De y sobre hilos

lunes, 12 de noviembre de 2007 · 01:00
México, D F, 12 de noviembre (apro)- Cansados de que interpreten equivocadamente lo que en la realidad somos y están usando nuestros nombres para calificar algunos de los más censurables defectos de ustedes, ¡oh, inconscientes humanos!, pueden tener, es que les escribimos la presente No estamos conformes Sí, no molesta que cuando ustedes, hombres, ven a alguno de sus congéneres de figura grotesca o desfachatada; o lo consideran fatuo, poco serio, necio; o que es simple y sin carácter y por lo tanto influenciable y propicio a cambiar frecuentemente de opinión; o cambia de opinión con frecuencia porque es casquivano, irreflexivo o atolondrado; o es una persona dominada y manejada por otra, luego, luego van y la motejan de fantoche, títere o marioneta Niéguenlo, si es que pueden Bueno, sí, por nuestra parte no podemos negar que muchos de nosotros tenemos figura grotesca, pero no todos; aunque sí, todos nosotros, no tenemos vida propia, que somos simples cosas y no somos algo hasta que algunos de ustedes nos mueven, nos manejan y nos prestan sus voces, con lo que nos animan y parece que nos desplazamos, pensamos y hablamos por decisión propia, es decir, nos dan una personalidad prestada Ni modo así somos? porque no tenemos de otra, porque no tenemos la facultad de ser, pero ustedes, los humanos, no son tan diferentes de nosotros, como su vanidad y arrogancia presume? y es triste y lamentable ver y comprobar como tantos y tantos de ustedes, teniendo como todos ustedes memoria, entendimiento y voluntad, no la ponen en ejercicio y así se ponen a nuestro nivel Si se admite que las personas, en gran medida, se definen y son por sus decisiones, parecería que ninguno de los humanos es en modo alguno una marioneta, pero no hay que confiarse y hay que ver si en verdad no los mueven hilos más sutiles, más invisibles que a los que a nosotros, las marionetas, nos mueven; si no hay manos ocultas que los manejan como a los títeres Desafortunadamente para ustedes, hombres, tienen que admitir que así ocurre no pocas veces cuando deciden sobre las pequeñas cosas de sus vidas, ¿o no en infinidad de ocasiones que tienen que adquirir algo para uso personal o familiar, no lo hacen según se lo induce la publicidad, esa gran despertadora de deseos y necesidades? Y en lo colectivo, cuando tienen que decidir en asuntos de importancia, capaces de modificar sus vidas, como pueden ser en elecciones políticas, pertenecer a un movimiento social o el participar en algún mitin o marcha de protesta, ¿no muchos de ustedes lo hacen en este o en el otro sentido o se abstienen impulsados no pocas veces por la intensa propaganda que generan esos acontecimientos, sin tener mayor conocimiento de los procesos en que tienen que intervenir, sin siquiera razonar, sin tener en cuenta si su decisión va o no va en favor de sus necesidades e intereses personales, si su decisión va o no en favor de las necesidades e intereses colectivos, de la sociedad? Niéguenlo? si pueden Y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra Mas no se aflijan pues si bien es verdad que tienen ustedes, los humanos, elementos y medios suficientes para convertirse en títeres, igualmente tienen otros más para no transformarse en marionetas Lo que tienen que hacer para lograrlo es tener muy presente y no olvidarlo, es que tanto la publicidad como la propaganda política, tienen sus propios intereses, necesidades y ambiciones, por lo que puede ocurrir --¡y ocurre!? que caigan en la tentación de que en vez de que los informen sobre verdades para que reflexionen y formen su propio juicio sobre los hechos que deben decidir, se dediquen a crearles reflejos condicionados, a hacerles salivar cual si fueran perros de Pavlov? para beneficiarse ellas Y lo más jodido es que suelen hacerlo sin faltar a la verdad, pero la manipulan, la parcelan, seleccionan sus partes y la acomodan todo tan hábilmente que, como ya lo han dicho estudiosos del tema, se puede decir que hoy la verdad es la forma principal de la mentira en la publicidad y la propaganda política Pero lo principal es que recuerden y tengan siempre en cuenta lo siguiente; que ustedes, los hombres, no necesitan, ni hilos ni manos que los muevan, que los manejen para que puedan decidir, para que puedan ser; que ustedes, los hombres, al contrario de nosotros, los títeres, pueden cortar esos hilos, librarse de las manos que los manipulan La pregunta es: ¿sabrán cómo hacerlo, tendrán la voluntad para llevarlo a cabo? La familia literaria les agradecería que se decidieran por el sí, pues con ello terminaría la incomodidad y molestia que señalamos nos producen el inicio de la presente En nombre de todos los míos: CRISTOBITA, títere de cachiporra

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