"Calaquitas y ositos difuntos en Tlaxcala"
México, D F, 29 de octubre (apro)- Refiere Yolanda Ramos Galicia en su estudio coordinado hacia 1992 para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Ofrendas de Día de Muertos en el estado de Tlaxcala --nahua y otomí--, que las ceremonias de culto a los muertos europeas y prehispánicas "tuvieron algunas coincidencias", lo cual "permitió una asimilación más rápida y eficaz de las costumbres españolas" (1)
Años atrás, el investigador Raúl Guerrero Guerrero ubicó el origen de ofrendar a los muertos "en China y Egipto", de donde la fiesta fue tomada "por los árabes en el siglo VIII" y llevada a la Península Ibérica durante la dominación mora" (2)
Con la conquista española de América, muchas costumbres europeas influenciadas por los árabes fueron transmitidas por los indígenas conquistados, "mismas que tuvieron amplia aceptación por parte de los aborígenes, al encontrar en ellas elementos semejantes a diversas prácticas prehispánicas", escribe Ramos Galicia
Sin duda, tal sincretismo "ayudó a los evangelizadores para implantar las ideas cristianas en los indígenas conquistados" La muerte fue para los pueblos mesoamericanos de gran trascendencia dentro de su sistema de creencias, como señala fray Diego de Durán (3):
"A ocho de agosto según nuestra cuenta celebraban éstas naciones el mes noveno de su año (?) por el orden de 20 días (?) con todo el regocijo posible a Miccailhuitontli, vocablo diminutivo que quiere decir ?fiestecita de muertos? o ?fiesta de los muertecitos? (?) ya que de lo que ella entendí era fiesta de los niños inocentes muertos (?) se hacían sacrificios y ofrendas a honra y respeto de éstos niños?"
El décimo mes de año nahua tiene 20 días y celebraba la "fiesta grande de los muertos", conjuntamente con el festejo "solemnísimo de Xocotl Huetzi" Además, Diego Muñoz de Camargo (4) afirmó:
"El noveno mes comenzaba a nueve días del mes de agosto, el cual era llamado Miccailhuiitzintl, que es como quien dice ?la fiesta de los difuntos o muchachos? en que ofrecían grandes obvenciones de pan y semillas (?)
"A 29 días del dicho mes de agosto, comenzaba en décimos mes llamado Huey Miccailtl, que es como quien dice ?fiesta grande de los difuntos? (?) la que celebraban con grandes ofrendas que daban en sus templos y cantaban tristes canciones en memoria de los muertos"
Sin embargo, fray Bernardino de Sahagún menciona que fue durante el mes de Quechoclli cuando (5):
"?Acabados los cuatro días en que se hacían saetas y dardos, hacían unas saetas chiquitas y atábanlas de cuatro en cuatro, con cada cuatro teas Y así, hecho un manojito de las cuatro teas u de las cuatro saetas, ofrecíanlas sobre los sepulcros de los muertos Ponían también juntamente con las saetas y las teas dos tamales Estaba todo esto en un día sobre la sepultura y a la noche lo quemaban y hacían muchas otras ceremonias por los difuntos de ésta mesma fiesta"
Aparte, fray Gerónimo de Mendieta hace la relación de las ceremonias ofrecidas a los difuntos durante los cuatro años posteriores a su muerte (6):
"?Empero, cada años hacían memoria ante la caja y entonces sacrificaban codornices, conejos, papálotls (mariposas) y aves, poniendo por delante del sepulcro mucho copal (incienso), con ofrendas de comida y vino y rosas o perfumes, durante cuatro años?"
En Buen Suceso
Una de las dos crónicas que, sobre las ofrendas de Día de Muertos documenta Yolanda Ramos Galicia en su libro, es la de san Isidro Buen Suceso, segundo barrio del Municipio de San Pablo del Monte, una comunidad náhuatl ubicada en las faldas del Cerro de la Malinche, al sur del estado de Tlaxcala
Los preparativos para ésta fiesta se inician desde el 15 de mayo, día de San Isidro Labrador, fecha en que se acostumbra sembrar en los huertos familiares o en los terrenos de cultivo el cempasúchitl (o "flor de los muertos")
A lo largo de los cinco meses siguientes, las mujeres cuidan de las flores con esmero para cortarlas durante los últimos días del mes de octubre y los primeros días de noviembre Redacta la autora:
"La celebración del Día de Muertos se inicia el 28 de octubre, día dedicado ?al alma de los accidentados? Al mediodía, los familiares del difunto le colocan una ofrenda en el altar de la casa en que vivió, rezan un rosario con letanía ?para adulto? y, posteriormente, van a adornar con cempasúchitl la tumba del finado y el lugar en que murió (?)
