruiz, Arturo Lona y Raúl Vera? hacen de una de las principales figuras eclesiásticas que alentaron el movimiento de solidaridad en América Latina, Carlos Sergio Méndez Arceo, nacido el 28 de octubre de 1907 y muerto el 6 de febrero de 1992, siete días después de visitar este semanario para solicitar la publicación de tres cartas Fiel a su misión hasta los últimos días de su vida, Méndez Arceo trataba en dichas misivas una de sus máximas preocupaciones de entonces: la paz que el gobierno y la guerrilla de El Salvador habían firmado en México, en el Castillo de Chapultepec Y se dirigían, una, al presidente de El Salvador, Alfredo Cristiani; otra, al arzobispo de San Salvador, Arturo Rivera y Damas, y una más al comandante Shafik Handal, de la guerrilla salvadoreña (Proceso 797, 10 de febrero de 1992) El obispo emérito Samuel Ruiz, el expastor de San Cristóbal de las Casas, precisa que el prelado que durante 30 años encabezó la diócesis de Cuernavaca se anticipó al menos una década al Concilio Vaticano II, como puede observarse en "la memorable renovación litúrgica" que emprendió en la capital del estado de Morelos Entrevistado en la ciudad de Monterrey con motivo del próximo centenario del nacimiento de Sergio Méndez Arceo, Samuel Ruiz afirma que ese documento y las homilías recopiladas son la herencia del sacerdote no sólo para dicha demarcación, sino para toda América Latina, y su espíritu quedó plasmado en la gran reforma de la Iglesia que emprendió el Papa Juan XXIII en 1962 y culminó en 1995 bajo el papado de Paulo VI Durante una pausa que se produce en el Encuentro Mundial Interreligioso, convocado por el Parlamento Mundial de las Religiones, y en el cual el hoy obispo emérito cumplió una apretada agenda de cuatro días, Samuel Ruiz manifiesta que es optimista en torno a la continuación y desarrollo del pensamiento de Méndez Arceo sobre la opción preferencial por los pobres y la distancia de los poderes terrenales Como Méndez Arceo, Samuel Ruiz es considerado uno de los más representativos teólogos de la liberación que, no pocas veces perseguidos, torturados y proscritos, han basado su proceder en los documentos emanados de las conferencias episcopales de Puebla, Medellín y Santo Domingo, e inclusive de Aparecida, celebrada a principios del presente año Al respecto, dice Ruiz: "Cuando la acción pastoral y el pensamiento no son individuales, sino relacionados con el Concilio Vaticano II y los documentos que emanaron de él, forman parte de un movimiento de Iglesia, no de un propósito personal, y trascienden las situaciones determinadas "La posición oficial no puede dejar a un lado ?lo vimos en Aparecida? lo que es fundamental para Dios y la Iglesia: la opción por los pobres y el trabajo en contra de la pobreza El pensamiento de don Sergio sigue ahí en las obras que se han recolectado, particularmente sus homilías, que son su pensamiento vivo" Ordenado sacerdote en 1939, Méndez Arceo obtuvo en Roma el grado de doctor en historia, materia que impartió en el Centro Cultural Hidalgo ?convertido después en la Universidad Iberoamericana? y que incorporó a la misión pastoral desarrollada desde la diócesis de Cuernavaca, a la cual llegó el 30 de abril de 1952 Comenzaron allí las transformaciones litúrgicas ?como incorporar los mariachis a la misa? y de los mensajes pastorales que habrían de distinguirlo el resto de su vida, como aquel sermón de 1968 en el que dijo: "Me hace hervir la sangre la mentira, la deformación de la verdad, la ocultación de los hechos, la autocensura cobarde, la venalidad, la miopía de casi todos los medios de comunicación Me indigna el aferramiento a sus riquezas, el ansia de poder, la ceguera afectada, el olvido de la historia, los pretextos de la salvaguardia del orden, la pantalla del progreso y del auge económico?" En un reciente artículo publicado en Proceso 1614 por Enrique Maza, quien tuvo una estrecha relación con Méndez Arceo, escribió que don Sergio "fue elegido miembro del Tribunal Permanente para los Pueblos por su sabiduría, por sus conocimientos de historia, por sus perspectivas éticas, por su autoridad religiosa y por su compromiso con las causas de los pobres" Y respecto a las transformaciones en que Méndez Arceo siempre se empeñó, Enrique Maza recordó que él "sabía que nunca hay un cambio milagroso de los corazones y que cada generación puede dar solamente un paso" Ratzinger tendrá que aprender? Raúl Vera López, quien fue coadjutor de Samuel Ruiz en la intensa labor eclesiástica y social que éste cumplió en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, reconoce en entrevista: "Personas como don Sergio y don Samuel se han distinguido por una gran valentía y por un compromiso impresionante con su pueblo Las grandes preocupaciones que don Sergio mantuvo en vida situaron de manera espléndida a la Iglesia en el centro de la historia Dejó una escuela que sigue viva, porque mantuvo un diálogo permanente con el mundo" El obispo de Saltillo rechaza así que haya desaparecido esa corriente teológica, a pesar de las tendencias conservadoras que se perciben en el alto clero "Donde están los pobres, está la acción redentora de Cristo Para realizar un mundo nuevo, la Iglesia tiene que evangelizar a los pobres Si no lo hacemos, seremos juzgados de manera muy dura "Decía San Pablo: No todos los que dicen ser Iglesia son Iglesia Después del Concilio Vaticano II, el día de hoy la decisión de entregar el Reino de Dios a los pobres no tiene discusión y ya no puede haber corrientes que quieran ocultar eso Los poderosos que aplastan y los ricos que acumulan no tienen cabida, no pasan por el Evangelio Es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja" Al preguntarle si es posible dar continuidad a la Iglesia de los pobres bajo el papado de Joseph Ratzinger ?quien a partir de 1981 presidió la inquisitorial Congregación para la Doctrina de la Fe?, Raúl Vera señala que el pontífice ya no es más "el portero de la Iglesia" y que en su juventud inclusive aportó "grandes talentos a la reforma" del Concilio Vaticano II Coincide con Raúl Vera, el obispo emérito Samuel Ruiz, a quien se le cuestiona si podría proseguir la opción por los pobres bajo un Papa como Ratzinger ?Sí, porque (la opción por los pobres) emana del Evangelio ?responde ?¿Es posible continuar bajo Ratzinger? ?se le insiste ?Todo individuo tiene un proceso de adaptación, y un Papa también tiene que ir aprendiendo su tarea Sucedieron ya momentos históricos en este pontificado donde un pronunciamiento se percibe posteriormente como algo que tiene que relativizarse, y eso es señal de que hay un aprendizaje en marcha ?¿Qué pronunciamiento? ?Lo que estoy diciendo es que, si hay una falla, es enmendable justamente porque Jesús dijo: "Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo" Así, la presencia de la Iglesia no depende de la falibilidad, relatividad o limitación de una persona, pues en la Iglesia se mantiene una fuerte presencia del Señor a lo largo de la historia Concuerda con Vera en que la premisa de solidaridad que sustentó Méndez Arceo en México y el resto de América Latina es indispensable para comprender la teología de la liberación, y que en la región hay cada vez más personas para quienes el sistema concentrador de poder económico y político ha llegado a su fin, por lo que resulta imperativo la construcción de otro En esa línea de pensamiento, expone, "hay acciones y entidades que promueven el comercio justo, así como diversos movimientos que inciden, silenciosa pero eficazmente, en una transformación social donde la solidaridad deja de ser una práctica asistencialista para transformarse en un trabajo común por la igualdad y la justicia" Cristo, el verdadero patrón Raúl Vera recuerda que, como estudiante, en la Facultad de Química de la UNAM, conoció al obispo de Cuernavaca en los años sesenta Sus conferencias eran impresionantes, dice, porque "daban una palabra viva del Evangelio, que analizaba la problemática de México, y mantenía un diálogo permanente con el mundo y la cultura" Seguro de que la nueva etapa de la Iglesia tendrá que estar orientada al laicismo, como lo sabía Méndez Arceo y como lo sostiene Samuel Ruiz, Vera expresa que el propio "Juan Pablo II afirmaba que la Iglesia del tercer milenio sería laical, con presencia en la economía, porque el modelo económico predominante es contrario al progreso humano; porque se vive una decadencia en el mundo del trabajo; porque de esa misma decadencia hay ejemplos fehacientes en el mundo político, particularmente en México "Los santos y los evangelizadores deben estar en el laicado La dimensión ética y social de la Iglesia está predominantemente ahí Cuando se ve la huella que dejaron don Sergio y don Samuel en los laicos, se observa un trabajo de emancipación del mundo de cara a la barbarie a que nos está enfrentando la historia" Para Arturo Lona Reyes, obispo emérito