"El 31 de octubre, día dedicado ?a todos los niños muertos? en la mayoría de las casas del poblado colocan sobre mesa abierta con un petate a manera de mantel, las ofrendas a las 12 del día Se invoca primero a las ánimas de los niños de la familia, de quienes se pronuncia su nombre; después, en el mismo lugar se ponen piezas pequeñas de pan de muerto Fruta, tamales y cirios se ofrecen para todos los ?nuiños huérfanos del mundo?; es decir aquellos cuyos padres también han muerto o que no tienen quien les dedique una ofrenda (?)
"Se reza un rosario con letanía a la Virgen, se detonan cohetes y se llevan flores de nube y gladiolas blancas para adornar las tumbas A las ocho de la noche, se repite el rosario (?)
"El primero de noviembre a las 12 horas, sobre un petate tendido en el piso se pone la ofrenda para los familiares cuyo nombres se invoca A un lado de las ofrendas se colocan los platos para que se sirvan todas las ánimas a las que no se les haya puesto una ofrenda especial A las ánimas se les indica el camino haciendo vereditas con ocoxal o pétalos de cempasúchitl, que van desde el lugar que se colocó la ofrenda hasta la entrada de la casa (?)
"En éste sitio se clava en el piso una rama de ocote, en forma de cruz y adornada con cempasúchitl En la parte superior de la puerta se cuelga una guirnalda hecha con flores de muerto y ocoxal en sus extremos A continuación se reza un rosario con letanía para adulto, mismo que se repite a las ocho de la noche (?)
"El panteón está dividido en dos partes por un camino que va de norte a sur El lado poniente del área está destinada ?a los grandes?, que son las personas que murieron en edad adulta, mientras que del lado oriente quedan ?los chiquitos?, a los que colocan cruces de color blanco?"
El 31 de octubre, a las 12 del día se coloca la ofrenda dedicada a los niños, y al mediodía del 2 de noviembre, una vez que, según la leyenda del pueblo, las ánimas de los difuntos se retiran del que en vida fue su hogar, para regresar el próximo año, las campañas dejan de tocar el doble y la mayoría de las personas empiezan a realizar el intercambio de ofrendas, que consisten en llevar, en primer lugar, la ofrenda a la casa de los abuelos
San Juan Ixtenco
San Juan Ixtenco es la otra comunidad que estudia la antropóloga en su investigación, ubicada en el las faldas de la Malinche y con habitantes otomíes Se halla a unos 51 kilómetros de la capital de Tlaxcala y posee nueve barrios (*)
Lo distintivo de este festejo en Día de Muertos resulta el "Baile del osito" que es descrito de la siguiente forma por Yolanda Ramos Galicia:
"La noche del 2 de noviembre se acostumbra que los niños del pueblo se reúnan para en grupos bailar el osito (?)
"Consiste en que un niño se cubre con una piel de cabra, de borrego o, en su defecto, con un costalito, se ata un lazo a la altura de la cintura de donde es jalado por alguno de sus compañeros?"
Así van de casa en casa, y el escuincle disfrazado de osito pregunta:
--¿Quiere que le bailemos el osito?
Si la respuesta es afirmativa, el niño baila a ritmo de una canción que entonan sus compañeros Y concluye la investigadora:
"El propietario de la casa, por su parte, les obsequia fruta y pan de la misma ofrenda de muerto Posteriormente, todo lo recolectado se distribuye entre los niños que participaron"
Si hace 15 años, los pobladores de estas tradiciones afirmaban que era probable que las celebraciones por los difuntos ya estuviesen en vías de extinción, sería interesante saber si acaso no hayan desaparecido (informes al autor de éste Canto Rodado: robbieponce@yahoocommx)
Bibliografía:
(1) RAMOS GALICIA, Yolanda (coordinadora de la investigación, con HERNÁNDEZ ROJAS, Cornelio; LIST REYES, Mauricio y RAMOS MORA, Juan Carlos)- Dos ofrendas de Día de Muertos en el estado de Tlaxcala (Instituto Nacional de Antropología e Historia/gobierno de Tlaxcala, 1992)
(2) GUERRERO Guerrero, Raúl- "Diacronía de un culto" en México Indígena Número 7, noviembre-diciembre, Instituto Nacional Indigenista 1985 (págs 22-26)
(3) DURÁN, fray Diego Durán- Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme (Edictorial Nacional, 1951)
(4) MUÑOZ CAMARGO, Diego- Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala (UNAM, tomo primero, 1984)
(5) SAHAGÚN, Fray Bernardino de, Historia general de las cosas de la Nueva España (Alianza Editorisal, 1990)
(6) MENDIETA, Fray Jerónimo de- Historia eclesiástica indiana (Ed Salvador Chávez Hayhoe, México sin fecha 185 páginas)