de Tehuantepec, Sergio Méndez Arceo no sólo es el "profeta del siglo XX" como impulsor de la teología de la liberación y del llamado Progresismo Católico en México, sino "un chingón" Actualmente, reconoce, "nos hacen falta profetas en la Iglesia y la sociedad", y lamenta que la jerarquía católica se haya olvidado de los pobres Debido a eso, apunta, la Iglesia "está perdiendo clientes", mientras que las sectas salen "hasta por debajo de las piedras" para acercarse "a quienes no atendemos, principalmente a los indígenas, los campesinos, los obreros, los más desprotegidos" Hace por ello un llamado "fraternal" a la jerarquía católica para que no descuide esa obra inspirada en Cristo que legó Méndez Arceo en su papel profético, litúrgico y social Ahora más que nunca, dice, "es preciso aproximarse a la gente, platicar y convivir con los desprotegidos, darles aliento, escucharlos, poner la mano en su hombro y caminar con ellos" Arturo Lona Reyes, obispo emérito que ha sufrido 11 atentados contra su integridad y su vida, no tiene duda de que ha sido por esa postura distante de la Iglesia que "estamos perdiendo fieles y traicionando a Cristo" Entrevistado en la ciudad de Oaxaca, afirma que, no obstante que el Vaticano quiso desarticular el Grupo de Obispos Amigos y la opción preferencial por los pobres que integró Méndez Arceo, al final "no pudo Mejor desistió Más bien esos obispos comenzaron a desaparecer de nuestra tierra, porque murieron Méndez Arceo, José Llaguno, Bartolomé Carrasco y Hermenegildo Ramírez Sánchez" El Grupo de Obispos Amigos, precisa, llegó a estar conformado por 25 prelados de México, Centro y Sudamérica; era liderado por monseñor Sergio Méndez Arceo, y formaban parte del mismo, entre otros, el arzobispo de Antequera, Oaxaca, Bartolomé Carrasco Briceño; el de la Tarahumara, José A Llaguno; el de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz; el de la Prelatura de Huautla de Jiménez, Hermenegildo Ramírez Sánchez, y el propio obispo de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes Dice que en "la nueva camada" se encuentran hoy el obispo de Saltillo, Raúl Vera, y algunos sacerdotes que han decidido optar por los pobres, por "los excluidos de hoy para que sean los protagonistas del mañana" Aunque "no nos hacen mucho caso" en la alta jerarquía de la Iglesia, asevera, "somos muy cotizados en el pueblo, donde organizamos cooperativas, proponemos proyectos de apertura de escuelas y de clínicas, así como planes productivos" Relata que el padre de Méndez Arceo le decía que era medio liberal, y que cuando iba a entrar al seminario, le advirtió: "Fíjate a dónde vas a entrar porque la sotana negra es peor que la política E irónicamente, Méndez Arceo decía: ?Creo que mi papá no se equivocó?" Entregado a anunciar el Reino de Dios entre los pobres y a denunciar las injusticias, Sergio Méndez Arceo fue inclusive calificado como un obispo comunista al que, en una ocasión, le arrojaron tinta roja tras descender de un avión en el aeropuerto de la Ciudad de México Se trataba, indica Lona, de "un hombre excepcional, que fue muy combatido por los carismáticos, sobre todo por el ahora obispo de Ecatepec, Onésimo Zepeda", pero don Sergio "murió en la línea y le dio cumplimiento a su vocación sacerdotal Fue un hombre excepcional al que considero el profeta del siglo XX" Deplora que la Iglesia persiga a los obispos progresistas y deje a los fieles en manos de los carismáticos, como ocurrió en la diócesis de Tehuantepec A su juicio, la opción preferencial por los pobres se preserva porque "no han podido desorganizarnos los carismáticos, a pesar de que cuentan con todo el apoyo" oficial Y está viviendo en carne propia la sentencia de que "a todo aquel que trabaja por los pobres le va como en feria aunque sea obispo A mí no me ha ido muy bien Tengo 11 atentados y sigue la mata dando, pero continúo trabajando, porque a mí me inspira mucho Cristo, que es el verdadero patrón" Finalmente, Lona hace una alegoría con un fenómeno que se produce en el Istmo de Tehuantepec Allí, cuenta, hay vientos terribles que arrancan árboles pero que no pueden hacer lo mismo con las palmeras "Nosotros ?la opción preferencial por los pobres? somos como la palmera: entre más golpeada sea por los vientos, más se enraíza La palmera se dobla pero no es arrancada Y enraizar nuestra vocación con los pobres es nuestra máxima prioridad"

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